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Entre la riqueza y la fama un ex funcionario del partido elige Falun Gong

Ago. 19, 2013 |   Por un practicante de China continental

[Minghui Net] Solía ser el director de un departamento clave del Ejército de Liberación Popular. Pero mi salud física era muy pobre y siempre sentí que el trabajo era un gran desafío para mí. Tuve problemas estomacales, tales como gastritis y úlceras gástricas. Tuve una enfermedad ano rectal y hemorroides. También tuve nefritis, hepatitis, artritis, migrañas y urticaria. Aunque intenté muchos tipos de tratamientos mi salud nunca mejoró. Ni bien llegaba a casa del trabajo, tenía que recostarme en el sillón porque el dolor era insoportable. 

Una noche de noviembre de 1996, un ex jefe que se había retirado temprano a causa de sus enfermedades vino a mi casa para presentarme Falun Gong. Me dijo que esta práctica era muy buena y que muchas personas se habían vuelto saludables luego de empezar a practicar. No quería rechazarlo en su cara y como lo vi tan entusiasmado, acepté algunos libros de Dafa que me trajo. Pero no vi el libro principal, Zhuan Falun, allí. Sin embargo, me dijo que podía encontrar el libro en librerías.

Al día siguiente fui a una librería a buscar una copia de Zhuan Falun. El vendedor me dijo que esa era la última copia que les quedaba. Sabía que no era muy fácil conseguir este libro, pero aún no lo valoraba. En lugar de leer Zhuan Falun de manera diligente, sólo hojeaba algunas páginas cuando estaba libre o antes de irme a dormir. Pronto mi ex jefe regresó y me preguntó si había empezado a leer los libros. No quería que se sintiera mal así que le dije que lo había hecho. Luego de su cordial invitación, fui a un sitio de práctica a aprender los ejercicios de Falun Gong. Aunque no era muy diligente en mi práctica, el benevolente Shifu no me abandonó, y me trató como su practicante. Limpió mi cuerpo, lo que me dejó libre de enfermedades. Empecé a comer bien, a dormir bien y estaba lleno de energía. Podía manejar mi trabajo diario e incluso hacer horas extras. Durante los últimos 16 años no he ido al hospital ni he necesitado ninguna medicina. Si nunca hubiera aprendido Falun Gong, le habría costado a la armada o al ejército cientos de miles de yuanes en gastos médicos para atenderme.

Nací en las afueras y tuve una vida austera mientras crecía. La familia de mi esposa estaba en una situación similar. Un par de años luego de que me uní al ejército y fui promovido a cuadro, usamos todos nuestros ahorros para apoyar a nuestras familias en las afueras. Así que terminamos sin ahorros y estábamos de vuelta viviendo una vida austera.

Me fui abriendo camino en mi carrera y poco después de empezar a practicar Falun Gong fui promovido de Director interino a Director, con la función de supervisar y manejar cerca de una docena de prestigiosas agencias que estaban diseminadas por varias provincias y ciudades. Habría sido bastante fácil sacar ventaja de mi posición para ganar beneficios personales extras. Sin embargo, desde que empecé a practicar Falun Gong nunca saqué ventaja de mi puesto y nunca acepté sobornos de nadie. Donaba mis sueldos del ejército a la oficina del Proyecto Esperanza (para ayudar a mantener a los chicos desfavorecidos). 

Cuando Dafa fue difamado y calumniado por el PCCh, la gente vino a investigar mi rendimiento, intentando encontrar alguna “evidencia” para incriminarme. Tanto mi jefe como mis compañeros de trabajo tenían una muy buena opinión de mí, y que yo era incorruptible. Le dijeron a los investigadores: “¡Necesitamos más jefes como el!”.

Me han ocurrido muchos milagros que han hecho que la gente a mi alrededor experimente cuan milagroso es Dafa. Por ejemplo, una noche luego de tomar una ducha, vi el libro “Escrituras esenciales para un mayor avance” brillando.

Cuando estaba en un bote yendo hacia una isla, había una copia de Zhuan Falun en el fondo del bote. El agua entró al bote y todos los otros objetos se mojaron, pero Zhuan Falun permaneció intacto. En el mismo viaje, estaba en mi cama haciendo la meditación sentado cuando de pronto me quedé muy tranquilo y quieto como si estuviera en un lago. El colega que me acompañaba estaba sorprendido y dijo: “Hemos estado viniendo aquí por tantos años y el mar nunca estuvo tan quieto. Esta es la primera vez. ¡Es realmente sorprendente!”. 

Desde el incidente del “25 de abril” de 1999, gente del ejército empezó a investigar e interferir con los practicantes. Un día mi jefe se me acercó y me preguntó: “¿Fuiste tú quien firmó la petición apoyando la actividad del 25 de abril? Sé que estabas fuera de la ciudad en ese momento, así que puedes decirme que no sabes nada acerca de esto”. Lo que me quería decir era que mientras acordara que no era yo quien la había firmado y que no tenía nada que ver con eso, no me afectaría a mí ni a mi trabajo. En ese momento yo era el director de un departamento clave. Si decidía negar cualquier conocimiento acerca de la firma de la petición, entonces naturalmente habría sido promovido como cualquier otro de los antecesores en este puesto.

Enfrentado a tal tentación de desarrollo de carrera y con la posibilidad de más dinero, elegí decir la verdad, pararme del lado de la justicia y ser un practicante recto. Le dije: “Aunque estaba fuera de la ciudad en ese momento, fui yo quien firmó la petición, porque creo que es algo que debía hacer”.

Luego de eso, otros colegas y jefes también vinieron a hablarme, pero no cambié mi respuesta. En ese momento estábamos haciendo nuestras evaluaciones de desempeño y uno de mis jefes me dijo: “Lo has hecho muy bien en todos los aspectos, por favor no seas demasiado testarudo acerca de esto de la petición”. Luego me pidieron que escribiera una declaración de garantía prometiendo que iba a dejar de practicar Falun Gong. Si estaba de acuerdo con dejar de practicar, entonces podía conservar mi trabajo. En mi declaración enumeré un par de puntos acerca de cómo me había beneficiado tanto mental como físicamente luego de practicar Falun Gong. Señalé que estaba haciendo un mejor trabajo desde que empecé a practicar y que no había nada malo con practicar Falun Gong. También dije que nunca renunciaría a mi fe.

Un día a principios de 2000, sin discusión previa, de pronto mi jefe me informó que el equipo directivo había decidido que yo fuera transferido fuera del departamento. Un par de jefes de otros departamentos me dijeron que habían discutido si debería ser transferido a otra área o no durante la reunión, pero que no lograron llegar a un acuerdo. Me dijeron que si fuera con otro jefe y admitiera que estaba equivocado al creer en Falun Gong, entonces podría permanecer. Estaba estupefacto. Sin embargo, no cambié de parecer. Al final elegí pedir la baja del ejército.

Aquellos que deciden pedir la baja del ejército son generalmente tratados duramente y perderían cualquiera de los beneficios que podría haber tenido en el futuro. Aún así, todavía me aferraba a mi decisión de renunciar al ejército.

Luego de renunciar tuve un sueño en el que Shifu me ayudó a iluminarme. Un par de días más tarde, fui contratado en el departamento de Recursos Humanos de una empresa. Yo era simplemente un miembro regular del equipo y mi salario era mucho más bajo que antes. Esto me perturbó al principio pero luego recordé lo que dijo Shifu:

“…a juicio de esos grandes seres iluminados, el propósito de la vida humana no es para ser un humano, sino para que regreses al origen y retornes a la verdad, es para regresar…

Es cierto que las personas que refinan gong dicen: «La gente común posee lo que persigue la gente común, nosotros no perseguimos eso; aquello que posee la gente común, a nosotros tampoco nos interesa; pero lo que tenemos nosotros no puede ser obtenido por la gente común, por más que lo quiera»” (Zhuan Falun).

Empecé a eliminar mis apegos. Empecé con un nuevo trabajo y un nuevo ambiente. Era humilde y cuando dejé ir mi orgullo me volví una persona más agradable. Presentaba propuestas de recursos humanos y también administraba los pagos, y usaba los estándares de los practicantes para manejar las cosas. Gradualmente cambié mi tono, pasé de dar órdenes, que es como me había formado en el ejército a manejar recursos humanos y servir a los empleados.  A todos aquellos que me querían obsequiar una comida, los rechazaba a todos. Me adapté rápidamente a mi ambiente de trabajo, recordando lo que Shifu dijo:

“…el director de esa fábrica salió en persona para recibirlo: «Después de estudiar vuestro Falun Dafa, estos empleados y operarios llegan temprano y se van tarde, trabajan respetuosa y diligentemente, hacen bien cualquier trabajo asignado por sus jefes y no se pelean más por beneficios y ventajas” (Zhuan Falun). 

En dos años, mi conocimiento y habilidad se habían expandido más allá de los recursos humanos, a otros grandes departamentos de la compañía. No me importaba lo que hacía, siempre y cuando fuera algo necesario yo lo hacía. Trabajaba junto con otros y completaba las tareas de manera excepcional.

Como dijo Shifu:

“Cuando realizamos un proyecto de investigación científica, en cuanto a las tareas asignadas por los superiores o con respecto a cumplir algún trabajo, hacemos todo muy bien, con mucha racionalidad y lucidez” (Zhuan Falun).

Rápidamente fui reconocido por otros empleados y jefes, y gané premios monetarios todos los años. Fui promovido a jefe de departamento y mi salario se incrementó. Además de esto, practicando Falun Gong podía ver la mejor manera de manejar los problemas y conflictos. Mientras envejecía mi lógica se hizo mucho más clara. En una oportunidad cuando estaba a punto de tomar unas pruebas fui capaz de estudiar el libro de repaso con poca antelación. Y no sólo pase los dos exámenes sino que fui premiado por mis notas. Esto realmente se produjo porque Shifu abrió mi sabiduría. Cuando mi compañía estaba haciendo algunos cambios, mi jefe contó conmigo para hacer todo el trabajo que esto trajo aparejado.

Luego fui arrestado por la policía por entregar materiales para aclarar la verdad y fui sentenciado a un año de prisión. Cuando volví a la empresa mi jefe me dijo que realmente me había echado de menos. De hecho, todo lo que hice fue mantenerme en los estándares de un cultivador. Me comportaba de manera recta y miraba para adentro cuando surgían los conflictos. Gracias a esos principios me había ganado la confianza y el respeto de la gente.

A pesar de que mi empresa había pasado de ser una compañía estatal a una compañía privada, todavía recibían muchas presiones del PCCh porque yo practicaba Falun Gong. Por lo tanto fui bajado al cargo de representante y quedé a cargo de un proyecto y recortaron a un tercio mi salario. Los clientes que nos habían confiado este proyecto se habían quejado mucho del jefe anterior y por lo tanto al proyecto le faltaba liderazgo. No me importaba haber sido bajado de rango mientras estuviera cumpliendo con mis responsabilidades, poniéndome como un buen ejemplo para otros y afrontando los problemas con justicia. De esta forma mi equipo había tomado un nuevo aspecto. Todos querían hacer un esfuerzo conjunto. Yo balanceaba bien las relaciones entre los participantes y la gerencia mejoró muchísimo. Cuando me enfrentaba con los errores y los malos entendidos, me acordaba lo que decía Shifu: 

“Por lo tanto, asegúrate siempre de recordar esto: cada vez que encuentres asuntos como problemas, cosas desagradables o fricciones con otros, debes examinarte y buscar en tu interior. Hallarás las causas de ese problema insuperable” (“Exponiendo el Fa en el primer Fahui de Norteamérica”).

Me miraba internamente y siempre pensaba en los otros en todo lo que hacía. Me gané el respeto de mis colegas de trabajo y de las compañías para las que trabajábamos. Cuando interactuaba con mis compañeros de trabajo aprovechaba cada oportunidad para hablar acerca de Falun Gong y la persecución.

Durante mi tiempo como representante fui reconocido como uno de los dos mejores empleados. Los clientes que confiaron en nosotros para este proyecto me otorgaron un bono de un año al que nadie más tuvo derecho. En un año fui reasignado a mi trabajo anterior y mi salario fue incrementado un tercio más de lo que era antes de que empezara la persecución. Cuando dejé mi trabajo como representante mi equipo no me quería dejar ir. Todos dijeron que era maravilloso trabajar para alguien como yo.  

Durante los 14 años de persecución me he estado aferrando a mi fe, aclarando la verdad y ayudando a mis amigos y parientes a renunciar al PCCh. Espero que la gente no sea engañada por las mentiras fabricadas por el PCCh. Aunque fui acosado por la gente de la administración del comité comunitario local, arrestado por la policía y lanzado a un campo de trabajo forzado, me he mantenido firme y con un estado mental sereno.

He estado practicando Falun Gong desde 1996. A pesar de esto, he pasado por muchas dificultades y enfrentado a muchas tentaciones e injusticias. Puede parecerles a algunos que he perdido muchas cosas, pues ya no tengo fama ni bienes. Mis parientes, colegas y amigos han sentido lástima por mí, porque no comprenden del todo e incluso se han quejado acerca de mi situación.

Sin embargo, puedo decir con orgullo que he obtenido tanto de Dafa. Enfrentándome a alternativas, críticas y persecución, he sentido profundamente al benevolente Shifu a mi lado, protegiéndome todo el tiempo. Estoy libre de enfermedades y ya no sufro en este mundo porque mi reino mental se ha elevado. Creo firmemente en mi elección original, la elección que hice al tomar la cultivación. Caminaré este sendero solidamente y caminaré bien cada paso hasta el final de mi cultivación.

Por favor señálenme cualquier cosa inapropiada.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/8/10/141476.html