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Eliminando el apego de miedo

Ago. 15, 2013

Soy una practicante de Falun Gong, y obtuve el Fa en 2008. Hace dos años, llegué a Suecia gracias al arreglo del Maestro. Antes de eso principalmente practicaba Falun Gong por mi cuenta en China. En Suecia, mi ambiente de cultivación cambió drásticamente, ya que de repente estuve en un ambiente donde había muchos compañeros practicantes. Ahora me gustaría compartir con ustedes - mis compañeros practicantes, esta experiencia de cultivación de los últimos dos años.

Eliminar la mentalidad de tener miedo y entregar folletos cara a cara

Desde que era joven tenía un carácter muy introvertido. Me daba mucho miedo hablar delante de personas que no conocía, hasta el punto de que a menudo sentía mi mente en blanco y mi lengua se atoraba. Por lo tanto, sólo le aclaré la verdad a conocidos y los persuadí de renunciar al partido comunista y sus organizaciones afiliadas. A pesar de que tenía muchas ganas de progresar, el miedo me impedía avanzar.

Durante el primer año después de haber llegado a Suecia, vivía con una compañera practicante en su casa. Ella me animó muchas veces a que entregara periódicos en lugares de interés turístico, y me dijo que podía simplemente estar allí con el periódico en la mano.

En mi camino a una atracción turística, empecé a ponerme nerviosa, incluso en el metro, con el pulso cardiaco acelerado y las piernas temblorosas. Cuando hice mi mejor esfuerzo para estar de pie apoyada en un muro con el periódico en la mano, tenía el periódico al revés. Pero el Maestro me animaba. Un visitante vino a mí, mirando el periódico con el cuello doblado hacia el lado, y finalmente lo tomó. Esto me animó mucho.

Desde entonces, casi todos los fines de semana me uní a mis compañeros practicantes en la entrega de periódicos. Cada vez que hacía un progreso, mi compañera practicante me alentaba. También compartió conmigo cómo mirar hacia adentro y rectificarnos, para que más turistas pudiesen entender la verdad sobre Falun Gong.

Aunque hice un gran avance en lo que respecta a la entrega de periódicos, todavía me era difícil hablar con otras personas. Algunas veces me sentía confundida - el ambiente era muy relajado y sin el riesgo de ser arrestada. Entonces, ¿qué hacía que estuviera temerosa?

A través de constantes estudios del Fa, poco a poco tuve claridad sobre el motivo. La mentalidad de ser temerosa no era un apego independiente, sino que estaba relacionada con otros apegos. Tenía muchos apegos, por ejemplo apego a la fama y a la vanidad, el gusto por escuchar buenos comentarios sobre mí, esperar que todos me trataran de buena manera. Temía el hablar con extraños por miedo a decir algo mal, hacer algo mal, y dar a la gente una mala impresión. Temía decir la verdad a los demás porque  no quería escuchar ninguna palabra desagradable y perder la cara. Incluso cuando hablaba con colegas y amigos acerca de la verdad de Falun Gong, estaba preocupada por si no entendían la verdad, y eso me podía afectar. Cada una de las raíces de los apegos era para protegerme, lo que no era correcto. Por lo tanto, no podía tener un corazón abierto.

Después de pensarlo, pude capturar esta mentalidad y negarla cada vez que sentía dificultad al hablar con otras personas. Cuando la temporada turística comenzó este año, hablé con el Maestro en mi corazón y tuve la esperanza de que podría ir desde la simple entrega de periódicos a ser capaz de decir la verdad y convencer a la gente a renunciar al PCCh. Verdaderamente fue como lo dijo el Maestro en "Zhuan Falun", “si tienes este deseo, ya está bien”. Luego con la ayuda de mis compañeros practicantes, he hecho un gran avance en decir la verdad y convencer a la gente a renunciar al PCCh.

 Atrapar el apego de validarme durante la recogida de firmas

Wang Lijun pidió asilo en el consulado de EE.UU., lo que permitió que se expusiera la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos por parte del PCCh ante la comunidad internacional. Todos los practicantes de Falun Gong europeos también pusieron en marcha una campaña para recoger firmas en la comunidad internacional para detener los delitos del PCCh.

Cuando la Asociación de Falun Dafa de Suecia nos notificó sobre la campaña, le di gran importancia. Pensé que era similar a persuadir a los chinos a renunciar al PCCh. Si las personas firmaban con sus nombres las peticiones, estaban salvadas. Así que cuando los compañeros practicantes realizaron la recogida de firmas, participé activamente. Preparé materiales, imprimí libros de petición e incluso pedí consejo a los compañeros practicantes de otros países. Había estado ocupada todos los días en la campaña. Sentí que nunca había prestado tanta atención y nunca había estado tan cuidadosamente dedicada a cualquiera de las actividades de la rectificación del Fa en las que había participado anteriormente.

El día en que recogimos firmas en conjunto, había una practicante que no podía hablar en otro idioma, ella simplemente se limitó a colgar una pizarra frente a su pecho. A pesar que hice una buena preparación, no recogí tantas firmas como había planeado. La gente pasaba a mi lado de formas diferentes. Algunos se detuvieron y leyeron el folleto y luego se fueron. Incluso hubo gente que me vio de lejos, y tomó otro camino. Había un buen número de personas entre los que dejaron sus nombres, que sólo dejaron su firma después de saber que sólo tenían que dejar sus firmas.

Cuando la tienda cerró y nuestro evento terminó, sentí sed y dolor de espalda. Pero lo que me puso muy triste era que había reunido sólo una docena de firmas. Estaba frustrada y pensé que podía deberse a que las personas aquí eran bastante distantes y difíciles de salvar. En ese momento la practicante que no podía hablar otro idioma vino a mí y me dijo que había reunido entre tres y cuatro páginas de firmas, simplemente diciendo hola y apuntando al cartel que tenía en frente de su pecho. Otro practicante vino a mí con cinco páginas de peticiones firmadas, y dijo que las personas aquí eran muy buenas y dispuestas a firmar sus nombres en los libros de petición.

En ese momento, mi corazón estaba completamente hirviendo de celos, quejas y resentimiento, etc. En mi camino a casa, estaba sentada en el metro derramando lágrimas. Los compañeros practicantes dijeron que con un corazón de salvar a la gente estaría bien. Le puse tal cantidad de atención y le concedí gran importancia a la salvación de seres conscientes, pero ¿cómo es que obtuve ese resultado? Cuanto más lo pensaba, más me frustraba. Luego de pensar que no persuadí a muchos chinos a renunciar al partido comunista, y que no entregué suficientes folletos de Shen Yun, de repente tuve muy baja autoestima, y ​​sentí que era incompetente, sin habilidades, y que no podía hacer nada bien. En este momento, de repente un mensaje vino a mi mente: no puedes salvar a la gente, no puedes llegar a la perfección. El mensaje era obviamente una interferencia, pero era simplemente incapaz de discernir. Llegué a pensar que los hechos eran así: aunque me esforcé mucho, no pude salvar gente, y mucho menos llegaría a la perfección. Después de volver a casa, estaba totalmente triste, lloré hasta el cansancio, luego dormí, después me desperté y lloré de nuevo.

No sabía cuánto tiempo había pasado cuando de pronto pensé en algo - ¿Debo ir a recoger firmas mañana? Luché por un tiempo, y entonces pensé que debía ir. En ese momento me sentí más racional, y comencé a repensar todo el proceso y traté de encontrar el problema.

El Maestro en “Enseñando y Explicando el Fa en la Conferencia del Fa en el Área Metropolitana de Nueva York” (2003) en la parte de preguntas y respuestas, afirma: “Cuando hacen cosas, considero el proceso lo más importante, porque durante el proceso ustedes pueden hacer que la gente vea la verdad, durante el proceso pueden salvar a gente del mundo, y durante el proceso pueden revelar la verdad”. El Maestro continúa: “Pero a menudo ustedes enfatizan los resultados, en vez de explicar los hechos que deben explicar durante el proceso. Sólo cuando toda la gente conoce la verdad que deben conocer están ustedes en realidad validando el Fa y clarificando los hechos”.

Entonces me di cuenta que estaba en búsqueda de resultados. Antes de recoger firmas busqué el consejo de compañeros practicantes. Llegué a saber que ellos probablemente podrían recoger 100 firmas por día. Por lo tanto puse esta cifra como objetivo. Cuando me di cuenta que estaba muy lejos de la meta, me puse muy impaciente. La razón por la que le di tal importancia al resultado fue que me hubiese gustado vincular el resultado a mis habilidades. Esto, en realidad, fue para validarme mediante la recopilación de firmas. Las viejas fuerzas lo vieron muy claramente, por lo que reforzaron este pensamiento desviado, lo que me hizo vincular el resultado de la recolección de firmas con mi cultivación hacia la perfección.

El Maestro, en “Enseñando el Fa en Australia 2007”, menciona que la verdadera compasión es que uno se siente muy triste cuando sólo una persona pierde la oportunidad de ser salvada. Recuerdo la expresión en la cara del Maestro en ese momento, y siento que el Maestro casi derrama lágrimas. Por el contrario, incluso no pensé que estaban perdiendo la oportunidad, e incluso los culpaba por ser indiferentes y difíciles de salvar. Había estado triste durante mucho tiempo, pero fue debido a mi insatisfecha mentalidad humana.

Entonces busqué aún más profundamente las razones que sustentaban el problema. Me di cuenta que estaba tan proactiva para preparar la petición, le di tanta importancia a eso, simplemente debido a mi mentalidad egoísta. En mi conciencia, sentía que no convencía a suficiente gente para renunciar al partido comunista. Por lo tanto, esperaba compensarlo mediante la recopilación de más firmas. Sentía que los occidentales no eran como la gente de China continental que tiene el cerebro lavado por el PCCh. Los occidentales deberían ser más fáciles de salvar.

Con tantos pensamientos egoístas y todo tipo de apegos, ¿cómo iba a estar en un estado de pureza y sacrificio? Por lo tanto no podía salvar a la gente.

A través de esto, agradecí profundamente lo que dijo el Maestro acerca de los puntos de partida. De hecho, lo que los discípulos de Dafa hacen no parece algo muy distinto a lo de la gente común. La verdadera diferencia se encuentra en los puntos de partida y objetivos. Para cualquier cosa, no importa cuánto esfuerzo han hecho, siempre y cuando el punto de partida no sea el correcto, no se logrará el resultado deseado.

Durante la promoción de Shen Yun 2013, un coordinador preguntó si yo podía pedir unos días de descanso para ayudar a vender entradas de Shen Yun. Le prometí ayudar, pero mi corazón se volvió ansioso. Mi oficina estaba llevando a cabo un despido masivo, y planeaban deshacerse de uno de cada diez empleados. Se decía que los nuevos empleados serían los primeros en ser despedidos. La mayoría de los miembros del grupo eran empleados que llevaban en la oficina más de diez años, pero yo sólo había trabajado allí durante dos años. Así que el riesgo de ser dispensable era muy alto. Además, la compañía había sido objeto de un ajuste estructural de la organización, el jefe directo que me había contratado justo se había ido. El nuevo gerente me conocía de antes, pero parecía que no se lleva muy bien conmigo. En ese contexto, todos mis colegas se esforzaban por trabajar horas extras, pero yo siempre había estado fuera del trabajo a tiempo para unirme a los proyectos de Dafa por las noches. Ahora incluso tenía que pedir tiempo adicional de descanso. Si yo fuese dispensable, ¿cómo debería responder? No puedo hablar nada en sueco, fue difícil para mí encontrar un trabajo a nivel local. Tengo una visa de trabajo para estar en Suecia, si no podía encontrar un nuevo empleo dentro de 3 meses, tendría que regresar a China. Si no pudiera encontrar un trabajo, ¿debería pedir asilo? ¿Cómo iba a decírselo a los miembros de mi familia? ¿Podría provocarles malentendidos sobre Dafa?

Cuando las ideas luchaban entre sí en mi mente, me pregunté: ¿dónde están tus pensamientos rectos? Promover Shen Yun es la mejor cosa para hacer. Durante esos meses, la compañía planeaba despedir gente. ¿Era una especie de interferencia? ¿Era un tipo de prueba? Todo lo de los discípulos de Dafa fue arreglado por el Maestro. ¿De qué podríamos preocuparnos? Aunque finalmente me despidieran, quizás el Maestro cambió mi ambiente de cultivación. Desde la perspectiva de la gente común, ser despedido no era bueno, pero podría ser una buena cosa para la cultivación. Estos diez minutos más parecían un tiempo bastante largo. Cuando estaba pensando, de repente me di cuenta que lo que pensaba era todo acerca de mí. Yo no pensaba en lo que el Maestro quería que hiciéramos, lo que Él necesita que hagamos es salvar seres conscientes. Cuando se trata de tomar una decisión, la gente común piensa en la fama, el interés y la emoción. Soy una discípula de Dafa, ¿cómo iba a pensar como ellos? En este caso, tomé la decisión en mi corazón y mi mente se volvió tranquila. Después del espectáculo de Shen Yun, el gerente anunció la lista de despedidos, que no me incluía.

De hecho, mi proceso de cultivación se ha mantenido relativamente estable, con nada emocionante ni sorprendente. Sin embargo, realmente siento que el Maestro se ocupa de la cultivación de sus discípulos todo el tiempo, siempre recuerda a sus discípulos. En China continental, cada vez que había una prueba, encontraba siempre artículos en Minghui que me podían ayudar. Después de mi llegada a Suecia, cuando los practicantes compartían sus experiencias conmigo, siempre veía el mismo problema en mí, y me sentía inspirada. En mi oficina, el Maestro me recuerda a través de mis colegas. Cuando yo fingía ser modesta para evitar generar celos de otros, el Maestro hacía que un colega hablara por mí: si pudieras hacer esto mejor, eso sería genial. Cuando yo no estaba muy feliz con mis colegas y sentía malestar, el Maestro hizo que mi colega me hablara: ¿Cómo está tu cultivación recientemente, has tenido algún mejoramiento en el carácter?

No soy buena hablando. Frente a la salvación compasiva y ardua del Maestro, sólo puedo decir: sólo siendo más diligentes podríamos agradecer a nuestro Maestro.


Gracias, Maestro. Gracias, compañeros practicantes. Si hay algo que no es perfecto, por favor corríjanme con compasión.