[Minghui Net] Una mañana en enero del 2013, después de que le clarifiqué la verdad a un joven de 16 años, me reportó a un policía que estaba patrullando. Fui arrestada ilegalmente y forzada a entrar al carro por la policía. El chofer del coche estaba calumniando viciosamente al Maestro Li. Lo paré y dije: “Eres muy joven. ¿No te preocupa que vayas a  recibir retribución por las cosas malas que estás diciendo?”. Él respondió: “No. El partido comunista chino (PCCh) te está financiando y aun así, estás en contra del partido”. Le dije bondadosamente: “He trabajado duro para mantenerme. No he recibido nada gratis del PCCh”. Me respondió: “¿No tienes una granja?”. Le dije: “Mi tierra fue confiscada por el partido, ya no tengo más granja”. No volvió a responder.

Cuando llegamos a la estación policial unos cuantos policías trataron de arrebatarme mi mochila. Cuando me resistí, un oficial me abofeteó y otro me apretujaba la espalda muy fuerte. Era tan doloroso que casi me desmayo. Me arrebataron la mochila y fui llevada a otro cuarto donde me rociaron con gas lacrimógeno. Mis ojos y nariz inmediatamente comenzaron a llorar y emanar agua. No obstante, no estaba con miedo porque sabía que el Maestro estaba conmigo y el gas lacrimógeno no iba a lastimarme. Les dije que deberían tratar a los practicantes de Dafa de forma bondadosa.

Al mediodía, tomaron el dinero de mi mochila y compraron un poco de pan y una botella de agua. Me rehusé a comer. Decidí que no era el lugar donde quería quedarme. Tenía a mi madre anciana y dos hijos pequeños en casa. No quería que mi familia genere resentimiento alguno hacia Dafa por mi arresto. Sabía que debía haber alguna debilidad de la cual las viejas fuerzas tomaron ventaja. No acepté la persecución y solo pensé en salvar seres conscientes. Envié fuertes pensamientos rectos: “¡Maestro por favor ayúdame! Hoy quiero ir a casa”.

El jefe de la estación, que tenía alrededor de 30 años de edad, vino a trabajar a la mañana. Me preguntó de dónde venían los materiales de aclaración de la verdad y por qué los distribuía. Le dije que la gente que quiere leer los materiales es para su propio beneficio. El superior preguntó: “Si los materiales son para personas buenas, ¿por qué fuiste reportada?”. Le expliqué: “El joven no sabía la verdad. Si hubiera sabido que lo que estaba haciendo era para salvarlo me apreciaría”. Le aconsejé al jefe de la estación que traten a los practicantes de Dafa amablemente con el fin de asegurarse un buen futuro. Le dije que el Fa del Maestro estaba siendo enseñado en más de 100 países para salvar a la gente, y que la gente alrededor del mundo está actualmente practicando Falun Dafa. Y que además el PCCh es el único régimen que estaba persiguiendo a Falun Dafa. También le dije que el perverso PCCh recibirá su retribución por sus crímenes. Dije que la gente común podría no saber los atroces crímenes que Wang Lijun, Bo Xilai y Gu Kailai cometieron con la extracción de órganos a practicantes de Falun Dafa encarcelados, para venderlos en el lucrativo negocio de trasplantes de órganos. También le recordé que él y otro policía sabían sobre esto. Estuvo silencioso por un momento y dijo: “Fuiste sentenciada a ocho años, ¿verdad?”. Le respondí diciéndole que la persecución fue impuesta por el PCCh sobre mí.

No odié a la policía, en vez de eso sentí clemencia hacia ellos. Tenía la esperanza de que pronto entendieran la verdad. Me recordé que el Maestro tenía la última palabra. El jefe regresó alrededor de las 3 p.m. y me preguntó el nombre de mi esposo. Cuando me rehusé a contestarle, dijo que probablemente no quería que vuelva a casa. Le respondí que ciertamente quería ir a casa porque había mucha gente que me necesitaba. Después de un rato llamó a mi hijo para que venga y me llevó a casa.

Después que dejé la estación policial, no fui directo a casa. En vez de eso, tomé un taxi a la ciudad. Antes de bajar del vehículo, le clarifiqué la verdad al conductor y le aconsejé que recuerde “Falun Dafa es bueno”. Estuvo de acuerdo.

Mientras estaba llamando a un taxi para ir a casa, un hombre de edad media en una motocicleta me preguntó hacia donde iba. Él justamente iba por el mismo camino, así que me llevó. Sabía que el Maestro envió esta persona predestinada a mí. Le dije: “Eres muy bueno. Tenemos una relación predestinada hoy”. Le pregunté si había oído hablar sobre “renunciar al PCCh para ser salvado”. Cuando su respuesta fue: “No”, le clarifiqué los hechos sobre Falun Dafa. Le expliqué que Falun Dafa enseña a ser bueno a través de los principios de Verdad- Benevolencia- Tolerancia. Sin embargo, Falun Dafa fue prohibido y perseguido por el PCCh. Además le dije que el incidente de la auto-inmolación en plaza Tiananmen fue fabricado por la televisión. Estuvo de acuerdo que ahora mucha gente odia los crímenes cometidos por el partido. Estaba muy contento de escuchar esto y me pidió que lo ayudara a retirar su membresía del PCCh. Cuando me bajé de la motocicleta, le agradecí y él también a mí.

Cuando llegué a casa, estudié calmadamente el Fa y miré hacia dentro. Encontré muchas nociones humanas. Me sentí avergonzada por no haber apreciado y no haber hecho mejor uso del valioso tiempo. Sentí pena por no haber alcanzado el estándar de nuestro gran y misericordioso Maestro. También me dije que me voy a cultivarme más firmemente, estudiar el Fa más diligentemente, hacer bien las tres cosas, e ir a casa con el Maestro.