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Resumen de los principales hechos de la persecución:
Nombre: Liu Juhua (刘菊花)
Género: Femenino
Edad: 56 (nació en 1957)
Dirección: Distrito de Qilihe, ciudad de Lanzhou, provincia de Gansu (甘肃省兰州市七里河区)
Profesión: Desconconocida
Fecha del último arresto: 3 de agosto de 2012
Último lugar de detención: Centro de lavado de cerebro de Gongjiawan (龚家湾洗脑班)
Ciudad: Lanzhou
Provincia: Gansu
Persecución sufrida: Detención, trabajo forzado, abofeteada en la cara, lavado de cerebro, forzada a estar 45 días de pie, colgada, estirada del cabello, golpeada la cabeza contra la pared, palizas brutales
Un folleto sobre la apelación de los practicantes de Falun Gong del 25 de abril, inspiró a la Sra. Liu Juhua para practicar. Fue a Beijing para pedir justicia por Dafa incluso antes de convertirse en practicante. Como resultado, fue retenida en un campo de trabajo forzado durante un año y casi pierde su vida debido a la tortura. Las autoridades siguieron acosándola y forzándola a volverse indigente después de ser liberada. Cuando volvió a casa nueve años después, fue trasladada a un centro de lavado de cerebro.
Conmovida hasta llorar
Vio un folleto de Falun Gong donde describía toda la historia de la apelación del 25 de abril de 1999 de los practicantes. Se conmovió hasta llorar por “la cantidad de gente que había sido tratada injustamente, incluso dejaron la zona más limpia de lo que estaba cuando llegaron, y recogieron la basura y los cigarrillos que tiraron otros. Son tan diferentes, tan hermosos”, se dijo. “Quiero ser como ellos, como una flor de loto pura creciendo del lodo”.
La mañana del 22 de julio de 1999, escuchó que los practicantes de Falun Gong estaban siendo arrestados. Cuando fue a apelar al gobierno provincial, todos los practicantes que estaban allí, además de ella, fueron forzados a entrar en un autobús y los trasladaron al Estadio Qilihe. Escapó esa noche y fue al gobierno provincial a apelar de nuevo al día siguiente. Se encontró con lo mismo.
Después una anciana le dijo: “Parece que el gobierno local no puede resolver este problema. Tenemos que ir a Beijing, y ¿tu vas?, ella contestó: “Sí”. Pidió prestado dinero y se fue de viaje a Beijing antes de empezar a practicar o leer el libro Zhuan Falun.
En la Plaza de Tiananmen, vio a la policía golpear a un practicante de Falun Gong. Corrió para proteger la pancarta pero la policía la paró. Le metieron en un coche policial y se la llevaron al departamento de policía de Tiandi, donde agentes de la oficina de Lanzhou en Beijing, la recogieron, escoltada hasta Lanzhou y retenida por 15 días.
Vendió su casa y de nuevo se fue a Beijing en el año nuevo chino de 2000. Fue arrestada, escoltada de vuelta y detenida en el centro de detención nº 1 de Xiguoyuan, en Lanzhou.
Fue forzada a hacer trabajo de esclavo, de cuclillas recogiendo semillas. Cada persona tenía que recoger un saco por día. Los que no lo hacían eran torturados. Los practicantes de Falun Gong realizaron una huelga de hambre en grupo como protesta por la persecución. La policía abofeteó su cara, y le gritaron: “Tu eres la recién llegada, pero causas muchos problemas”. Se negó a escribir las tres declaraciones y la retuvieron en el campo de trabajo forzado nº 1 de Pingantai, en la provincia de Gansu durante un año.
Reconstrucción de la tortura: Colgada en el aire.
Se negó recitar las normas del campo de trabajo, así que la policía le dio el trabajo más duro y sucio para hacer. Cuando trataron de “transformarla”, se negó a contestar las preguntas y hacer la “tarea”, así que le hicieron estar de pie durante 45 días.
El último día de la sesión de “transformación”, la policía la esposó, la colgó en la oficina, y le ordenó que escribiera las tres declaraciones. La reclusa Lan Mei la llevó a la entrada de un sótano tres días después y dijo: “El capitán se preocupa mucho por ti, pero no muestras ningún respeto”. Contestó: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es lo mejor”.
Cada vez que lo decía, Lan Mei le golpeaba hasta que la sangre le cubría toda la boca. Lan Mei llamó a otras ocho, recogieron un trapo sucio de la basura, y se lo metió en la boca. Le cubrió los ojos, le ató las manos con ropa, la arrastró del cabello y le estampó la cabeza contra la pared, y gritó: “¡Si no escribes las tres declaraciones, morirás en vano!”. Ocho de ellas la torturaron forzándole los brazos hacia arriba y abajo. Una toxicómana delincuente gritó: “Te demostraré cuán rápido es un pateador”. Se turnaban para golpearla y amenazaban: “Si no renuncias, te colgaremos aquí hoy y te dejaremos morir”. La Sra. Liu fue torturada durante siete horas y media. Después estuvo postrada a la cama por 100 días.
Después de que la liberaran, la policía y el personal de la comunidad la acosaron repetidamente. Para ella la vida era difícil y le forzaron a abandonar la casa para evitar más persecución. Estuvo indigente por nueve años. Se dio cuenta de que era un error que una ciudadana respetuosa de la ley como ella llevara semejante vida tan inestable, así que volvió a casa en 2011. Encontró a la persona relevante para pedir su pensión.
Un año después, la policía conspiró con el personal de la comunidad para llamarla a la oficina de la comunidad. La encerraron y la esposaron: “¿Qué has estado haciendo todos estos años?”. Contestó: “Ganándome la vida. Odiaba estar acosada por la policía”. Varias personas le sujetaron las manos y le forzaron a poner las huellas digitales en su declaración.
Las autoridades le habían engañado alegando que la necesitaban para verificar su pensión. La enviaron al centro de lavado de cerebro de Gongjiawan varios meses después. Fue detenida durante seis meses y un día. La torturaron mental y físicamente y entró en shock.