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Resumen de los hechos principales:
Nombre: Ma Changyong (马长永)
Género: Masculino
Edad: 58 años
Dirección: Qinhuangdao, provincia de Hebei (河北秦皇岛市)
Ocupación: Empleado de la fábrica Nº 3524 Qinhuangdao (秦皇岛三五二四工厂)
Fecha de su muerte: 8 de noviembre de 2010
Fecha del último arresto: 6 de febrero de 2000
Último lugar donde estuvo arrestado: Campo de trabajo forzado de Gaoyang en Baoding (保定高阳劳教所)
Ciudad: Qinhuangdao
Provincia: Hebei
Persecución sufrida: Descargas eléctricas, privación del sueño, trabajo forzado, lavado de cerebro, sentencia ilegal, golpizas, colgamiento, encarcelamiento, tortura, extorsión, restricción física, saqueo de su hogar, interrogatorios, detención, negación del uso del baño
Desde que el régimen comunista inició la persecución el 20 de julio de 1999 contra los practicantes de Falun Gong, el Sr. Ma Changyong ha sido arrestado, detenido, y torturado (física y mentalmente) numerosas veces. En su casa, era vigilado muy de cerca por el comité vecinal. Después de ser liberado del campo de trabajo forzado, el Sr. Ma murió el 8 de noviembre de 2010. Incluso su funeral fue vigilado por policías de civil.
Arresto inicial
El 16 de febrero de 2000, el Sr. Ma y su esposa, Zhao Ruilan, fueron a Beijing para apelar a que finalice la persecución a Falun Gong. En la plaza Tiananmen, la policía los arrestó y los llevó a la dependencia de la policía de la plaza. Luego fueron transferidos a la oficina comercial de la ciudad de Qinhuangdao en Beijing después de las 14:00 del mismo día. Luego de entrar en la oficina, inmediatamente un policía comenzó a golpearlo en el pecho.
Abuso en el centro de detención
El Sr. Ma fue detenido en el centro de detención Nº 1 de Qinhuangdao cuatro veces, y dos veces en el centro de detención Nº 2 de esa ciudad. Estuvo encarcelado por cinco meses en el campo de trabajo forzado de Kaiping antes de ser transferido al campo de trabajo forzado de Gaoyang, donde estuvo más de dos años. Tanto en los centro de detención como en la prisión, fue brutalmente torturado.
Fue cruelmente torturado en los centros de detención. Durante los duros meses de invierno en el norte, los guardias lo empaparon con agua helada y lo forzaron a quedarse afuera. Lo ataron al piso con su cara apretando sus rodillas, mientras que alguien se sentaba encima de una tabla que había en su espalda. Le ataron las manos detrás de la espalda por más de una semana seguida, para que no pudiera comer ni ir al baño solo. Las esposas de acero le perforaron la carne, y corría sangre de sus manos.
Durante días con nieve, lo hicieron quedarse afuera sin abrigo. Durante los calurosos días de verano, lo forzaron a quedarse por largos periodos de tiempo bajo el sol ardiente. Encadenaron sus tobillos con 25 kilos en cada uno. Lo forzaron a sentarse en un pequeño banco y lo golpearon con tablas de madera que tenían clavos saliendo hacia afuera. Como resultado de la golpiza con las tablas, sus piernas comenzaron a sangrar y no podía doblar las rodillas porque sus piernas estaban hinchadas. Le aplicaron descargas eléctricas en la cabeza y lo hicieron desnudar para registrarlo.
Torturas brutales en los campos de trabajo forzado
En el campo de trabajo forzado de Kaiping en Tangshan fue forzado a trabajar en una fábrica de piedras. 36 prisioneros dormían en el piso húmedo en una pequeña celda que tenía algo de 10 metros cuadrados. No había agua para lavarse. Además de hacer trabajo forzado, también estaba obligado a ver videos que calumniaban a Falun Gong. También lo colgaban boca abajo durante 24 horas corridas. Al tiempo en que lo bajaban, las esposas ya habían penetrado su carne. Fue forzado a quedarse parado durante más de diez días seguidos sin caminar ni dormir. Como resultado, sus pies y piernas se hincharon tanto que no podía ponerse los zapatos. Después de eso, realizó una huelga de hambre para protestar por su persecución.
En el campo de trabajo forzado de Gaoyang fue forzado a trabajar con químicos en la fábrica de plomo de Anxin. Su familia no tenía permitido visitarlo y los oficiales se negaron a enviarles sus cartas. Los panes que le daban para comer, tenían arena, y los vegetales estaban mezclados con pasto. Pasó el año nuevo chino colgado y esposado a una litera. Una noche fría y oscura de invierno, lo llevaron a una plantación de trigo, y lo dejaron allí solo con su remera. Luego lo ataron y varias guardias le aplicaron, simultáneamente, descargas eléctricas. Las picanas emitían chispas azules.
En el campo de trabajo forzado de Gaoyang, el Sr. Ma dijo que no recordaba cuántas veces fue forzado a quedarse afuera durante el frío invierno o atado al lado de un fuego durante los días mas calurosos de verano. Fue atado al suelo con unas anclas sin abrigo durante todo un mes durante el frío invierno. Los guardias se turnaban para vigilarlo. Durante el verano, fue atado de la misma manera, bajo el sol durante el día, por las noches los mosquitos lo picaban sin cesar. Al mismo tiempo, no le dieron suficiente comida ni bebida, tampoco tenía permitido usar el baño. Después de estar atado un mes entero al suelo no podía enderezar su espalda ni piernas.
Sin llamadas ni visitas
Durante su detención en ambos campos de trabajo forzado, no le permitieron hacer llamadas telefónicas ni tener visitas. Era vigilado por reclusos criminales, forzado a sentarse en un banco pequeño de acero por largos periodos de tiempo, colgado, y electrocutado. También fue forzado a trabajar con colorantes tóxicos y polvos de plomo sin ningún tipo de protección. No tenía permitido lavarse las manos, ducharse, ni cambiarse la ropa después de manejar esos químicos.
Desde el 13 de febrero de 2000 a noviembre de 2002, su salario fue retenido. Además, recibió una “multa” de 1300 yuanes.
En el campo de trabajo forzado, le quitaron la tarjeta de identificación de residencia. Como resultado, tuvo que ir a la comisaría local para solicitar una nueva en enero del 2006. En vez de emitirle una nueva tarjeta, la policía lo detuvo ilegalmente. En un solo día, lo llevaron a dos campos de trabajo diferentes, Hehuakeng, y Baoding. Mostrando una firme fe en sus creencias, el Sr. Ma habló con los policías y les contó la verdad detrás de la persecución, de este modo fue liberado.
Durante los juegos olímpicos de Beijing 2008, la policía fue a “revisarlo”. Incluso cuando salía a hacer las compras, había policías vigilándolo.