[Minghui Net] Durante mi último viaje a un suburbio de Beijing, un amigo que trabaja en el campo de los medios de comunicación me contó la historia de un agente del condado que aceptó sobornos de más de 200 millones de yuanes.
Durante la sentencia al agente, funcionarios de alto rango pensaron que este caso afectaría negativamente a la reputación del régimen comunista, tanto nacional como internacionalmente. Además, quitaron dos ceros de la cifra, esencialmente remodelando el soborno a 2 millones de yuanes.
Esta historia puede parecer sorprendente, pero hay muchos casos similares a este. Durante el juicio reciente a Bo Xilai, ex secretario del PCCh, los cargos de soborno de Bo inicialmente fueron cifrados en varios billones de yuanes. Durante la fase de la sentencia inicial, ya habían reducido el número a cinco millones de yuanes. Esa puede ser una razón por la que Bo no solo rechazó el cargo, sino que también dijo que Wang Lijun, ex director de policía de Chongqing, pidió ayuda al consulado estadounidense debido a su aventura con la esposa de Bo. Un grave cargo criminal fue convertido en un drama en la sala del juzgado.
Le pregunté a mi amigo si el control a los medios se ha vuelto menos restrictivo, puesto que han salido muchas noticias del caso de Bo. Dijo que el cambio solo era superficial y realizado para engañar al público. La realidad es que solo dejaban usar la versión de la historia de la agencia de noticias Xinhua. Además, todos los departamentos de policía ahora están instalando un dispositivo de rastreo de Internet avanzado, que pondrán en funcionamiento a principios del año próximo. Para entonces, muchos micro blogs y micromensajes que se utilizan tanto en estos días serán vigilados. Cualquier cosa inconsistente con las expectativas del régimen llevará al cierre de webs u otros castigos.
Teniendo en cuenta el arresto reciente de varios conocidos microblogeros, es fácil ver señales de endurecimiento del control de medios. Esto envía una señal al público, indicando que los medios censuran y controlan, algo que el régimen siempre ha usado en el pasado para sostener sus normas y suprimir las opiniones diferentes, y que de ninguna manera disminuirá.
En otras palabras, no podemos esperar que el régimen altere su dirección. Desintegrarlo, como se vio en los millones de personas que han anunciado su renuncia al partido comunista y sus organizaciones afiliadas, es un paso importante que llevará a un futuro mejor.