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Un lobo nunca podrá volverse un cordero

Ene. 31, 2013 |   Por un discípulo de Dafa en China

[Minghui Net] La política de “reeducación” a través del trabajo de China es una violación de su constitución ya que viola las libertades protegidas por la constitución, y va en contra de los convenios internacionales que el régimen comunista ha firmado. Esencialmente es una “ley privada” que sólo sirve a los intereses del partido comunista chino (PCCh). En otras palabras, no se requiere un juicio público para encarcelar a la gente en el sistema de “reeducación” por trabajo forzado. La seguridad pública del PCCh y los sistemas de policía tienen libertad total para arrestar y sentenciar a quienquiera que elijan. Disfrutan del privilegio de estar por encima de la ley y pueden quitarle a quien sea cualquier derecho “garantizado” por la constitución. Puesto de otra forma, la política de trabajo forzado es una táctica usada por el PCCh para abusar de sus ciudadanos; es una herramienta barbárica que usa para mantener su control totalitario sobre China.

Desde que la noticia titulada “FDIC: Nota secreta encontrada en decoraciones festivas en Kmart revela horrores de los campos de trabajos forzados” se publicó, la política de campos de trabajo forzado de China se han vuelto más notoria y han recibido cada vez más condenas de la comunidad internacional. Dentro de China, las críticas provenientes de los círculos legales y la gente responsable se están incrementando. Los campos de trabajo forzado en China han comenzado a sentir la presión y se quedan sin palabras por los crímenes que han cometido.

Se descubrió que el famoso campo de trabajo forzado de Qianjin en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, que torturaba a muchos practicantes de Falun Gong, ha cambiado su nombre recientemente a centro de rehabilitación de la provincia de Heilongjiang. ¿Cambiar el nombre de un establecimiento es suficiente para cubrir la brutalidad que ha ocurrido, y que todavía ocurre allí y para permitirle continuar con sus crímenes como si nada hubiera sucedido?

Aún hoy en día muchas personas que creen en los principios de Falun Dafa de Verdad-Compasión-Tolerancia todavía están siendo detenidas en el campo de trabajo forzado de Qianjin. Debido a que se rehúsan a dejar su creencia, se enfrentan con todo tipo de torturas, incluyendo golpizas e inyecciones con sustancias desconocidas.

Algunos guardias de campos de trabajo forzado dicen que oficiales de mayor rango crearon estas políticas de persecución, y que temen las consecuencias de no seguir las órdenes. Sin embargo, no pueden evitar el hecho de que ellos han herido o matado a practicantes inocentes de Falun Gong usando medios crueles o han causado que los presos lo hagan. Cuando los criminales nazi fueron juzgados en Núremberg, no se salvó nadie que siguió las políticas de Hitler, y aún aquellos que lograron escapar han estado en una lista de personas buscadas por el resto de sus vidas.

La historia ha demostrado que llevar a cabo órdenes nunca es una justificación que le permita a uno escapar del castigo por crímenes que cometió. Una persona nunca puede ignorar su propia conciencia a la hora de ejecutar órdenes. De hecho, la política de “reeducación” por trabajo forzado no tiene ninguna base legal. No solo ha dañado a numerosos ciudadanos inocentes, sino que también ha dañado a muchos empleados públicos que se han vuelto máquinas de matar a sangre fría y que al final serán lanzados al abismo.

Luego que terminó la revolución cultural, la provincia de Yunnan ejecutó a 810 personas en los sistemas judiciales, militares y policíacos que habían estado actuando en base a políticas de la revolución cultural. El subdirector del departamento de policía de Beijing Liu Chuanxin se suicidó, y muchos otros fueron enviados a prisión. El 8 de enero de 2013, el comisario en jefe del departamento de policía de Guangzhou Qi Xiaolin se colgó. Justo un día después, Zhang Wanxiong, vice director de la corte del distrito de Liangzhou en la ciudad de Wuwei (provincia de Gansu), saltó a su muerte desde una oficina en el sexto piso. La policía alegó haber encontrado su testamento, lo cual parecía sugerir que su suicidio tuvo algo que ver con el hecho de que se preocupaba por su futuro como principal actor en la persecución de practicantes de Falun Gong.

Un lobo siempre será un lobo. La hipocresía y los disfraces nunca pueden esconder la naturaleza brutal del PCCh, y el PCCh nunca se convertirá en un cordero.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/1/28/137264.html