[Minghui Net] El Washington Times publicó una columna del congresista de los Estados Unidos, Chris Smith, detallando evidencia presentada al Comité de Asuntos de China con respecto a las atrocidades de sustracción de órganos a practicantes de Falun Gong.
Smith escribe: “A mitad de los años 90, comencé a sostener audiencias sobre la práctica de sustracción de órganos a prisioneros en China, y desafortunadamente no ha desaparecido. En una audiencia que presidí junto con otras personas la semana pasada, dos subcomités del Comité de Asuntos Exteriores escucharon que aunque pocos chinos donan órganos voluntariamente, China esta justo detrás de Estados Unidos en el número de trasplantes de órganos anuales. Con 600 centros de trasplantes, se ha convertido en un destino para turismo de trasplantes. Cada trasplante de corazón o hígado puede producir más de 100 mil dólares en ganancias”.
“¿Qué adjetivos podemos utilizar para describir la idea de que los doctores Chinos y hospitales están involucrados en sustracción de órganos humanos a gran escala para lucrarse? Palabras comunes como ‘perturbador’, ‘espantoso’ o hasta ‘impactante’ son inadecuadas”.
Todo esto es contrario a los procedimientos internacionales y los principios de ética para trasplantes de órganos que han sido adoptadas ampliamente en la profesión médica. La declaración de Estambul del 2008, requiere que los donantes de órganos accedan a la donación de los mismos. También establece que los prisioneros no pueden ser donantes.
Pero en el caso de las prácticas de sustracción de órganos en China, es claro que no hay beneplácito alguno, y que muchos de los supuestos donantes de órganos son practicantes de Falun Gong, prisioneros de consciencia asesinados por sus órganos y las enormes ganancias ilícitas que tales atrocidades generan.
Smith escribe: “Un testigo en la audiencia, Ethan Gutmann, entrevistó a personal médico chino que ahora se encuentra fuera de China. Se enteró de la sustracción de órganos por equipos de doctores militares en furgonetas médicas inmediatamente luego de las ejecuciones. Las víctimas venían de las prisiones de China, o de campos de re-educación por trabajo—lejos de la justicia e investigación. Por supuesto, no pueden escaparse y testificar, y la cremación casi inmediata destruye la evidencia física”.
“Algunos practicantes de Falun Gong liberados de campos de trabajo reportan que los doctors les realizaban exámenes físicos frecuentes, con atención especial a su tipo de sangre y la salud de sus riñones, hígados, pulmones, corazones y ojos—los órganos ‘vendidos al detal’”.
“Muchos miembros de este movimiento spiritual—aprisionados injustamente, abusados, objetivos de tortura psicológica y física por nada más que su fidelidad a ‘verdad, compasión y tolerancia’—se negaron a revelar sus nombres al ser detenidos. Temían se tomaran represalias en contra de sus familiares y otros practicantes. Su anonimato los hacía vulnerables a perder sus vidas para proveer órganos para transplantes”.
“El testimonio más espantoso vino de doctores chinos, quienes le dijeron al señor Gutmann que algunos de los órganos para trasplantes venían de víctimas que todavía estaban vivas”.
Estas noticias no son sorpresa alguna para practicantes de Falun Gong, ya que muchas noticias de estas atrocidades salieron a la luz por primera vez en Marzo del 2006. Una investigación independiente hecha por el ex Secretario de Estado para Asia y el Pacífico en Canada, el Honorífico señor David Kilgour, y el renombrado activista de los derechos humanos Dr. David Matas, concluyó que aproximadamente 41500 trasplantes de órganos habían ocurrido en China donde el origen de los órganos no podía ser explicado de otra manera que habiendo sido sustraídos de los cuerpos de practicantes de Falun Gong vivos que se encontraban detenidos.
Es bueno que el Representante Chris Smith haya hablado públicamente sobre este asunto. Mientras que más y más gente comienza a darse cuenta de estas atrocidades, éstas terminarán pronto, y los responsables de estos horrores se encontrarán con la justicia que merecen.