[Minghui Net] Empecé a practicar Falun Dafa en junio de 2002. Sufría dolores en las piernas y temía enfriarme. Tenía que llevar zapatos aislantes incluso en el verano abrasador. En cuanto mis pies tocaban el suelo, un escalofrío subía por mi cuerpo y no podía ir sin los zapatos aislantes. Una de mis colegas me presentó Falun Gong. Dijo: “También me dolían las piernas y veía nublado. Pero ahora estoy bien desde que practico Falun Gong”. Pensaba que esto era verdaderamente mágico, pero no estaba del todo convencida, puesto que había practicado todo tipo de qigong y ninguno me había ayudado. Sin embargo, sentí curiosidad y pensé: “¿Por qué no probarlo?”. Cuando hice el segundo ejercicio al segundo día, todo mi cuerpo estaba empapado en sudor. Aún así, continué haciendo los ejercicios por la noche. Al tercer día, todo mi cuerpo se sentía cómodo cuando me desperté y mis piernas ya no me dolían ni sentía frío. Cuando pisé el suelo con la planta del pie, ya no sentí frío en absoluto. Empecé a llorar: “Falun Gong es bueno, ¡Shifu es misericordioso! Debo practicar Falun Gong”. Tiré mis zapatos aislantes y me puse sandalias y una falda, algo que quería ponerme desde hacía mucho tiempo, pero no me había atrevido. En tan solo dos días, me convertí en una persona totalmente diferente: no se podía describir mi felicidad. Este cambio completo tuvo un gran impacto en mi familia y en la gente de mi alrededor, llegaron a ver la bondad de Dafa.
Tengo 61 años, he estado practicando Falun Gong toda una década desde junio de 2002 y así me he vuelto saludable. Antes de año nuevo, ya podía hacer limpieza general. Subía y bajaba para limpiar las ventanas de la gente y me movía con facilidad. Sin embargo, durante un periodo reciente, tuve síntomas de una apoplejía y perdí el control del lado izquierdo de mi cuerpo. Cuando hacía los ejercicios y mandaba pensamientos rectos, no veía ninguna mejora obvia. Pensaba que Shifu había aumentado mis dificultades con el fin de que eliminara más yeli.
Mientras me sentía desesperanzada, una compañera practicante me llamó y me invitó a que fuera a su casa. Titubee, pero fui con dificultades. Finalmente, la nueva conferencia de Shifu ““20 años enseñando el Fa” ya había llegado.
La conferencia fue un toque de atención. Me di cuenta de que tenía miedo de trabajar duro y de sacrificarme. Estaba todo el día en casa persiguiendo comodidad, no había estado haciendo las tres cosas bien y no había salido a aclarar los hechos y a salvar a la gente. No era una practicante de Dafa cualificada y por ello corrí el riesgo de enfrentarme a algo peor. Shifu es misericordioso y sigue esperando, pero cada vez queda menos tiempo. ¡Qué horrible! Shifu, yo estaba equivocada. No debería perder lo que he estado buscando durante miles de años o cientos de millones de años. Quiero ser tu dizi, quiero honrar mi voto prehistórico, hacer las tres cosas bien, ayudar a Shifu a validad el Fa y a salvar a la gente. Cuando me iluminé a ello, mis síntomas de apoplejía desaparecieron como si nunca hubieran estado allí.
Ahora coopero con los compañeros practicantes, estoy saludable y camino mi sendero de validar el Fa. Estudio el Fa, hago los ejercicios y mando pensamientos rectos. Explico la verdad a la gente cara a cara, les ayudo a renunciar al partido comunista chino y a sus organizaciones afiliadas y a distribuir DVDs de Shen Yun. Hago lo que Shifu dijo:
“Si pueden realmente considerarse como un cultivador y, concreta y firmemente, hacer bien sus cosas con pensamientos rectos muy plenos, eso ya es muy extraordinario…” (20 años enseñando el Fa)
Caminaré bien hasta el final y me iré a casa con Shifu.