[Minghui Net] Cuando era pequeña, mi madre siempre me decía que me adaptaba a los cambios fácilmente. Para mi propio bien, mi padre comentaba a menudo que era astuta y demasiado inteligente. Yo no entendía lo que querían decir mis padres en aquel entonces, sin embargo sabía que esos comentarios no eran cumplidos. Hasta que crecí por fin entendí lo que significaban: que no tenía mucha paciencia, que no tenía la perseverancia para ver bien las cosas y que era demasiado cobarde para defenderme. En retrospectiva, ellos tenían razón en su evaluación, porque realmente me rendía fácilmente.
Comencé a practicar Falun Gong en 1999, a pesar de que el partido comunista chino (PCCh) prohibió la disciplina y empezó una propaganda de odio al respecto. Al presente llevo 13 años practicando Falun Dafa. Más de una persona me ha dicho: "Te admiro por tu perseverancia. Si yo fuera tú, me habría dado por vencida." Yo siempre les respondo con una sonrisa: "Sí, a veces incluso yo estoy sorprendida. Se necesita perseverancia para hacer los ejercicios de Falun Gong todos los días, y ni hablar de seguir la práctica mientras se es perseguido. ¿Sabe usted por qué he perseverado? Falun Gong es maravilloso. Pero la verdad es que no nací perseverante”.
Todas mis enfermedades fueron curadas por Falun Gong sin ningún tratamiento médico
Cuando el PCCh comenzó la persecución de Falun Gong en 1999, la gente repetía las mentiras difundidas por el PCCh - en su propaganda de odio contra Falun Gong - acerca de cómo los practicantes se negaban a cualquier tratamiento médico, incluso cuando lo necesitaban. El PCCh decía que el fundador de Falun Gong les prohibía a sus estudiantes tomar cualquier medicamento o recibir cualquier tratamiento médico. Sin embargo, la verdad es que nadie pudo encontrar fundamentos que apoyaran dicha afirmación en cualquiera de los libros del Maestro Li, o publicaciones de audio o video. El hecho es que los practicantes de Falun Gong han descubierto que sus enfermedades se curaron cuando comenzaron la práctica.
Por ejemplo, en mi caso, no me describiría como frágil, pero tuve que tomar muchas medicinas mientras crecía, para tratar una miríada de pequeños problemas, que iban desde la infección en mis ojos, hasta herpes alrededor de mi boca y diarrea. Puede ser que no tuve problemas graves, pero a menudo tenía que pedir en la escuela que me dieran permiso para faltar a las clases por motivo de enfermedad. Después de casarme, tuve laringitis, bronquitis, apendicitis, inflamación, reumatismo e hiperplasia lobular de mama. Estas eran enfermedades comunes que no me impedían trabajar o llevar una vida normal, sin embargo, eran bastante molestas. A menudo tenía que tomar medicamentos anti-inflamatorios para mantenerlas bajo control. Hace unos años, he desarrollado una alergia al polen. A causa de esta alergia estornudaba, tenía flujo nasal y los ojos llorosos. A veces me hubiera gustado poder quitarme los ojos para rascarlos hasta aliviar la comezón.
Después de comenzar a practicar Falun Gong, me deshice de todos los medicamentos porque todas mis enfermedades desaparecieron sin dejar rastro. Esto no quiere decir que ya no me enfermo, sino que me recupero rápidamente. Por ejemplo, en el caso de los resfriados y fiebres, antes me tardaba una semana en recuperarme, a pesar de los medicamentos caros que tomaba. Tenía que tomar medicamentos para la fiebre tan pronto como surgía; de lo contrario, iba a durar mucho tiempo. Desde que comencé a practicar Falun Gong, los resfriados y la fiebre desaparecen en dos días sin ningún tipo de medicación. Incluso mis compañeros de trabajo han notado la diferencia en mi salud. La recuperación más rápida ocurrió en 2010. Una tarde, mientras estaba en el trabajo, sentí de pronto mucho frío. Me dolían los huesos y me sentía decaída. Ese día me tuvieron que llevar a mi casa con un chofer. Me tomé la temperatura y era de 104 grados. No tomé ningún medicamento. Me quedé en la cama escuchando las lecciones de Shifu con tres mantas sobre mí hasta las 11 de la noche, y entonces la fiebre se redujo. Ya estaba como nueva otra vez. Cuando regresé a trabajar al día siguiente, el chofer me miró con asombro.
Hay dos milagros más en mi práctica de Falun Gong, que han impresionado a los que me conocen.
El primero se trata de mis piernas y ocurrió en el verano del 2005. Acababa de terminar de lavar los platos y estaba regresando a la sala, cuando me di cuenta que había perdido la sensibilidad en las piernas. Literalmente tuve que arrastrarme para llegar a la sala, pero me quedé atrapada en la entrada, porque no podía levantar mis piernas para subir ?una sola pulgada y llegar al nivel de la sala. Le pedí a mi hijo que me trajera una silla. Me apoyé en el respaldo de la silla y logré impulsarme hasta llegar al nivel de la sala.
A pesar de que había perdido la sensibilidad en las piernas, sentía un dolor terrible en la parte baja de la espalda.
Me había lastimado la espalda antes de empezar a practicar Falun Gong. Me tenía que aplicar unas cuantas inyecciones a la vez. Desde entonces, mi espalda me dolía de vez en cuando. El problema se prolongó durante tres días. Supongo que el problema que tenía en la columna vertebral pudo haber comprimido los nervios de las piernas. Durante tres días no pude arriesgarme a reír, toser, o incluso hablar en voz alta. Cualquier vibración en el cuerpo me provocaba un dolor agudo en la espalda. Durante tres días no pude hacer los ejercicios de Falun Gong de pie porque no podía estar parada. Solo hacía la meditación sentada.
En el cuarto día, desaparecieron ambos problemas. Mis compañeros de trabajo se sorprendieron cuando me presenté en el trabajo, al verme como si nada hubiera pasado. Me pidieron estirarme y ponerme en cuclillas para demostrar que estaba bien. Pude hacer todo lo que me pidieron y no me dolió nada. Hasta el día de hoy, no volví a tener dolor de espalda y mis piernas han estado perfectamente bien.
Debo añadir algo más sobre mis piernas. Antes de empezar a practicar Falun Gong, ocasionalmente no podía sentir una de las piernas - ya no me acuerdo cual era. A veces no podía cambiar de posición en la noche porque no podía controlar esa pierna. Tenía que despertar a mi marido y pedirle que me diera un masaje en la pierna hasta que yo pudiera sentirla y controlarla de nuevo. Si mi marido no estaba en casa o si yo estaba de viaje, tenía que girar mi cuerpo hasta recuperar la sensibilidad en la pierna. Este problema en particular nunca más surgió después de que empecé a practicar Falun Gong.
El segundo milagro es que me curé de culebrilla. En el otoño de 2009 he desarrollado el herpes zoster, comúnmente conocido como herpes, en la zona de mi cintura. Había grandes ampollas alrededor de mi cintura. Las ampollas eran tan grandes que las podía sentir con los dedos. Me encontraba en un estado de agonía. Al principio, no sabía lo que era. Pensé que podría haber algo malo con mis huesos porque también me dolían. Unos viejos compañeros de trabajo me dijeron que tenía herpes zóster. Cuando comencé a practicar Falun Gong, las ampollas comenzaron a secarse. Me curé en dos semanas sin ningún tratamiento médico. Lo único que había cambiado en mi vida era que había empezado a practicar Falun Gong. El vigilante de nuestra área de estacionamiento fue diagnosticado con herpes zoster, al mismo tiempo. Gastó más de 1.000 yuanes en el tratamiento médico y se tardó más de dos semanas para controlar la situación. Le dio envidia al enterarse de mi rápida recuperación sin ningún tipo de tratamiento médico.
Ahorré mucho en los gastos de salud, mientras que para la mayoría de mis colegas apenas les alcanzaba el dinero. No es de extrañar, ya que los medicamentos recetados son cada vez más caros. Un pariente mío me dijo que todos sus hijos trabajan en la venta de medicinas. Uno de ellos vendió más de 70.000 yuanes de los medicamentos recetados en un mes y obtuvo un beneficio de 20.000 yuanes. Esto fue sólo uno de sus muchos negocios. Dijo que el costo de fábrica de muchos medicamentos es en realidad de menos de un yuan, pero se puede vender a 50 o incluso 100 yuanes a los pacientes. Otro hijo de mi pariente tuvo ventas de más de 500.000 yuanes de los medicamentos recetados. Dijo que ya dejó de contar sus ganancias.
Tratando a mis suegros como si fueran mis padres
Nunca fui una belleza en la universidad, pero me describían a menudo como elegante. Proviniendo de una familia acomodada, me podía dar el lujo de gastar dinero en mi vestuario para verme atractiva. Tenía un montón de pretendientes, pero el destino me condujo al hombre que ahora es mi esposo.
Mi esposo y yo somos de la misma ciudad. El no es un hombre alto y tampoco tiene alguna gracia en particular. Viene de una familia de clase media y es dos años mayor que yo.
En su último año de universidad, mi marido se encontraba bajo mucha presión académica y a menudo se salía del campus. La escuela decidió que la causa de su falta de diligencia fue el amor y lo expulsó. ¡Sin embargo, nosotros ni siquiera nos habíamos agarrado de las manos! El ser expulsado de la escuela lo llevó al borde del colapso mental. Con el fin de demostrar que su comportamiento no tuvo nada que ver con nuestra relación, me fui al decano acompañada por su padre y le explicamos la situación. Finalmente, la escuela cambió su decisión. Sin embargo, su padre y yo decidimos tratarlo en un hospital psiquiátrico local. Salió del hospital unos meses más tarde, pero era un hombre cambiado. Sus ojos estaban apagados y respondía con lentitud. Verlo así me partió el corazón y lloraba cuando estaba sola. Cuando mi familia se enteró de lo que le había pasado, todo el mundo me dijo que tenía que romper mi relación con él, excepto mi madre, que simpatizaba con él. Mi padre dijo que no aprobaría un matrimonio que iba a ser una tragedia. Con el fin de obtener la bendición de mi padre, mi novio y su padre nos hicieron una visita oficial. Fue una gran condescendencia de su parte, porque su padre era 12 años mayor que mi padre. Aun así, mi padre se negó a darnos su aprobación. Después de cuatro semanas de batallar, mi padre finalmente nos dio su bendición después de que le declaré: "Le pertenezco a él. Si fuera un mendigo, entonces yo sería un mendigo, también. "
Mi familia había pensado que la familia de mi marido iba a organizar una boda grande para nosotros, considerando lo que había hecho por él. [En el Este de Asia, es el novio quién planea y organiza la boda.] Yo soy hija única en mi familia y la primera graduada de la universidad por varias generaciones. Todos mis parientes habían pensado que iba a tener una boda digna de una reina. Sin embargo, nadie podría haber imaginado que su familia no quiso comentar nada acerca de la recepción de la boda después de que mi esposo y yo recibimos nuestro certificado de matrimonio. Fue mi padre quién consultó el calendario lunar para buscar un día de suerte para la recepción, pero mi suegro comentó con frialdad: "Estoy ocupado. Tengo que ir a jugar al croquet." Mi padre se puso furioso. Sin embargo, no tenía más remedio que reprimir su ira y ceder en varias ocasiones para el bien de mi felicidad futura. Finalmente, mi padre dijo: "Yo puedo encargarme por parte de mi hija. Si usted coopera con algunos fuegos artificiales, vamos a tener el banquete de bodas para nuestra gente. ¿Qué piensa usted? "Aunque mi padre se había cedido lo más posible, mi suegro se negó a gastar dinero en nuestra boda. Insistió en que el registro para el matrimonio equivalía a tener una boda.
Mi esposo y yo no tuvimos ninguna ceremonia matrimonial. Mis padres ofrecieron un banquete de bodas de tres días. Me alojé en la casa de mis padres durante tres días. Mi marido venía a levantar la copa con los huéspedes durante el día y regresaba a la casa de sus padres por la noche. Lloraba bajo una nube de culpabilidad cada noche. Mi marido era muy infeliz, pero no pudo lograr que sus padres organizaran la boda. Después de todo, sus padres habían sufrido mucho cuando estaba enfermo. Sentía que les debía mucho y no se atrevía a pedirles algo que sus padres no querían hacer.
Después de mudarme a casa de sus padres, no estaba en buenos términos con su familia. Me negué a llamar a mis suegros como padre y madre. De vez en cuando me reiteraba a mí misma "no me casé con su familia." Odiaba a mis suegros. Odiaba a los hermanos mayores de mi marido también, porque ninguno de ellos habló a mi favor o luchó por mí. Pensé que sus hermanos fingían estar bien, hasta que me enteré de que ninguno de ellos había tenido una boda formal.
Pronto nos salimos de la casa de sus padres y nos fuimos a vivir a otra ciudad. Antes de empezar a practicar Falun Gong, no pasaba más de cinco minutos en la casa de mis suegros cuando mi marido y yo regresábamos a nuestra ciudad natal. Siempre me quedaba con mis padres porque nunca he considerado la casa de mis suegros como la mía. Durante nueve años, hasta que empecé a practicar Falun Gong en 1999, me quejaba de sus padres y dije muchas cosas malas acerca de ellos. Aparte, no podía soportar estar en una recepción de boda. Cada vez que veía una novia sonriendo con alegría en su boda, rompía en lágrimas. A veces hasta me quería divorciar, porque nunca había tenido un buen día con él. Una vez, mi marido atormentado me pidió el divorcio. Me dijo: "¿Por qué no nos divorciamos? Así podría casarme contigo de nuevo y te haría una boda. No quiero que me lo reproches por el resto de mi vida".
No fue hasta que comencé a practicar Falun Gong en 1999, que me di cuenta del verdadero significado de la vida y de la causa y el efecto de nuestras relaciones interpersonales en la vida. Comencé a seguir la enseñanza del Maestro lo mejor que pude y me comporte de acuerdo con los principios de Falun Gong de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Poco a poco, me encontré a mí misma y ya no guardé ningún rencor en contra de la familia de mi esposo. Traté de ser cada día parte de su familia y hacía todo lo posible para ayudar.
Su familia solía temerme y mantenía su distancia para evitar que me acordara de los viejos rencores. Hoy en día soy el miembro más popular y respetado en su familia. Mis dos cuñadas mayores confían totalmente en mí. Dicen que soy una persona muy indulgente y tolerante. Mi cuñada, la que está casada con el hermano mayor, tiene mucho rencor contra la familia de mi marido también, aunque ella me elogia de tanto en mi presencia como cuando estoy ausente. La generación más joven de su familia me trata como su propia sangre. Una sobrina, que tiene casi 30 años me abraza el cuello como una niña cada vez que me ve. Ella dice que sus amigos de la escuela la envidian por tener una tía querida. El sobrino de mi esposo, un estudiante universitario en su último año, siempre me sigue y platica conmigo. Él tiene una confianza total en mí y me cuenta todo. Él dice: "Tía, te voy a comprar un regalo cuando reciba mi primer cheque de pago". Sus padres sonríen de oreja a oreja cuando me ven. Preparan mi comida favorita y aperitivos con antelación para cuando los visitamos en nuestras vacaciones.
Tengo los mismos suegros y parientes, pero todo el mundo parece haber cambiado. Sin embargo, es mi corazón el que ha cambiado. Muchas cosas han pasado con la familia de mi esposo en los últimos 13 años, pero cada vez más su familia siente mi devoción y amor por ellos.
Mi suegra vendió una casa
Hace dos años, mi suegra vendió un bungalow y le dio todos los ingresos a su hijo mayor, en secreto. Una de las hermanas mayores de mi esposo se enojó muchísimo cuando se enteró. Ella consideró toda la situación injusta. Mi marido no estaba contento tampoco, y, además, me ocultó la noticia temiendo que me pondría furiosa. Cuando finalmente me enteré, le dije a mi marido: "Es su dinero y es libre de regalarlo a cualquier persona que quiera. No es nuestro asunto, aún si decide regalarlo a un mendigo en la calle". En pocas palabras, evité una potencial disputa familiar. La hermana de mi esposo comentó: "Mi cuñada (es decir, yo) no me dijo nada. A una hija no le corresponde decir nada".
La enfermedad de mi cuñado
El hermano mayor de mi marido fue internado en un hospital grande en la capital de nuestra provincia en dos ocasiones. La primera vez, tuvo un ataque cardiaco y una cirugía abierta del tórax. La segunda vez, lo internaron por un derrame cerebral. En las dos ocasiones, mi marido y yo nos ocupamos de todo. En la mayor parte del tiempo lo cuidó mi marido. Cuando tuvo que volver a trabajar, mi familia fue la que ofreció los regalos a los médicos y enfermeras [una práctica habitual en China]. Mientras mi cuñado estaba en el hospital, su esposa mantuvo su tienda en funcionamiento. Cuando todos los familiares estaban molestos con ella por no cerrar la tienda para atender a su esposo, pensé, "Si ella hubiera cerrado la tienda por un período de tiempo, podría haber perdido a sus clientes para siempre".
Sacar a mi cuñado de la oscuridad
Mi cuñado perdió toda esperanza por tener siempre problemas de salud y peleas interminables con su esposa. En julio de 2010, tomó veneno en un intento de acabar con su vida. Fue encontrado a tiempo y salvado. Sin embargo, las peleas siguieron hasta que ya no podían soportar verse uno al otro. Después de pensarlo bien, le sugerí a mi marido que su hermano podría permanecer con nosotros durante un tiempo. Mi marido me miró y me dijo que debería estar loca. Después del derrame cerebral, mi cuñado había quedado paralizado de la cintura para abajo. Teniendo este problema y también la enemistad con su esposa, nadie en su familia se atrevía a ofrecerle ayuda. Sin embargo, yo sabía que nadie podía ayudarle, con excepción del Falun Gong. Mi marido, a regañadientes cedió finalmente a mis ruegos persistentes. Una vez que obtuvimos la aprobación de su hija y su esposa, lo trajimos silenciosamente a nuestra casa. El viaje duró más de cuatro horas. Cuando la familia de mi esposo, finalmente se enteró de la noticia, se quedaron atónitos. Todo el mundo decía que estaba loca y que no soportaría una carga tan enorme.
Después de que mi cuñado llegó a nuestra casa, me aseguré de que comiéramos muy bien, a pesar de que normalmente mi marido y yo comemos de una manera sencilla, a menudo sólo un plato. Sin embargo, sabía que unas comidas muy ricas no eran suficientes para sacarlos de la oscuridad y dar luz a su vida. Ya había fallado en su intento de suicidarse y podría intentarlo nuevamente.
Al principio, mi cuñado no quiso escuchar cuando le sugerí que leyera los libros de Falun Gong. Rechazó leer todos los libros y dijo que nada podía ayudarle. Finalmente, mi marido y yo lo sentamos delante de la televisión y le pusimos el vídeo con la conferencia del Maestro. Un vecino practicante de Falun Gong lo visitó y le contó cómo se había beneficiado de Falun Gong. Mi cuñado se quedó con nosotros durante siete días y, cuando se fue, tomó una copia de Zhuan Falun con él y renunció a la idea del suicidio. Incluso le dijo a su hija con entusiasmo: "¡He visto que hay esperanza para mí!" Ahora vive en la casa de sus padres. Aunque no es muy diligente, cuando se emociona, mi esposo y yo podemos hablar con él como entre compañeros practicantes de Falun Gong.
Mi sobrina quería ser monja budista
Mi cuñado tiene una hija, a quién me voy a referir como Yan. Ella creció muy frustrada con respecto a las personas y a las cosas en su vida. Perdida y confundida, Yan huyó de su casa poco antes del examen de admisión de la universidad. Al parecer, un budista la llevó a un templo budista en Changchun. Nosotros nos enteramos solo porque tuvo que regresar a su casa después de que el templo se negó a aceptarla, por no poder presentar ninguna identificación.
Su decisión de convertirse en monja cayó como una bomba para la familia. Mi cuñado amenazó con asesinar al monje budista y matar a su hija con un palo. Yan vino a quedarse conmigo después de muchas invitaciones. La animé a que estudiara los libros de Falun Gong conmigo y conversamos sobre el significado de la vida. En dos meses cortos, Falun Gong cambió a Yan. Ya no está perdida o apática, volviéndose energética. Le encontré una universidad privada en la capital de la provincia y se convirtió en una feliz estudiante. Yan está felizmente casada y ahora está trabajando en una gran ciudad, le pagaban muy bien y realiza a menudo viajes de negocios internacionales. Este año me envió un regalo, toda una serie de cosméticos Lancôme. La nota dice: "Tía, yo no estaría donde estoy hoy sin su ayuda y apoyo".
Mi cuñada quería divorciarse
Como ya mencioné, mi cuñado y su esposa nunca habían sido felices juntos. Hace dos años decidieron divorciarse. Un día, ella hizo sus maletas y se fue a vivir con su prima durante una semana. Cuando mi esposo se enteró de que había dejado a mi cuñado, la llamó y la invitó a quedarse con nosotros. Al principio ella se negó porque se sentía avergonzada de mirarme a la cara. Pero finalmente aceptó porque no quería abusar más de la hospitalidad de su prima. Yo sabía que no sería capaz de disuadirla de divorciarse, así que le puse el video con la conferencia del maestro. Durante varios días, mi cuñada vio el vídeo completo, y después de esto la mayor parte de su ira había desaparecido. También le enseñé artículos en donde los practicantes de Falun Gong compartían sus experiencias de cultivación y sus puntos de vista. También compartí con ella mis propias historias de cultivación. Era como si, de repente, viera las cosas bajo una nueva luz. Dejó de hablar sobre el divorcio y comenzó a practicar Falun Gong. En el camino de regreso a su casa, mi cuñada me dijo "De acuerdo a las enseñanzas del Maestro, yo estuve mal. Mi marido está lo suficientemente ocupado atendiendo la tienda por sí mismo. Nadie cocina para él. Si me quedara en la casa, por lo menos podría cocinar para él".
La transformación de mi suegro
Mi suegro ya está en sus 80 años. Era miembro del partido comunista chino (PCCh) desde antes de 1950. Él se opuso fuertemente a mi práctica de Falun Gong durante los primeros años después de 1999, cuando el PCCh comenzó la persecución y sus mentiras con respecto a Falun Gong. Estaba muy enfadado conmigo porque mi hijo también practica Falun Gong. Le llamó a mi madre y la criticó fuertemente. Fue incluso a la casa de mis padres y los condenó por haberme permitido ser una disidente y por permitir a su nieto ser uno también. Me acusó de arruinar la próxima generación de su familia, haciendo que mis padres se sintieran avergonzados.
Sin embargo, ahora mi suegro piensa que camino sobre el agua.
Se trata de la misma familia de la cual me había separado poniendo delante de mí un muro grueso y alto de hielo, antes de empezar a practicar Falun Gong. Había endurecido mi corazón y les hizo sentir también mi frialdad. A veces yo quería cambiar, pero no era capaz. Una vez pensé que mi relación con la familia de mi esposo era una conclusión inevitable. Sin embargo, Falun Gong me ha dado una nueva perspectiva. Sentí alegría y felicidad una vez que derretí la pared gruesa de hielo. Realmente siento que la casa de mis suegros es también mi casa, porque soy parte de su familia.
Mis compañeros de trabajo son como mis hermanos y hermanas
Yo solía ser orgullosa y considerarme mejor que otros. Miraba a los demás con desdeño y siempre quería aparentar superioridad. Yo también era vacía y me gustaba vestir mejor que los demás. Si veía que alguien subía su estatus social y se vestía mejor, me llenaba de celos e infelicidad. Cuando estudiaba en la universidad, había ocho chicas de mi clase, pero ninguna fue una amiga verdadera. Una vez tuve una gran discusión con mi jefe en el pasillo de la oficina, y yo pensé que estaba en mi derecho. Sentía que era muy competitiva y miraba hacia abajo a todos los demás.
Cuando me ascendieron en el año 2000, una señora en mi oficina se enojó tanto que lloró toda la noche (ella me lo confesó más adelante). La verdad es que no le caía bien a nadie en la oficina y nunca habría llegado a ser ascendida si el director de Recursos Humanos no hubiera sido un amigo de la familia.
Solo llevaba unos pocos meses practicando Falun Gong cuando me ascendieron, por lo que nadie en la oficina había cambiado todavía su opinión sobre mí. Pero, poco a poco, todo el mundo descubrió que yo había cambiado. La señora que había llorado al enterarse que me habían ascendido se convirtió en una amiga muy querida. Todos se burlaron de mí por mi mejoría y me dijeron que me había convertido en "estúpida" (en contraposición a "la astucia".)
Impermeable al interés propio
Varias veces al año, viene a nuestro departamento un auditor de cuentas. Yo soy la responsable de sus alojamientos, transporte y de comprarle regalos [la costumbre en China]. En aquel tiempo, había un montón de lagunas de contabilidad en las empresas de China. Nadie examinaba los recibos. Siempre y cuando se produjera un recibo, se podía dar un reembolso. En aquellos días, los ingresos se escribían a mano, lo que ocasionaba grandes errores que podían ser explotados. Un día, compré para el auditor una camisa, con un cheque de 10.000 yuanes. La camisa costaba menos de 7.000 yuanes. Cuando le pedí un recibo, la cajera se ofreció a transferir el saldo a una tarjeta de prepago de compras y a escribirme un recibo por el total de $ 10.000 yuanes. La rechacé automáticamente. Ella me miró, estupefacta. El chofer se rió de mí mientras nos veía, diciendo: "Acaba de perder una oportunidad perfecta".
He estado trabajando aquí por más de 10 años y nunca he robado un centavo. Si no hubiera sido por Falun Gong, estoy segura de que habría usado el dinero de los contribuyentes para comprar ropa y bolsas de marca. Hablando de los regalos, sólo he conocido a un auditor que se negó a aceptar cualquier regalo y resultó ser un practicante de Falun Gong también. Su conducta ha impresionado a mis compañeros de trabajo. Cada vez que mi departamento tiene que dar un regalo a un auditor, recuerdan a este practicante de Falun Gong.
El coche de la empresa y el coche privado
He estado trabajando a nivel de dirección durante más de 10 años. Fuera del horario normal de trabajo, no utilizo el coche de la empresa. En realidad, el chofer de la empresa incluso ha utilizado mi coche privado para situaciones de emergencia en su familia. Para todos los demás, los coches de empresa se han convertido en sus vehículos particulares. Los costos de gas, peajes, mantenimiento y reparación pueden ser de más de 10.000 yuanes por año. Sin embargo, si se utiliza un vehículo de la empresa, ésta asume todos los gastos. Mi chofer les cuenta con orgullo a los choferes de otras empresas acerca de mí y ellos lo envidian bastante.
Un día, acompañé a la esposa de mi jefe en un viaje personal a la capital de la provincia. Pagué por todo el gas y los peajes. Ella sabe que nunca me reembolsan estos gastos, por lo que me instó a solicitar éste reembolso. Le prometí que lo haría, pero nunca lo hice porque era un viaje personal.
Aceptada por mi nuevo departamento
En 2006 fui transferida a un nuevo departamento, en donde había tratado de trabajar diez años atrás. De repente, me transfirieron a este departamento sin haberlo solicitado. Sin embargo, la gente en este departamento no estaba conforme conmigo, sobre todo una compañera de trabajo mayor que yo.
Pocos días después de mi traslado, ella hizo un comentario sarcástico al alcance de mi oído: "Bueno, ella está ahora en nuestro departamento como jefa, a diferencia de antes". Hice un esfuerzo para sonreír y sobrepasé el momento. Completé todas las tareas que me asignaron tranquilamente y con diligencia. Ayudaba a los demás, aunque no era parte de mi trabajo y no luchaba por conseguir tareas que iban a llevarme beneficios. Trataba a mis nuevos compañeros como a mis propios hermanos y hermanas y les ayudaba siempre que podía. Cuando se trataba de dividir los beneficios, elegía a los más pobres y me llevó lo mínimo. Yo estoy a cargo de los gastos, lo que es la envidia de todo el mundo en el trabajo. Los que están a cargo de los gastos, pueden decidir sobre las compras de regalos para las fiestas. En mi caso, este cargo significaba una mera responsabilidad de trabajo.
Poco a poco, los malos chismes sobre mí fueron sustituidos por la apreciación abierta. Incluso la señora que hizo el comentario sarcástico tuvo que bajar la guardia y los celos y ahora confía en mí. A veces me trae delicias de su casa.
A finales de 2007, en la cena que organizó la empresa, un hombre comentó: "Mi nuera (que trabaja en nuestro departamento) me dijo que ella nunca ha visto a una mujer más generosa que su jefa (es decir yo)". Todo el mundo aplaudió.
La bondad es contagiosa
Después de más de una década de practicar Falun Gong, mi marido es el que más se da cuenta de mi transformación. Acostumbraba sentirse impotente con respecto a mi conducta, pero ahora no hay nadie más orgulloso de mí que el. A menudo dice, "Llevas la luz del sol a todas partes. Ahora ya ni me atrevo a molestarte, porque no me creerían si me quejara acerca de ti con mi familia".
Estoy cambiando y también cambian las personas que me rodean
Una vez, un colega se quejó en el trabajo sobre las disputas que tenía en su familia. De repente, otro colega lo interrumpió: "La jefa (es decir yo) dijo que todos los conflictos dejarán de existir si elevas tu xinxing". Todos se rieron. Un colega más cercano afirma con frecuencia: "Ella (es decir yo) es una mujer, e incluso no lo toma a pecho. ¿Entonces, nosotros por qué deberíamos de estar molestos?" Muchos conflictos se resolvieron de forma natural.
A finales de 2011, durante un viaje de negocios con mi jefe hacia una agencia del gobierno para una auditoría de fin de año, conocí a una joven que acababa de perder a su madre. Entendí durante nuestra conversación que no se llevaba bien con su suegra. Después de compartirle mi historia, ella me dijo con entusiasmo: "Nunca he sido capaz de encontrar a alguien como usted para hablar. Dudaba de si hacía lo correcto cuando luchaba en contra de mi suegra, pero mis colegas y amigos siempre me sugerían nuevas tácticas para sacar provecho. Cuando seguía sus consejos, me sentía aún más infeliz. Ya que me ha contado su historia, me siento como si hubiera visto la luz".
Le di un DVD con el espectáculo de Shen Yun. Este año me agregó como amiga en QQ y me envió un mensaje: "He visto el DVD. Es maravilloso. Mi relación con mi suegra mejoró. Ya no peleo con ella. Tiene una vida difícil."
Podría seguir para siempre con estas historias. El PCCh siempre ha dicho al público que Falun Gong es un peligro para la sociedad de China, pero la verdad es que el Maestro nos enseña a ser cada vez mejores personas. Todos los practicantes de Falun Gong que han estado en contacto conmigo son buenas personas e inspiran a la gente que los rodean en ser buenas personas. Un colega me dijo una vez: "Yo no creo que tenga la perseverancia para practicar Falun Gong, pero espero que todos los demás, sí la tengan". Un amigo de la escuela es ahora el jefe de policía. Nosotros no tenemos una relación cercana, pero él no duda de mi carácter por el único motivo que soy una practicante de Falun Gong.
Trece años pueden parecer mucho tiempo. ¿Por qué soy capaz de perseverar cuando yo no acostumbraba ser una persona paciente? Creo que usted entendió la respuesta mientras leyó este artículo. El camino de la cultivación puede ser difícil, pero no tengo ninguna razón para renunciar. Después de todo, ¿quién estaría dispuesto a renunciar a la alegría y a la felicidad?
Espero sinceramente que los que aún no saben la verdad acerca de Falun Gong se sienten y escuchen las historias personales de cultivación de los practicantes de Falun Gong en todo el mundo y cerca de usted. Espero que usted alcance la felicidad al igual que las decenas de millones de personas que están practicando Falun Gong.