[Minghui Net] Catorce años atrás, me gradué de la universidad y empecé a trabajar como empleado público en la gobernación de una ciudad en el sur de China. Dos de mis ex compañeros de la universidad habían hecho un viaje de cuatro horas en autobús para entregarme el libro Zhuan Falun, diciéndome que era un buen libro. Le di una ojeada y les pedí que lo llevaran de regreso. Así no más, sin saberlo, perdí una valiosa oportunidad. Tres años más tarde, renuncié al trabajo en el gobierno de la ciudad para trabajar en comercio exterior, moviéndome de lugar en lugar para ganarme la vida.
En el 2004 vi un sitio de clarificación de la verdad durante mis múltiples viajes a Hong Kong. Inicialmente, estaba reacio en aceptar los materiales que distribuían. Luego de un año, regresé a Hong Kong y vi que el sitio aún estaba allí. Pensé que esas personas debían haber sufrido un gran agravio ya que bajo sol o la lluvia eran tan dedicados a su causa. Examiné los contenidos de la exhibición de arriba hacia abajo y me di cuenta que la verdad era completamente diferente de la propaganda del partido comunista chino (PCCh). Esta revelación cambió mi pensamiento drásticamente.
Después de muchos altibajos, regresé al pueblo natal de mis padres, encontré un trabajo estable y me casé. Aunque mi vida se había calmado, sentí que aún estaba en la búsqueda de algo. Sentí que esto no era mi destino, y que eventualmente me iría de este lugar. En los siguientes seis años, mi matrimonio llegó a su final. Extrañaba el sur y le solicité a mi empleador a que me transfiriera a la subsidiaria de la compañía allá. Mi deseo fue cumplido.
Después de regresar al sur en marzo del 2012, me reuní con dos de mis mejores amigos de la universidad. Ambos eran practicantes de Falun Gong. Uno de ellos me preguntó si había renunciado al PCCh. Le dije que me había unido al partido cuando cursaba el tercer año de universidad, pero que no había pagado las cuotas de membresía por más de diez años desde que renuncié a mi trabajo como empleado público. Me preguntó si había llenado la aplicación para entrar al PCCh, lo cual confirmé. También preguntó si había alzado mi mano y jurado delante de la bandera roja como sangre del PCCh, lo cual confirmé. En ese momento me acordé que había jurado dar mi vida al PCCh, y era una promesa mortífera. Me dijo: “Si no rescindes los votos, llevarás por siempre el símbolo del martillo y la hoz. Si anulas los votos, los dioses rectos te protegerán”.
El concepto de dioses era muy vago en mi mente, ya que había crecido en una sociedad ateísta. Aun así, sentí que necesitaba anular los votos que había hecho. Acordé con mi amigo y anuncié que renunciaba al PCCh en ese mismo instante. Un minuto más tarde, sentí una brisa fresca detrás del cuello, como si algo se hubiera desprendido fuera a través de mi cuello. Mi amigo, que puede ver otras dimensiones, me dijo que el símbolo marcado en mí se había desvanecido.
Un día a finales de abril, cuando caminaba por una calle bulliciosa, súbitamente sentí que todo era una ilusión y transitorio. Una pregunta llegó a mi mente: “¿Existo realmente?”. Cuando entré en un estado semi-consciente esa noche, la pregunta resonaba de nuevo en mi mente. Mi respuesta fue: “Este yo no existe realmente”.
Al día siguiente, me senté en el sofá con las piernas cruzadas. Del aburrimiento, tomé un libro budista. Actualmente, desde mi infancia, siempre estuve fascinado con lo misterioso de la vida y buscaba el significado de ésta. En una sentada, terminé de leer el libro, pero no explicaba muchas cosas claramente. Aun así, estaba determinado a comenzar la cultivación. Aunque no entendía qué era la cultivación genuina, reflexioné que sería una buena persona, seguiría el curso de la naturaleza, y buscaría por la verdad y la belleza en esta sociedad.
La próxima vez que vi a mi amigo de la universidad, le dije que había decidido empezar la cultivación. Sonrió y me dijo: “¿Estás listo para tomar un camino difícil?”. Le dije: “La cultivación no es difícil; la ignorancia lo es”. Mientras decía esto, sentí una tranquilidad y alegría inmensa. La ansiedad habitual que había sentido desde niño se había reducido grandemente.
Esa noche en mi sueño, vi a un demonio cortar mi cabeza. Duró toda la noche. Tan pronto cerraba mis ojos, el demonio vestido con ropa roja me encontraba. No dormí para nada y dejé la lámpara prendida. Mi amigo me visitó al día siguiente. Cuando le conté de mi noche, me dijo que recitara “Falun Dafa es bueno” si sentía miedo. Llegó la noche y me acosté en la cama. Sentí que la noche llegaba y me asfixiaba con un enredón, y no podía respirar. Rápidamente recité “Falun Dafa es bueno”. Inmediatamente, olí un aroma y sentí una corriente de calor descendiendo de mi cabeza. La corriente de calor circuló dos veces en mi abdomen inferior y despareció. Esa noche dormí bien.
Mi amigo me trajo el libro Zhuan Falun y me dijo que debía terminar la lectura sin importar lo que ocurriera. Esa noche cuando regresé a casa del trabajo comencé a leer el libro. Mientras leía, me dije que ¡el libro fue escrito por un dios! Terminé el libro a las 2:00 a.m. Luego de ir a la cama, sentí nuevamente una corriente de calor descendiendo de mi cabeza. El día siguiente, le dije a mi amigo que supe que el propósito de mi existencia aquí era leer este libro. ¡Finalmente obtuve el Fa!
Cada vez que me acuerdo de esta memoria, me siento muy entusiasmado. A veces cuando veía a los transeúntes, quería gritarles: “¡Despierten! ¡Falun Dafa se enseña aquí, obtenerlo es el propósito de sus vidas!”.
Mi amigo me dijo: “Habrá toda clase de resistencias cuando trates de leer los libros de Falun Dafa. No es fácil obtener el Fa, y es muy importante tener una gran fuerza de voluntad. Shifu te ayudará si te mantienes firme estudiando”. Al principio, mi enfermedad anterior volvía cuando estudiaba. Erupciones rojas con picazón cubrían mi cuerpo; me rascaba mientras leía. En mi mente, le prometí a Shifu: “Terminaré de leer este libro esta noche y nada me detendrá”. Media hora más tarde, la picazón paró. El ambiente normalmente ruidoso también se aquietó de repente. En las siguientes dos semanas, terminé de leer docenas de libros de Falun Dafa. Durante este tiempo hubo interferencias mínimas, como si estuviese leyendo en otra dimensión.
Una vez, dos de mis viejos amigos quisieron visitarme. Tenía planeado ir a casa y conseguir los materiales de Faln Dafa para poder clarificarles la verdad. Cuando llegué a casa, la puerta estaba atascada. Llamé a un cerrajero, quien dijo que esta clase de cerradura era difícil y tomaría veinte minutos. Mientras taladraba, se rompió la herramienta. Trató con otras herramientas, pero no funcionaban. Me di cuenta de que era una interferencia y le pedí a Shifu que me ayudara. Pensé cuando enviaba pensamientos rectos: “Voy a salvar gente y nada debe detenerme”. Dos minutos más tarde, el taladro comenzó a funcionar, y la puerta se abrió en cinco minutos. El asombrado cerrajero dijo que nunca había abierto tal cerradura tan rápidamente. Le di un DVD de Shen Yun y me dijo alegremente que lo vería esa noche.
Siempre que tenía dudas haciendo las tres cosas, Shifu arreglaba para que los compañeros practicantes me encontraran o intercambiaran sus experiencias conmigo. A veces, durante una discusión que aparentemente era irrelevante al problema que tenía, todavía encontraba las respuestas que necesitaba. En las dos semanas pasadas, el dolor de dientes era tal que no podía estudiar ni hacer los ejercicios normalmente. Traté de mirar dentro, pero no pude encontrar la raíz de mis apegos. El dolor empeoró y pensé que no lo aguantaría más. Le pedí a Shifu que me diera una pista. Esa noche, estudié el Fa con varios practicantes. Viendo que no podía tomar el libro apropiadamente debido al dolor, enviaron pensamientos rectos para ayudarme. Cuando el practicante que me ayudó a obtener el Fa me habló, todo lo que dijo era como un trueno rugiendo en mis oídos, golpeando mis nociones humanas. De repente, mis pensamientos rectos estaban de vuelta. Me di cuenta que en las dos semanas pasadas estuve luchando con mis emociones porque tuve mucha interacción con una persona que me gustaba muchísimo desde el año pasado. Vi la prueba que tenía que pasar y redescubrí mis pensamientos rectos. Los principios del Fa se precipitaron en mi cabeza y me manifestaron sus significados profundos.
Algunas veces, cuando leo los nuevos artículos de Shifu, las lágrimas corren por mi cara. También lloraba cuando leía los artículos de los compañeros practicantes en Minghui. Lo que quiero decir no se puede describir con palabras. ¿Qué más podría hacer para pagar la inmensa gracia de Shifu, además de ser diligente y cultivarme genuinamente?
¡Gracias Shifu! ¡Gracias compañeros practicantes!