[Minghui Net] Soy una maestra de escuela elemental. Casi cada año fui transferida a una escuela diferente. Usualmente, tengo facilidad para adaptarme a mis nuevos trabajos, pero tuve dificultades cuando me transfirieron a una escuela del campo como maestra suplente. Al principio no pude controlar mi temperamento, a pesar de haber cultivado Falun Dafa por muchos años. El tema de controlar mi temperamento siempre fue para mí un problema. Cooperaba con otros superficialmente, pero nadie sabía cómo me sentía o cual era mi nivel de xinxing. Sabía en mi corazón que estaba lejos de cumplir con los requisitos del Fa.
Una prueba especial para mi xinxing
Enseño clases de quinto y sexto nivel principalmente. Se sabe comúnmente que los estudiantes de mayor nivel son más duros de enseñar, y esto era especialmente así para mí debido a mi mal temperamento. Hablaba duramente con los estudiantes que no se comportaban bien, en vez de usar compasión. Era responsable de tantas clases, y por ende de tantos estudiantes, que perdía mi paciencia con frecuencia. De este modo, se formó un ambiente negativo. Los estudiantes tenían un mal concepto de mí y me decían cosas por la espalda. La clase era un caos y eventualmente quise dejar de ir a trabajar.
Algunos estudiantes eran tan molestos que no podía continuar dando clases. No miré hacia dentro, sino que me quejé con su tutor. Después que el tutor habló con ellos, se comportaron bien un tiempo, pero pronto comenzaron a comportarse de nuevo mal. Cada vez que pasaban por mi oficina me llamaban con un apodo y salían corriendo. Gradualmente perdí mi estima para ser maestra.
Una vez atrapé al estudiante que me llamaba con apodos. Era de la clase de la que me había quejado con el tutor antes, así que decidí reportarlo con el tutor nuevamente. Fui a su oficina alrededor del mediodía. El tutor dijo: “¿Qué es lo que esperas que haga con esta situación?”. Me sentí un poco decepcionada con la respuesta, pero ya estaba allí frente a los estudiantes que miraban. Después de presentar la queja, el tutor no estuvo de acuerdo conmigo. Estaba tan enojada y sentí que quedé muy mal. ¡Un maestro en desacuerdo con otro frente a tantos estudiantes! Ese día ni siquiera pude comer. Luego me fui a mi oficina y cerré la puerta con mucho enojo. No pude llorar. Miré hacia dentro para buscar las razones del por qué algo así me había sucedido.
Mirando hacia dentro
Recuerdo que uno de los practicantes en el sitio de práctica local me había señalado una debilidad. En ese tiempo yo podía aceptar críticas, porque no sentía que estuviera perdiendo la cara. Incluso me sentía bien, ya que había podido aceptar la crítica sin contestar. Sentía que cumplía con los requisitos de Shifu pero realmente no miraba hacia dentro para encontrar la razón de raíz. En ese tiempo, solo estaba enfocada en el raciocinio, en vez del corazón de compasión hacia otros.
Entonces me di cuenta de mi problema y escribí repetidamente:
“el tono de tu voz, tu bondad y tu razonamiento puede transformar el corazón de una persona.” (Consciencia lúcida – Escrituras esenciales para mayor avance)
Agregué “gracias, Shifu” en mis escrituras. Sabía que necesitaba mejorar mi xinxing, pero aun así, me resultaba difícil. El problema en la escuela ya se había prolongado por un tiempo. Algunos estudiantes tenían malos sentimientos hacia mí y hablaban mal de mí a mis espaldas. Los rumores se dispersan rápidamente entre los estudiantes. Sabía que había algún asunto de cultivación detrás, pero no sabía qué hacer. Terminaba luchando todos los días para finalizar la clase.
El ambiente cambió después que cambié mi corazón
Sabía que tenía que dejar ir la preocupación de perder la cara y que tenía que resolver el asunto con mis estudiantes. En clase, discutí honestamente con los estudiantes las formas de enseñar y examinar. Escuché sus opiniones y les pedí que votaran por un algún método aceptable. Les prometí que seguiría la forma que ellos eligieran. Sentí que la animosidad entre nosotros comenzó a desaparecer.
Algún tiempo después, me encontré con el tutor de ese estudiante fuera del trabajo. Ambos nos sentimos avergonzados, pero decidí dejar ir mi preocupación y hablé con ella. Le dije: “cambié algunas cosas en mi clase. No sé aún cuál fue el efecto. Si te enteras de algo, por favor ¿me avisarías?”. Ella se sintió feliz con mi actitud y dijo: “¡No sé cómo cambiaste tus métodos tan rápidamente! Los estudiantes ya no se sienten ofendidos en tu clase. Por favor no seas tan dura contigo misma”. De repente, sentí que los problemas entre nosotros habían sido eliminados. Sin embargo, el problema no estaba completamente solucionado. El problema más grande había sido solucionado pero había otras cosas para considerar.
La mañana siguiente, otro tutor nos dijo: “Por favor avisen a todos los estudiantes que es ilegal criticar al maestro en Internet”. Regresé a mi oficina, ingresé mi nombre y busqué. Aparecieron un montón de críticas malas sobre mí. Me deprimí tremendamente. Sin embargo, sabía que esto tenía que ver con mi cultivación. Me di fuerzas para revisar todo el contenido, y encontré a la estudiante que había escrito esto sobre mí. Le advertí, con compasión, que no la reportaría siempre y cuando borrara lo que había escrito sobre mí. No le di tanta importancia al asunto y traté a esta estudiante igual que a los demás. Gradualmente los estudiantes dejaron de ponerse en mi contra.
Hay alrededor de diez clases de quinto y sexto grado. Me he cultivado por dos o tres meses y ajusté mi comportamiento y pensamientos. Sin embargo, las clases de sexto grado aún resultaban difíciles. Algunas de las niñas aún estaba resentidas conmigo y esto continuó hasta fines de mayo. Había un partido de voleibol con jugadores de otra escuela, y durante la clase, mis estudiantes discutían sobre el partido y querían ir a verlo en vez de estar en clase. Se suponía que no debía dejarlos ir porque se acercaban las fechas del examen. Sin embargo, les ofrecí una opción: “OK, aún queda una cosa pendiente por ver en la clase, pero si lo hacemos rápido, podemos ir luego a ver el partido”. Como resultado, la clase trabajó rápido y bien. Cuando fueron a ver el partido, ya había terminado y los jugadores estaban practicando, pero mis estudiantes se sentían contentos. Nuestra relación mejoró y pudimos hablar bien y sonreír nuevamente.
Un día, llovía copiosamente, y muchas estudiantes no había traído paraguas, entonces tenían que esperar en el salón a que la lluvia mermase. Yo tenía un paraguas en mi bolso y podría haberme ido a casa sin tener que esperar. Vi cuantos estudiantes se mojaban mientras iban corriendo desde el salón a la parada de auto bus. Entonces acompañé a uno por uno de ellos con el paraguas hasta la parada de autobús. Incluso le presté el paraguas a uno de los estudiantes porque yo andaba en bicicleta y con el impermeable me bastaba. No fue mucho, pero desde ese día en adelante, muchos de mis problemas con los estudiantes desaparecieron.
Cambiando el destino
Mis estudiantes de sexto grado se recibieron a mediados de junio. Los estudiantes tenían sus libros anuales y casi todos querían mi firma en ellos. Esto hubiera sido imposible tres meses atrás. Logré mirar hacia dentro y sinceramente cambiarme y cultivarme diligentemente. Como resultado, los estudiantes también cambiaron. Ese periodo duro de tiempo en realidad me dio la oportunidad de cultivarme más diligentemente que en cualquier otro momento de mis nueve años de cultivación.
Como estaba de maestra suplente, fines de junio era casi mis últimos días. Después de una reunión en la escuela, vi a la tutora que antes se había quejado de mí. Fui hasta ella y le dije: “¡Gracias!”. Ella contestó amablemente: “Está bien. No hice nada, usted pasó la prueba”. Yo contesté con una sonrisa: “¡Realmente pasé la prueba!”. A pesar de que ella realmente no entendía a lo que me estaba refiriendo, le agradecí por su comentario. Gracias Shifu por ayudarme a cultivarme y cambiar un destino no tan bueno entre aquellos estudiantes y yo, a uno mejor. Recuerdo bien lo que Shifu dijo en Consciencia lúcida:
“Mientras trabajas, el tono de tu voz, tu bondad y tu razonamiento puede transformar el corazón de una persona, ¡mientras que una orden nunca podrá hacerlo!”
Después de esta experiencia, cambié totalmente. Atesoro los arreglos de Shifu, porque de otro modo, nunca me hubiera dado cuenta de mi gran problema. Atesoro las enseñanzas del Fa de Shifu que me hicieron cambiar un destino malo por uno bueno.