[Minghui Net] Estuve trabajando en una localidad remota y no había escuchado nada sobre Falun Dafa hasta finales de 2000, cuando los agentes de la localidad arrestaron a varios practicantes de Falun Gong. Por curiosidad, paré a un agente de seguridad para ver cómo eran los practicantes.
En la oficina, los agentes de seguridad hicieron preguntas a esos practicantes. Una mujer que parecía conocerme me sonrió y me dijo: “He escuchado que tienes artritis reumatoide, pero no tiene cura incluso después de tomar muchos medicamentos. Deberías considerar el practicar Falun Gong, tal vez podría curar tu enfermedad”. Me reí, no creía lo que dijo y me alejé.
El mismo año, el municipio identificó a una familia que practicaba Falun Gong. El municipio había realizado muchos intentos para forzarles ilegalmente a renunciar a Falun Gong, pero tuvieron poco éxito. Por lo tanto, este incidente fue informado a oficiales de policía de mayor rango. El departamento de policía asignó a dos de nosotros para recopilar pruebas.
Estuvimos cerca de su casa y vigilábamos las actividades de la familia. Luego informábamos a la policía. Un día a las 14 h, una docena de agentes fueron a arrestar a gente de esta familia. Vi que el marido se negaba a cooperar. Tres agentes luchaban con él en el suelo, le esposaron y le arrastraron a la fuerza hasta un vehículo policial. Hicieron algo similar con su mujer. La abuela de 70 años gritaba con la voz quebrada: “¡Son buenas personas! ¿Por qué los arrestan? ¡No han hecho nada malo!”. La policía la ignoró y se llevó a la pareja.
Vigilando un centro de lavado de cerebro, me volví un practicante de Dafa
En marzo de 2003 nuestra zona llevaba a cabo sesiones de lavado de cerebro a practicantes de Dafa. Dos practicantes eran de mi localidad, y como agente del municipio tenía que turnarme para vigilar a los practicantes. Debíamos estar con ellos día y noche para no dejarles practicar Falun Gong. Tuve la oportunidad de estar con los practicantes por más de un año. Vigilándolos descubrí que eran muy amables, fáciles de llevar y pensaban en los demás primero. No tomaban ninguna medicina pero estaban llenos de espíritu y salud. Creían firmemente en Dafa y Shifu.
Conforme pasaba el tiempo, poco a poco me fueron conmoviendo profundamente. Realmente eran un grupo de buenas personas. Sus corazones reflejaban belleza, lo cual hacía que los admirara y adoraba su creencia.
Cuando estaba realizando mis tareas les pedía que me hablaran sobre los nuevos artículos de Shifu, o partes del libro Zhuan Falun. Escuchaba y me sentía especialmente cómodo. Sentía que estos artículos estaban bellamente escritos. Cuando pasaban el nuevo artículo de Shifu o párrafos de Zhuan Falun, también me los pasaban a mí. Los copiaba y los estudiaba una y otra vez cuando tenía tiempo. Como resultado, memoricé unos 40 artículos de Shifu, “Lunyu” y las primeras páginas de Zhuan Falun. Gradualmente, quise aprender los ejercicios de Falun Gong.
Una noche, dije a la practicante con la que estaba: “¿puedes enseñarme los ejercicios?”. Esperamos hasta que los guardias completaron la segunda ronda a las 2 de la madrugada. Ella entonces me enseñó los cinco ejercicios, y me convertí en un practicante de Dafa. Fui bendecido con Dafa.
Mi enfermedad desapareció después de practicar Dafa
Antes tenía artritis reumatoide. Durante la época en la que estaba trabajando en el centro de lavado de cerebro habitualmente llevaba una gran bolsa de medicinas al trabajo y las tomaba diariamente. Más tarde, comencé a estudiar el Fa y a practicar Falun Gong, pero no podía abandonar el pensamiento humano de enfermedad y continué tomando la medicación. Después de compartir experiencias de cultivación con otros practicantes, gradualmente tuve un mejor entendimiento del Fa. Un día tiré todas las medicinas. Después de muchas vicisitudes, tuve una oportunidad de conseguir una copia de Zhuan Falun. Estaba muy contento y no podía esperar a leerlo. Tomaba una comida sencilla y leía cuando era posible, y lo terminé en un día.
He leído libros durante más de doce años, pero nunca había leído un libro tan convincente. Desde entonces estudiaba y practicaba el Fa cuando podía, excepto cuando estaba en el trabajo. Sin notarlo especialmente, mis piernas y mis pies ya no me dolían nada. Mi cuerpo era muy ligero, podía caminar como si estuviera corriendo, y podía subir las escaleras como si saltara.
Sentí el poder de Dafa. Estoy muy agradecida por la gran compasión de Shifu y la ayuda de otros practicantes. Un año después de comenzar mi práctica de Dafa, mi artritis reumatoide estaba completamente curada.
De la petición de artículos para conmemorar el 20º Aniversario de la introducción de Falun Dafa.
Versión en inglés: http://www.en.minghui.org/html/articles/2012/6/12/133923.html