[Minghui Net] Mi hermana menor y yo participamos en un recorrido por Hong Kong que comenzó el 6 de abril, porque quería entender el estado de la rectificación del Fa en esa región.
Yo estaba emocionada cuando aterrizamos en Hong Kong, la tarde del 6 de abril. El guía nos recomendó que primero tomáramos un descanso y comenzar el recorrido al día siguiente. A la mañana siguiente, estaba lloviendo y el cielo estaba muy oscuro. Parecía que la lluvia no iba a detenerse pronto. Me senté en el pasillo para enviar pensamientos rectos: “Soy un practicante de Falun Dafa y he esperado durante sesenta años para venir a Hong Kong. Por favor, deje de llover, para que pueda salir a visitar a los practicantes locales”. Después de enviar pensamientos rectos durante 10 min, la lluvia cesó. Mucha gente se preguntaba cómo había sucedido esto.
Ese día fuimos a varios sitios turísticos, donde los practicantes de Dafa aclaraban la verdad a la gente sobre la práctica y la persecución. Mi hermana y yo tuvimos la oportunidad de compartir experiencias con los practicantes de Dafa de Hong Kong. Cuando nos encontramos, fue como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Nos animamos unos a otros. Las pancartas y las lonas llamaban la atención de mucha gente y muchos turistas se detenían para leer la información.
Durante los tres días siguientes no llovió y el clima era agradable. El día que teníamos que viajar a Macau, llovía muy fuerte como a las cinco de la mañana. De inmediato empecé a enviar pensamientos rectos. La lluvia se detuvo de nuevo a las 5:10 h, cuando estábamos listos para salir. Sabía que el Maestro estaba allí para ayudarnos.
El viaje en barco a Macau tomaría cerca de dos horas. Una mujer de nuestro grupo, llamada Xiao Mei (seudónimo), tuvo un ataque cardíaco durante el trayecto. Sus manos y pies estaban fríos y tenía dificultad para respirar. La mujer que guiaba nuestro grupo estaba asustada y pidió ayuda a la tripulación del barco, pero ésta no podía hacer nada hasta que el barco llegara a Macau.
Me puse de pie, me acerqué a Xiao Mei y le dije: “Xiao Mei, tiene que aguantar”. “No puedo, me estoy muriendo”, me dijo. Varios de sus amigos empezaron a llorar. Le dije con firmeza: “Usted está bien. Repita con el corazón:´¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!´, Xiao Mei asintió con la cabeza. Le recordé que repitiera estas frases una y otra vez, sin parar. Luchando por su supervivencia, repetía desesperadamente esas frases una y otra vez e incluso dijo las palabras en voz alta. Más tarde, sus amigos se unieron con ella para repetir las frases. Volví a consolar a la mujer que guiaba nuestro grupo y le dije que Xiao Mei iba a estar bien.
Diez minutos después, Xiao Mei abrió los ojos y dijo que se sentía mucho mejor. Ella me agradeció. Le dije que debería agradecerle a nuestro Maestro, porque fue el Maestro quien le ayudó. Treinta minutos después, Xiao Mei dijo que los síntomas de la enfermedad habían desaparecido. Mi hermana y yo aprovechamos esta oportunidad para esclarecerle la verdad, ya que acababa de experimentar directamente la bondad y el poder de Dafa. Tuvo palabras de elogio y admiración. También le pedimos que renunciara al PCCh. Xiao Mei estuvo de acuerdo y renunció al PCCh de inmediato. También lo hicieron otras cuatro personas en el barco. El guía también lo hizo sin vacilar.
Sabía que el Maestro estaba allí para salvarlos. La mujer que guiaba nuestro grupo se sintió muy conmovida por todo lo que había sucedido. Sostuvo mis manos y dijo: “¡Gracias a vuestro Maestro! ¡Gracias a vuestro Maestro!”. Como guía turístico, tenía la responsabilidad de la salud y la seguridad de todos los turistas.
El poder de Dafa se puso de manifiesto delante de la gente. Se comprobó que el Maestro se preocupa y protege a todos los seres. A partir de este viaje de cinco días, a través de una experiencia de la vida real, la gente supo la verdad y siete personas renunciaron al PCCh.