1. Mi motocicleta chocó un automóvil, pero nadie resultó herido
Por la tarde del 22 de diciembre, regresaba del trabajo a casa en motocicleta.
Me faltaba alrededor de un kilómetro de distancia para llegar, cuando vi delante mío, a mi derecha, cómo un coche rojo bajó la velocidad. No dio ninguna señal de que iba a girar a la izquierda así que continué conduciendo pensando que iba a parar. Cuando estaba a la altura del coche, éste de repente giró a la izquierda, era demasiado tarde para frenar y lo golpeé. Fui lanzado más de diez metros hacia la izquierda, la motocicleta se detuvo cuando la rueda delantera golpeó la acera, lo cual impidió que me chocara contra una pared. El conductor estaba petrificado y no sabía qué hacer. Le pregunté: "¿Por qué no puso la señal de virar a la izquierda?". En ese momento se puso alerta y me preguntó: "¿Estás herido?" Le dije: "¿Por qué razón voy a estar herido?". Él se rió: "¡Tú eres todo un profesional de la motocicleta!". Le contesté: "Empecé a montar la motocicleta hace un año". Entonces le pregunté en tono de broma: "Si hubieras sido tú ¿te habrías lesionado ahora mismo?". Él dijo: "Honestamente, si hubiera sido yo, sin duda que me habría lesionado". Le dije: "Soy un practicante de Falun Dafa, y no te mentiría, por favor ayúdame a poner mi motocicleta de nuevo en la carretera".
Unos transeúntes que habían visto el accidente me ayudaron a colocar la motocicleta de nuevo en la carretera. Les di las gracias y me alejé.
2. Me golpeó una camioneta y no tuve ni un solo rasguño
Por un practicante de Falun Dafa de la provincia de Heilongjiang, China
Este año voy a cumplir 61 años de edad. En 1998, comencé a practicar Falun Dafa. No puedo ver nada en otras dimensiones pero he vivido muchos acontecimientos milagrosos. Voy a compartir uno de ellos.
Sucedió a mediados de enero de este año. De regreso a casa, con tres compañeros mios cogimos un autobús. En el autobús entregué varias piezas con el carácter chino "fu", de la buena suerte, que contenía además información que esclarece la verdad. A mitad del camino me bajé y tomé un taxi en el otro lado de la carretera. Era casi de noche, la carretera tenía hielo y nieve, antes de bajar del bus me aseguré de que no vinieran coches. Cuando estaba por la mitad de la calle, una fuerza enorme me lanzó hacia arriba, me hizo voltear y aterricé con un ruido sordo. Me levanté de inmediato y a 4 metros de distancia vi a una camioneta que estaba a punto de parar. Me di cuenta que me había golpeado. Sin quitarme la nieve de la ropa, me dirigí rápidamente hacia la camioneta. El conductor descendía, entonces le grité: "¡No salga! Me encuentro bien. Es mejor que se vaya para que no bloquee el tráfico".
Una vez que la camioneta se fue, me acerqué a un taxi cercano. El conductor había visto todo. Dos de mis colegas se acercaron también. Una mujer dijo: "Fue espantoso, mi corazón casi salta fuera de mi pecho!" Le dije al taxista: "necesito que me lleve". Con los ojos abiertos, el conductor me preguntó: "¿Estás bien? ¿No quieres ir al hospital?" Le dije: "¡Estoy bien, soy un practicante de Falun Dafa, Shifu me protegerá. No habrá ningún peligro!".
Al día siguiente, no tomé ningún taxi sino que caminé varios kilómetros a mi oficina. Uno de mis colegas que también había cogido el autobús de pasajeros me preguntó: "¿Están bien tus piernas?" Le dije: "Ni un solo rasguño, acabo de llegar caminando".
Un compañero mío no había renunciado a las organizaciones afiliadas al partido, a pesar de haberle aclarado la verdad y de aconsejarle de hacerlo hace tres años. Después de ver el poder milagroso de Dafa, decidió renunciar al PCCh de manera decisiva cuando se lo mencioné de nuevo. Una compañera con la que había trabajado durante 30 años, creía en cierta religión y se negaba a salir de las organizaciones afiliadas al partido. Cuando ella vio personalmente lo que me había pasado, decidió renunciar inmediatamente.
Este acontecimiento causó sensación en mi trabajo. Los que habían creído obstinadamente en la propaganda del partido comunista chino (PCCh), después del accidente cambiaron su actitud hacia Falun Dafa. Esto sirve para demostrar que "Ver algo una sola vez es mejor que escuchar hablar de ello cien veces".
3. Mis rodillas gravemente heridas dejaron de dolerme media hora después
Por un practicante de Falun Dafa en la provincia de Sichuan, China
Esto sucedió cuando la persecución estaba en su peor etapa. Un día cogí un montón de folletos de aclaración de la verdad de la casa de un compañero practicante. De repente empezó a llover. Mantuve los materiales contra mi pecho para evitar que se mojaran y continué caminando con la lluvia que caía sobre mi espalda.
Pero el camino estaba lodoso y resbalaba y de repente me caí. Veía todo oscuro. Inmediatamente pensé que era un practicante de Dafa. No podía dejar que la gente me viera ahí tumbado sin poder levantarme. Me las arreglé para levantarme y pude ver con claridad unos treinta segundos más tarde. Vi a un agricultor cosechando clavos de ajo en el campo. Un dolor punzante en mis rodillas me impedía caminar. Todos los miembros de la comunidad local sabían que practicaba Dafa. Tenía que regresar caminando. Fui a la orilla del río para lavarme las manos y vi que ambas manos estaban muy magulladas. La piel se había levantado en mi muñeca. Cuando traté de arreglarme, vi que mis piernas estaban magulladas desde la rodilla hasta el tobillo. Me dolían tanto que no podía ponerme en cuclillas. Le dije a Shifu que sin duda continuaría cultivándome con firmeza. Con los dientes apretados, me acuclillé, mis rodillas crujieron y al estar parado allí ya no me dolían para nada.
Un mes más tarde, alguien se deslizó de la loma en el campo de arroz y se golpeó las rodillas. Él fue al hospital y pagó 1.600 yuanes. Eso me recordó mis rodillas gravemente heridas que dejaron de dolerme después de media hora y sin gastar un solo centavo ¡Todo fue gracia a Shifu quien me protegió!