Falun Dafa Minghui.org www.minghui.org IMPRIMIR

Crímenes de lavado de cerebro cometidos en la prisión de Meizhou, provincia de Guangdong (Foto)

Abr. 12, 2012 |   Por un practicante en la provincia de Guangdong, China

[Minghui.org] La prisión de Meizhou, en la provincia de Guangdong empezó a encarcelar a practicantes de Falun Gong en el año 2004. En 2005 se estableció una oficina 610 y cambiaron de un programa mixto de trabajo forzado y lavado de cerebro a otro de día completo de lavado de cerebro. Combinaron lo que llaman “estudio” con muchos otros métodos para adoptar una forma aun más salvaje y brutal de perseguir a los practicantes.

La prisión de Meizhou pone a todos los practicantes de Falun Gong en una celda, con cada practicante confinado en un área, donde de tres a diez de otros reclusos son asignados para vigilarlos. Los reclusos asignados que escogen son: drogadictos,  traficantes, asesinos, pirómanos, ladrones y violadores, que habían recibido penas de muerte o aplazamiento en la pena de muerte. Los monitores se colocan en todas las habitaciones, corredores, servicios y campos. La policía puede ver y controlar todo desde sus oficinas. Persiguen a cada practicante durante dos o tres meses, y los métodos son usados cada quince días. Si el practicante soporta la persecución y no sucumbe ante ella, se detiene durante dos o tres meses y luego empieza de nuevo.

1. La “posición del jinete” que excede las limitaciones físicas humanas


 

长时间罚坐小凳子

Reconstrucción de la tortura: Forzado a sentarse en un pequeño taburete durante largos periodos de tiempo

En la prisión de Meizhou, fuerzan a los practicantes a sentarse en un taburete de 22 cm de alto por 17 de diámetro para “estudiar”. El practicante debe mantener sus piernas inferiores verticalmente, y sostener el libro con ambas manos mientras descansa los antebrazos en la litera. La cabeza y la espalda deben permanecer rectas. Si después de cerca de dos semanas o un mes, el practicante aun no se ha “transformado”, le apartan la silla de la cama hasta que los brazos se estiren de tal manera que apenas toca la cama con los dedos. El cuerpo debe mantenerse inmóvil en todo momento. Incluso tienen a alguien que lava el recipiente de arroz del practicante para evitar que él se mueva. Esencialmente, intentan forzarle a sucumbir o a “sentarse” a la muerte. Al principio en esta tortura, uno siente extremo dolor en los brazos y en las nalgas. Luego el cuerpo entero se entumece. En la noche, durante el sueño, en cada punto de los músculos y huesos se siente un dolor insoportable.

2. Extendiendo el “Tiempo de estudio” indefinidamente

Las sesiones de lavado de cerebro para los recién llegados en la prisión de Meizhou, están entre diez y doce horas por día, incluido un descanso para comer. Si el practicante no se ha transformado en el lapso de dos semanas a un mes, se incrementa de 13 a 16 horas. Si aun no hay “mejoría”, se extiende el tiempo de 16 a 20 horas más, sin descanso para comer.

3. La policía afirma: “tenemos suficiente personal”

En la prisión de Meizhou se asigna de tres a doce prisioneros para vigilar a cada practicante, dependiendo de cómo progresa su “estudio”. El número de oficiales asignados específicamente para tratar con practicantes varía de uno a seis. Los oficiales afirman: “Tenemos suficiente personal. Si tres personas no son suficientes, podemos usar treinta. Si este grupo no funciona podemos cambiarlo por otro”.

4. Regulaciones inhumanas para beber agua y usar los aseos

Los guardias de la prisión limitan el número de veces que los practicantes pueden beber agua y usar los aseos a cuatro veces por día, con la excusa de que primero necesitan “aprender”.

5. Culpable por asociación

La prisión de Meizhou tiene regulaciones para los practicantes que empiezan a ser “transformados”. Los presos asignados a vigilarles, gozan de todos los privilegios de la prisión, incluyendo ganar puntos para la reducción de condena, consumo de 900 gramos de cabeza de cerdo cocinada, o participando en actividades recreativas sin límite de tiempo. Por otro lado si los practicantes no se “transforman,” entonces todos los privilegios de los presos asignados se perderán.

Los métodos arriba descritos tan solo son la punta del iceberg de las medidas de persecución usadas por los agentes de la oficina 610 en la prisión de Meizhou. A pesar de ello, los practicantes firmes que han sobrepasado dichas torturas siguen siendo numerosos. Entre estos practicantes están: Lu Zhijun (sentenciado a seis años), Zhuang Zepeng (sentenciado a ocho años), Peng Huisheng (sentenciado a tres años y medio), Huang Hujie, y Xie Hanzhu.