[Minghui Net] Mi nombre es Lele. Tengo 13 años. Algunos de los milagros que me han ocurrido son realmente impresionantes.
Cuando estaba en sexto curso, el SARS –una enfermedad muy contagiosa y potencialmente mortal– estaba haciendo estragos en China. Si alguien pescaba un resfriado, tendría que quedarse en casa y no se le permitía ir al colegio durante una semana. Por tanto, tenía el apego al miedo. A la mañana siguiente, contraje un resfriado. Estaba muy preocupado, pero mi madre me dijo que estaba bien (mi madre es practicante de Falun Dafa) y que podía ir al colegio de seguro. Dijo que con la ayuda del Maestro y Falun Dafa, no debería ser nada. Como nos tomaban la temperatura antes de entrar al colegio, tenía un poco de miedo. Sin embargo, estaba pensando en el Maestro y en el Fa, y pasé con éxito el examen físico. Ese fue un día de sufrimiento. El viernes, realizamos un estudio del Fa en mi casa. No quería estudiar el Fa, pero con el ánimo de mis tíos y tías y los compañeros practicantes, estudié el Fa con ellos. Me sentí muy bien cuando empezamos a enviar pensamientos rectos. Fue tan mágico. No había señal de resfriado en absoluto. Más tarde me tomé la temperatura. Era sólo de 36,5 ºC. Estaba muy contento. Al día siguiente, miré dentro y encontré la razón de este yeli de enfermedad. El jueves anterior tuvimos un examen en el colegio. Había una pregunta que difamaba a Falun Dafa. No contesté esa pregunta, así que mi nota fue 99. El profesor me pidió que lo corrigiera. Tuve que escribir mi respuesta, así que pensé que iba a ser muy inteligente y usé cinta transparente para cubrir una palabra difamatoria en la pregunta. Después escribí mi respuesta. En ese momento, estaba bastante complacido. Pero pensándolo ahora, ¡me doy cuenta de que estaba equivocado!
La segunda vez que invité yeli de enfermedad fue también en el sexto curso cuando estábamos de vacaciones durante el Año Nuevo Chino. Una noche, mi abuela que es también practicante de Falun Dafa, aunque no es muy diligente, me dijo: “Ahora estás en la secundaria; tienes que estudiar tu curso más diligentemente. No puedes gastar mucho tiempo en el estudio del Fa”. En ese momento, no estaba muy en contra de la sugerencia, pero poco después tuve fiebre durante más de 10 días. Me mantuve mirando dentro, y mirando dentro pero no pude encontrar ningún apego. Al final, con la ayuda de mi madre, entendí finalmente que estudiar el Fa es lo más importante. El curso es secundario. ¿De qué sirve si hago mis tareas bien pero no tengo una vida para vivir? Tus notas serán buenas si estudias el Fa diligentemente. Así que no debería pensar como piensa mi abuela. Mientras tanto, también llegué a entender por qué mi abuela me dijo eso. Porque fui criado por ella y confiaba en ella, no la refuté. ¡Esta fue la causa del yeli de enfermedad!
Durante este periodo, he experimentado cosas milagrosas. Había un corte en mi dedo anular. No le presté mucha atención pero era un corte grande y profundo. Cuando desperté al día siguiente el corte había desaparecido. ¡Eso fue asombroso! Mis notas fueron de rango medio desde el primer curso hasta el quinto curso. Pero tuve muy buenas notas en matemáticas en el sexto curso. Estaba muy feliz. Estaba estudiando el Fa diligentemente. Estudiaba una lección al día.
Cuando estaba en la secundaria, en el primer semestre, estudiaba el Fa diligentemente antes del examen intermedio. Fui clasificado 7º en mi clase y 300º en toda la escuela (de un total de 1.680 estudiantes en el colegio y 64 estudiantes en mi clase). Estaba muy satisfecho con mi nota, ya que mi colegio era un colegio muy bueno. Sin embargo, poco después del examen intermedio vino el examen final. Esta vez, no estudié el Fa ni hice los ejercicios. Sólo me concentré en mi tarea. Mi nota se clasificó en el 600º. Ahora me doy cuenta de que todo es dado por el Fa. ¿Cómo no podríamos estudiar el Fa? El próximo semestre, ¡estudiaré el Fa diligentemente y haré los ejercicios!
También hubo un milagro que le ocurrió a mi padre. Mi padre tiene alto azúcar en la sangre, el cual fue descubierto en su examen físico en 2008. Después del diagnóstico, mi padre sinceramente recitó: “Falun Dafa es bueno”, “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. ¡Lo recitaba casi mil veces al día! Su índice glucémico cayó rápidamente. Su nivel de azúcar en sangre, estaba por encima de 12, el cual es el doble que el de la gente normal. Más tarde, su nivel bajó a menos de 6. ¡Sus colegas estaban muy sorprendidos! Mi padre dejó de recitar esas palabras una vez que el índice volvió a la normalidad. Después el índice glucémico subió a más de 9. Esta vez, se puso muy serio y empezó a recitar esas palabras todos los días. Finalmente su índice glucémico volvió al nivel normal.
Muchos milagros le han ocurrido a mi familia.