[Minghui Net] No empecé a hablar a la gente sobre Falun Gong hasta que leí “Viaje por Norteamérica para exponer el Fa”. Durante la última década me he vuelto cada vez más maduro en mi cultivación con la ayuda de la guía de Shifu. En el continuo proceso de aclarar los hechos, también he sido testigo de la transformación del pueblo chino en su actitud hacia Falun Gong.
Primera etapa: Nubes oscuras en el cielo
Recientemente abandoné el pensamiento de auto-protección y dejé de rehuir mi obligación de empezar a hablar a la gente sobre Falun Gong, pero todavía tenía mucho miedo y preocupaciones. Hice una estimación simple: “Hay 7.000 millones de personas en el mundo y 100 millones de practicantes de Falun Gong; por tanto, cada practicante tiene que aclarar los hechos a solo 70 personas. Me di una cuota de 100 personas. Empezaría con mis amigos y conocidos cercanos. No debía ser difícil. Si podía alcanzar una persona al día, solo me llevaría unos tres meses alcanzar mi cuota. De este modo, lo hice por un año. He debido llegar a más de 300 personas, pero no vi diferencia en absoluto en la actitud general de la gente hacia Falun Gong. Es vergonzoso decirlo, pero estaba intentando “hacerlo lo antes posible y asunto concluido”.
El comentario más habitual que recibía era que “no dijera estas cosas a otras personas”, porque creían que era arriesgado y me podía meter en problemas con las autoridades. Un hombre mayor incluso afirmó: “si fuera a reportar lo que me acabas de decir, la policía te arrestaría”. Sin embargo, las respuestas más positivas que he recibido vinieron de dos amigos que son periodistas. Me dijeron que siempre que sus editores les pedían que informaran sobre Falun Gong, ellos les decían que tenían otras noticias que cubrir, para evitar tener que imprimir artículos negativos sobre Falun Gong. Un conocido cercano que trabaja en la oficina de seguridad del estado una vez me dijo: “Se todo sobre Falun Gong. Uno de mis familiares practica, así que nunca participaré en suprimir Falun Gong”.
En ese tiempo, la mayoría de la gente parecía saber que Falun Gong es inocente, pero pocos tenían el coraje para dar el paso de defender la práctica. Las conciencias de la gente parecían haber sido suprimidas o estar adormecidas.
Segunda etapa: Despertar
A pesar de que vi poco cambio en la actitud de la gente, continué aclarando los hechos. Mi miedo disminuyó al tiempo que estudiaba el Fa y enviaba pensamientos rectos. La mentalidad de buscar “hacerlo lo antes posible y asunto concluido” también desapareció. En contraste, mi sentido de responsabilidad en salvar a la gente creció más fuerte. Pensé: “Quizá no todos los practicantes en China intentan aclarar los hechos”, así que elevé mi cuota a 1000 personas. Según mi estimación, me llevaría solamente un año si pudiera llegar a tres personas al día. Como decidí hacer esto, debía cambiar mis métodos. No podría hablar mucho rato cuando aclaraba los hechos, y tenía que intentar ser breve. Al acumular más experiencia, también aprendí a no decir cosas que pudieran exceder el nivel de entendimiento de una persona.
Ahora el comentario más frecuente que recibía era: “No salgas afuera y le digas a alguien que practicas Falun Gong. Solo practícalo en casa en secreto”. La atmosfera de terror empezó a remitir en los corazones de la gente y gradualmente empezaron a considerar si la supresión de Falun Gong está justificada y qué tipo de gente son los practicantes de Falun Gong.
En mi experiencia, la gente de una clase social más baja son más receptivos a la información sobre Falun Gong, mientras que la gente con una carrera política y más alta posición en la sociedad china son reacios a expresar sus sentimientos sobre Falun Gong.
Tercera etapa: Desgajando las mentiras del partido comunista chino
Otro año pasó, y por ahora he debido alcanzar 1000 personas, pero no pensaba que hubiera ninguna indicación obvia de transformación en el pueblo de China hacia Falun Gong. Sin embargo, sí noté un cambio: Ahora los practicantes están haciendo diferentes cosas para aclarar los hechos. Algunos están produciendo materiales que contienen información importante sobre Falun Gong o sobre el partido comunista chino (PCCh), mientras que otros los están distribuyendo. Algunos practicantes están ayudando a la gente a renunciar al PCCh y/o a sus organizaciones afiliadas, y otros están hablando a la gente directamente sobre la persecución a Falun Gong. Dejé de contar el número de personas a las que había llegado, y comencé a sentirme como una partícula del Fa en el cuerpo de practicantes.
Estoy usando mis fuerzas para aclarar los hechos junto con los compañeros practicantes. Ya no tengo miedo o me entusiasmo cuando hablo con la gente. Estoy relajado y hablo en un tono pacífico. Presto atención a la respuesta de la gente e intento que haya una conversación con la otra persona.
El tipo de comentario más frecuente que recibía ahora era de condena al PCCh. Cuando hablaba sobre Falun Gong la gente a menudo comentaba: “Falun Gong es inocente”. Cuando hablaba sobre el PCCh, los comentarios más frecuentes eran: “Los funcionarios del PCCh son corruptos” y el “PCCh es una organización mafiosa”, a lo cual a menudo le seguía una retahíla de condenas al PCCh. Me encontraba gente que estaba preparada para crear excusas para las acciones del PCCh, insistiendo en que eran “exigencias en la política”, pero la mayor parte de la gente era receptiva a la información que les daba.
Sentía como si los chinos hubieran despertado. Cuando me encontré ocasionalmente con antiguos compañeros, expresaron su máximo respeto por mí, y me hablaron de su indignación por la persecución que había sufrido. Fui testigo incluso de la destacable transformación en las actitudes de la gente de una aldea agrícola de minorías étnicas en mi lugar de nacimiento, donde seguían adhiriéndose al pensamiento antiguo de que el emperador o el partido que gobierna, manda sobre todo. El año pasado fui a casa por el Año Nuevo Chino, y oí por casualidad a algunos de ellos discutiendo sobre temas actuales. “¡El PCCh está planeando sacarnos cada centavo otra vez! ¡Unos bandidos, eso es lo que son!”. Era imposible oír tales pensamientos hacia el PCCh en el pasado.
Cuarta etapa: Señales de esperanza para el futuro
Hoy en día, dejar que la gente sepa los hechos sobre Falun Gong se ha vuelto una forma de vida para mí. Me encuentre en el trabajo, entre amigos y familiares o rodeado de extraños, ya no me pongo nervioso o agitado cuando hablo sobre Falun Gong. Evalúo la situación para determinar cómo aclarar los hechos, y hablo sobre cosas comunes que podamos relacionar. Nunca presiono a nadie para que acepte lo que le digo. Siempre que hablamos sobre el PCCh, la gente naturalmente le condena y desprecia.
He presenciado dos fenómenos extraños: Primero, los cuervos en Beijing parecen haber desaparecido. Desde el 20 de julio de 1999, la población de cuervos en Beijing parecía hacerse más numerosa, eventualmente convirtiéndose en parte del paisaje, especialmente en la Plaza Tiananmen, la Ciudad Prohibida y Zhongnanhai. Este año, no pude encontrar ni un solo cuervo, y solo vi urracas. Oí que todos los cuervos habían muerto en el invierno de 2010. Segundo, flores de Udumbara han estado floreciendo por toda China. Ha habido noticias en internet sobre el florecimiento de esta flor en el extranjero, y también he visto muchas de ellas en mi lugar de trabajo.
A menudo recuerdo a la gente que tenga esperanza sobre el futuro. El PCCh ha gastado todos sus trucos. Todos los que entienden los hechos sobre Falun Gong tendrán un futuro maravilloso. Tanto los funcionarios de gobierno como los civiles con los que me he encontrado todos están de acuerdo en eso. El único punto de vista diferente que tenemos es que yo creo que el PCCh está al borde del colapso, mientras que algunos creen que todavía aguantará algunos años.
En la última década he visto cómo la gente ha cambiado su pensamiento hacia el PCCh debido a su supresión de Falun Gong. También he sido testigo de cómo los practicantes arriesgaban sus vidas para ayudar a los chinos a despertar a la verdad. He tenido la gran oportunidad de transformarme desde un practicante envuelto en apegos, a convertirme en un practicante de Falun Gong responsable de mi cultivación.