[Minghui Net] Compartí con una compañera practicante ayer. No era muy educada y no usaba palabras sofisticadas cuando hablaba. Sus oraciones más frecuentemente usadas eran: “Confiemos todo al Maestro” y “rectificarme”. Aunque no mencionó ningún glamoroso principio del Fa en sus palabras, esas dos oraciones me dejaron con una fuerte impresión.
Durante la persecución, juzgando sus tribulaciones familiares y el manejo de los temas con sus hijos, ella en realidad confiaba todo al Maestro y rectificó sus propias nociones no rectas al mismo tiempo. Cada vez, la situación cambió. Todos los asuntos fueron resueltos luego de que atravesó las tribulaciones. A veces los resultados eran excepcionales.
Cuando esta practicante estaba detenida en un campo de labores forzadas, su hija lo hizo bien en los exámenes de admisión a la universidad. Con sus calificaciones, fue seleccionada como primera opción por la universidad. El campo de labor amenazó a la compañera practicante, de que si no seguía sus órdenes, ellos anularían la admisión de su hija en la universidad. Esta practicante no fue afectada. Dijo: “No son ustedes quienes toman la decisión. Todo sigue el arreglo de mi Maestro”.
Más tarde, maleantes en el campo de labor fueron hasta la universidad y pidieron a los educadores sacar a la hija. Al escuchar la situación, los líderes patrocinaron el campo de labor. Después, hablaron a la hija de la compañera practicante en privado: “no te preocupes y concéntrate en tus estudios.”
Después de que su hija se graduó, fue enviada a una empresa comercial del gobierno y los beneficios eran excelentes. Era una posición considerada como una máxima oportunidad por muchos colegas graduados. Sin embargo, su período de prueba parecía no terminar nunca. Solo cuando este periodo concluyera, podría convertirse en una empleada permanente y completar su registro domiciliario en la ciudad. Esta practicante no trató de influenciar en el resultado a través de sus conexiones y no sobornó a nadie que tuviera que tomar las decisiones. Gradualmente dejo ir muchos apegos humanos. Eventualmente eliminó completamente este tema de su mente. Consideró que confiaría todo al Maestro. Tras un año, el trabajo de su hija se volvió permanente.
Comparándome con esta practicante, ¿en qué quedo corta? Soy una graduada universitaria, así que profundo en mi corazón pienso que soy capaz y tengo algunos talentos. Sin embargo, a veces, soy “demasiado inteligente para ser sabio”. Debido a mi insignificante inteligencia, no soy capaz de confiar todo al Maestro. Siempre he tenido algunas reservas. Cada vez que llevo a cabo algo, siempre pienso que es debido a mis capacidades. Mi egoísmo es más severo que el de esta practicante. No soy verdaderamente sabia.
De hecho, quienes pueden confiar todo al Maestro son los más sabios, debido a que los arreglos del Maestro son lo mejor. Confiar todo al Maestro significa abandonar las preferencias personales, abandonando la propia experiencia de uno, las nociones y eventualmente dejar ir el ego. ¿No es esto asimilarse al Fa? ¿No es esto creencia genuina? ¿Cómo pueden las personas actuar así si no creen verdaderamente?
“Confiar todo al Maestro” es una oración muy simple, pero esta lleva hacia el Fa, la firmeza y sinceridad sin reservas.
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2011/12/30/130406.html