[Minghui Net] Nota de los editores: Cada vez que publicamos noticias de este tipo, lo hacemos con el corazón pesado. Estas personas eran empleados públicos, pero bajo al intensa presión del régimen comunista chino, los empujaron a perseguir a los practicantes de Dafa. En el proceso de destruir las vidas de personas bondadosas, inocentes y ciudadanos de ley, sellaron sus propios destinos y se enfrentaron inevitablemente con su debida retribución. Si no fuera por las órdenes perversas del régimen, tal vez su destino hubiera sido otro.
El 18 de febrero de 2011 se difundían noticias alarmantes en la corte del distrito de Shenbeixin, ciudad de Shenyang. El Sr. E Anfu, un juez de 45 años de edad, murió de una hemorragia cerebral después de casi dos meses de tratamiento médico intensivo.
El Sr. E sufrió de daño cerebral el 31 de diciembre de 2010, y fue llevado a la sala de emergencia. Durante su estadía en el hospital, su condición fluctuaba entre el coma y estar consciente. Cuando estaba despierto, repetidamente le pedía sus familiares que buscaran algún practicante de Falun Dafa.
Un practicante escuchó esto y lo visitó en el hospital. El Sr. E confesó cómo participó él en la persecución a practicantes de Falun Dafa hace diez años atrás. Dijo: “Pasaron diez años. Esta es la peor cosa que hice en contra de mi consciencia, en toda mi vida”.
Era 2001, dos años después que el PCCh comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Dafa. La corte de Xinchengzi, ahora llamada corte del distrito de Shenbeixin, ejecutó activamente las órdenes de la oficina 610. La corte realizó juicios secretos contra muchos practicantes, y los sentenció con términos excesivos de prisión. Varios de los practicantes fueron sentenciados de cinco a ocho años en prisión. El Sr. E estuvo involucrado en estos casos.
El Sr. E confesó que, uno de los practicantes era la Sra. Wang Min, una maestra de educación física en la Tercer Escuela Primaria. Ambos fueron colegas antes de que él entrara en la corte. Él dijo: “Incluso envié a mi ex colega la Sra. Wang Min a la prisión para mujeres de Dabei”. Luego se enteró que la Sra. Wang sufrió maltrato severo en la prisión y que quedó muy débil, lo cual lo hizo sentir culpable.
El Sr. E dijo que en los años recientes, recibió varios llamados y cartas de los practicantes, entendió la verdad, y se dio cuenta de que lo que había hecho estaba mal. Dijo: “estoy confesando lo que hice diez años atrás. Estoy pidiendo disculpas a los practicantes que he perseguido. Quiero confesar antes de que muera”.
Expresó su voluntad de renunciar al PCCh y sus organizaciones. Dijo que odiaba a los practicantes porque fue engañado por las mentiras del PCCh. Como resultado, ayudó al mal, persiguió a buenas personas, cometió pecados, y estaba recibiendo su castigo por ello.
El 18 de febrero de 2011 el Sr. E tuvo otro paro cardíaco y murió.