[Minghui Net] Mientras mi esposo y yo distribuíamos material para clarificar la verdad, el 1 de julio de 2001, alguien nos denunció a la policía. Me detuvieron más de un mes y a mi marido lo condenaron a dos años de trabajos forzados.
Nuestro condado queda bastante distante de la ciudad más cercana. Las personas están aisladas y muchos de ellos no saben de Falun Gong. Nuestro arresto y detención fue una gran noticia en nuestro condado.
Mi marido y yo éramos profesores de instituto, él trabajaba como subdirector de un instituto y ambos gozábamos de buena reputación. Algunas personas piensan que como el partido comunista está tan corrupto, Falun Gong debe ser bueno. Otros se preguntaban por qué si los dos teníamos trabajos estables con excelentes rendimientos ¿Cómo podíamos hacer algo así como ir en contra del partido?
Pero sin importar cuán divididas estaban sus opiniones, todos se pusieron de acuerdo en que nos ayudarían a conseguir la libertad. Las personas iban al departamento de policía y solicitaban nuestra liberación. Posteriormente, la policía nos dijo que cuando fuimos detenidos, muchas personas se acercaban a la comisaría diariamente. Este incidente conmocionó a todos en el condado y casi todos supieron que nosotros somos practicantes de Falun Gong.
Después de mi liberación, perdí contacto con los otros practicantes. Mi casa fue revisada varias veces y ya no quedaba ningún libro de Dafa. Al principio estaba muy deprimida, cuidando de mi hijo de doce años, de mi hija de seis años y de mis ancianos suegros, no sabía que hacer, ni cómo sobrevivir. Estaba bajo una gran presión, todo eso era muy difícil para mi. La policía venía a hablar conmigo semanalmente. Cuando se avecinaban las vacaciones, mi supervisor o cualquier persona me vigilaba para impedir que apelase.
Me suspendieron como profesora después de mi liberación y me designaron extraños trabajos, como por ejemplo, ser ama de llaves en la escuela. A mi no me importaba y traté de hacerlos todos bien, pronto recobré mi reputación y se limaron las asperezas entre los otros profesores. Después de un semestre, la escuela me designó como sustituta en dos clases dónde los alumnos estaban teniendo dificultades para pasar. Si no se los ayudaba para ellos sería muy difícil cuando comenzasen el bachillerato.
Le hablé a mis estudiantes sobre el verdadero significado de la vida, sobre la cultura divina y las historias tradicionales. Realicé un esfuerzo para preparar cada lección con mucho cuidado. A los niños les gustaban y yo disfrutaba de mis conferencias. La escuela seleccionó al azar a algunos alumnos de mi curso y les preguntó sobre su experiencia en mis clases. Uno de ellos dijo: "Nuestra nueva profesora de inglés tiene sentido del humor y tiene un extenso conocimiento. A todos nos gusta".
Los estudiantes de mis clases habían subido sus notas para los exámenes de mitad de curso. Los directores de la escuela me elogiaron en la reunión de padres y profesores celebrada en el auditorio de la escuela, estaban presentes los representantes de más de treinta clases. Los padres habían prestado atención a mis notas de clase. Los estudiantes de los dos cursos a los que les di clases, solían tener notas muy bajas, tanto que llamaban la atención de la Oficina de Educación del Condado. Sin embargo, últimamente la oficina estaba menos preocupada y algunas personas incluso, le dieron crédito a Dafa por el cambio. Se me saltaron las lágrimas cuando escuché esto.
Más tarde, cuando los agentes de policía continuaban acosándome, los directores del colegio se lo impidieron. Al ir a la conferencia de educación del condado, a la que asistieron los directores de varias escuelas del condado, el director de mi escuela, me elogió una vez más. Alguien dijo: "¡Después de esto, puedo decir que Falun Gong debe ser bueno!".
Mi misión es ofrecer la salvación a más personas. Después de que esos estudiantes pasaron de mi curso con buenas notas, muchos otros trataron de entrar a mis clases. Sé que esos jóvenes tienen un sentido de entendimiento. Ellos son personas a las que les debería ofrecer la salvación. El Maestro y Dafa me dan sabiduría, por ello mi aula se transformó en un instrumento para salvar a seres conscientes. Enseñé a esos alumnos basándome en hechos de la historia, en cultura divina y en historias de cultivación, para despertar su sabiduría. Ellos repetían conmigo "Verdad-Benevolencia-Tolerancia".
El ciclo del instituto tiene una duración de tres años. Debido a mis extraordinarios logros en la enseñanza, con frecuencia me transferían a enseñar a otras clases, que tenían más dificultades, algunas veces me cambiaban cada semestre. Al tener contacto con tantos estudiantes distintos, tuve la oportunidad de ofrecer la salvación a muchos más. Los estudiantes con frecuencia suelen compartir sus experiencias con sus compañeros.
Al recordar diez años de cultivación, sé que todo esto fue posible solo por la compasión y la protección del Maestro.