[Minghui Net] En octubre de 2000 fui ilegalmente sentenciado a un término de cinco años en prisión por el partido comunista chino (PCCh). Fui arrestado y llevado a la prisión de Jidong en la provincia de Hebei. Allí sufrí cruel persecución física y mental. Quisiera compartir unas cuantas historias sobre cómo mejoré mi ambiente de cultivación a través de confrontar lo perverso cara a cara.
1. “Reglas de la prisión” – No son para mi
En la prisión de Jidong, todos los nuevos practicantes enfrentan la primera prueba, la cual es memorizar las “reglas de la prisión”. Los prisioneros no estaban asignados a ningún trabajo al principio, y se les requirió enfocarse en memorizar las normas. Al principio, yo las recité por un par de días como los demás. Sin embargo, no entendía por qué no fui capaz de enfocarme y mi mente se mantenía en blanco. No hice ningún “progreso” en memorizar las reglas.
Un día durante una comida, un prisionero tranquilamente me preguntó: “los practicantes de Falun Gong en otros equipos todos se rehúsan a memorizar las reglas de la prisión. ¿Qué es lo que te pasa a ti?”. En ese momento mi cabeza se sentía como si estuviera siendo bombardeada y repentinamente me di cuenta que el Maestro me estaba guiando usando las palabras del prisionero. En ese momento, el líder del equipo 2 envió personas específicamente para “ayudarme” a memorizar las reglas de la prisión. Le expliqué que Falun Dafa estaba siendo perseguido, que nosotros no éramos criminales y que las así llamadas reglas de la prisión no eran para mí en lo absoluto. Yo no tenía nada que ver con ellas.
Cuando el líder del equipo aleatoriamente seleccionó personas para verificar su progreso en memorizar esas reglas, yo estaba entre esos seleccionados. Me rehusé a recitar las reglas, así que el líder se comprometió y dijo: “está bien, siempre y cuando recites solo una regla”. Le dije: “no puedo recordar ninguna”. Él sacudió su cabeza y se detuvo de preguntar. Desde entonces, recitar las reglas no me fue requerido. Similar a memorizar las reglas, también hicieron que los prisioneros alabaran al PCCh y mostraran “arrepentimiento”. Usé la misma estrategia y mi razonamiento siempre fue “soy un practicante de Falun Gong. Esas cosas no son asunto mío”.
2. Enfrentando agotadora persecución con pensamientos rectos
El 23 de enero de 2001 el PCCh escenificó el incidente de la “Autoinmolación de la Plaza Tiananmen”. Tras eso, la persecución contra Falun Gong se volvió más severa en todo el país y la prisión de Jidong no fue la excepción. Al inicio empezaron a lavar el cerebro de los practicantes de varias maneras. Wang Guosheng me pidió cooperar con él y apoyarlo. Dije: “las personas que practican Falun Gong son todas buenas, pero tu tratas a las personas como criminales y al mismo tiempo, consideras a los criminales como personas buenas. ¿Qué clase de persona eres tú?”.
Su cara se puso azul. Su boca tembló y no podía ni siquiera decir una oración completa. Unos días después por la tarde, la prisión organizó un evento para tratar con todos los practicantes que se rehusaron a escribir su “declaración de arrepentimiento” para abandonar sus creencias. Esa fue la primera vez que fui torturado con picanas eléctricas. Alrededor de cinco guardias se pararon a mi alrededor. Dos de ellos sostenían picanas eléctricas en cada mano. Los demás me retorcieron el brazo detrás de la espalda y me empujaron el hombro hacia abajo. Bajo la orden del líder del equipo, empezaron la tortura. Sentí olas de quemaduras y dolor. Apreté los dientes, cerré los ojos y recité continuamente el poema del Maestro:
Vivir sin expectativas,
morir sin arrepentimientos;
extinguiendo todo pensamiento excesivo,
cultivar el fo no es difícil
(“Sin Existencia” -Hong Yin)
Gradualmente el dolor se fue y me sentí normal de nuevo. Unos cuantos días después, incluso las marcas de las quemaduras desaparecieron.
En una ocasión, Di Shijin, la persona responsable de perseguir a Falun Gong en la prisión me gritó: “Si te rehúsas a “transformarte”, te mataré. ¡Tienes que transformarte!”. Ese día, Di y otros dos guardias se aproximaron a mí con miradas fieras en sus rostros. Antes de que completaran dos oraciones, me patearon fuerte el muslo mientras no estaba mirando. Sentí un dolor agonizante, pero al mismo tiempo esto me volvió mentalmente claro. Me enfoqué en el pensamiento: “No me golpees. Te haré incapaz de golpearme”. Instantáneamente la situación cambió drásticamente. Cada vez que Di levantaba su mano para golpearme, fue detenido por mi mano y luego lanzado en la dirección opuesta. Su cuerpo también se sacudió con el movimiento. Después de media hora, no fueron capaces de seguir golpeándome y todos estaba exhaustos, sudando, jadeando y frustrados. Dije: “todo lo que han hecho y dicho, aunque no pude escribirlo con un lápiz, lo he memorizado. Inmediatamente que salga de este lugar, lo expondré ante todo el mundo”. Para mi sorpresa, Di repitió muchas veces: “No por favor. No hagas eso”.
3. Manteniéndome activo
Durante los cinco años que pasé en la prisión de Jidong, me mantuve diciéndole a la gente: “Falun Dafa es maravilloso. Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno”. Mantuve el pensamiento de que el Maestro y el Fa estaban conmigo, así, ¿qué habría que temer? Finalmente, lo sobrepasé con dignidad. Me di cuenta de que mientras más determinado estaba, más miserable y desesperado se volvía el mal y el ambiente mejoró.
Una vez, un capitán con apellido Zhang deseó “transformarme”. Ejerció todo su esfuerzo durante dos días y hasta no fue a su casa ese fin de semana. Al comienzo, trató de persuadirme de que solo necesitaba escribir la “declaración de garantía”. Me rehusé, así que cambió su estrategia y me pidió hacer una “declaración verbal”, hasta preparó una declaración de garantía simplificada y solo me pidió leerla, pero yo aun me rehusé. Zhang se molestó tanto que dijo: “¡si no te transformas te golpearé!”. Aun antes de que pudiera terminar la oración, yo me levanté, señalé hacia él y dije en voz alta: “¡cómo te atreves! ¿Te atreves a golpearme?” Inesperadamente, Zhang quedó estupefacto. Luego de muchos minutos dijo: “está bien. Es demasiado tarde. Regresa a dormir”.
Me di cuenta de que debemos ser más sólidos sobre lo que un practicante debe hacer en esos momentos. Primero, debemos empezar con nosotros a través de enriquecer nuestras mentes con el Fa. Por ejemplo, si era obligado a realizar labor forzada, cuando iba, retornaba o durante el mismo, nunca aflojé. Cada vez que era posible, recitaba Hong Yin repetidamente y recordaba algunos párrafos de Zhuan Falun (no podía recitar todo el libro en aquel tiempo). Me di cuenta de que cuando solo había Fa en mi mente y mi mente estaba llena del Fa, no había espacio para otras cosas inútiles. Ese era el verdadero estado de vacío y el mejor estado de cultivación.
La segunda cosa es ser activo. Hablaba a los capitanes cada vez que tenía tiempo libre, dependiendo de las circunstancias. Una vez, el capitán Zhang se presentó. No nos habíamos visto en un largo tiempo. Me aproximé y traté de hablarle. Me dijo que había tenido un accidente automovilístico y había estado inconsciente por tres días. Regresó al trabajo luego de muchos meses. Se lamentó: “los seres humanos son tan débiles. Aun el golpe más ligero puede dejarte en coma”.
El clima estaba poniéndose caluroso en ese momento, pero él usaba un sombrero de algodón. Respondí: “Eso es cierto. Expuesto a las calamidades naturales y las creadas por el hombre, los seres humanos son verdaderamente pequeños. ¿Pero sabes por qué? Tan pronto como pienses sobre las cosas que has hecho encontrarás una razón”. De hecho, Zhang ya sabía a través de leer los materiales de clarificación de la verdad, que lo bueno recibe recompensa y lo malo recibe retribución, y él mismo había experimentado eso en esta ocasión. Le dije que tan pronto su consciencia no sea destruida y mantenga esa lección del accidente en su mente, tendrá una oportunidad de buena fortuna. Movió la cabeza en aprobación y pareció entender.
Además, nunca debemos olvidar clarificar la verdad y salvar personas bajo cualquier circunstancia. Me di cuenta de que aun en ambientes relativamente calmados, se nos dan oportunidades urgentes para salvar seres conscientes. No podemos relajarnos. Conocí a un prisionero mientras estaba detenido en el equipo 2. Le hablé y mencioné cuán maravilloso era Dafa. Me dijo que estaba sufriendo de depresión e insomnio, pero se sentía desesperado. En ese momento, le sugerí que recitara la lecciones del Maestro y le dije que tan pronto como tuviera fe, lograría un buen efecto. Escribí los poemas de Hong Yin que podía recordar en un pedazo de papel para que él los recitara.
Pronto, su insomnio desapareció. Lucía mas enérgico y ya no estaba enfermo. Después de eso, su actitud hacia Dafa cambió completamente. Me declaró que cuando saliera de la depresión, verdaderamente aprendería Falun Gong para convertirse en una buena persona.
Cuando fui liberado de la prisión de Jidong unos oficiales me llevaron a casa. El director Sr. Wang Guosheng me preguntó: “Practicarás cuando regreses”. Respondí: “por supuesto que lo haré. Debo practicar y nunca me detendré”. Dijo: “no has cambiado ni un poquito durante los años que has estado aquí, por el contrario te has vuelto mas firme”.
Versión en ingles: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2011/4/1/124165.html