[Minghui Net] Tan pronto entré al automóvil de mi hijo, éste me preguntó que como pude escapar del centro de lavado de cerebro. Le conté que simplemente salí de ahí a la vista de todos y que nadie se atrevió a detenerme. Me miró atónito.
Tuvo lugar al mediodía del 15 de junio de 2009. El día anterior, las autoridades me recogieron, llevaron al centro de lavado de cerebro local y me encerraron en un pequeño cuarto. En ese momento pensé en algo muy simple: “¡Tengo que salir! Este no es lugar para un practicante”. No hablé con nadie, en cambio pasé todo el día enviando pensamientos rectos. El 15 de junio, cuando me levanté, sentí dolor en todo el cuerpo. Me di cuenta que los factores del mal estaban en el aire por todos lados y que tenía que salir. Casi a la hora del almuerzo, escuché de repente una voz como la de mi suegra gritando. Pensé que había venido a exigir mi liberación, así que salí corriendo del cuarto.
Al salir, vi a un guardia sentado en el pasillo leyendo un periódico. Un pensamiento cruzó mi mente: “¡No me vas a ver!” Cuando pasé, me miró. Dije mentalmente: “¡No me vas a ver!” y me dirigí tranquilamente a la puerta y luego a las escaleras. Mientras caminaba, decía mentalmente: “¡No me vas a ver! ¡No me verás!” Cuando llegué al segundo piso, de repente ya no oí la voz de mi suegra. ¿No la había escuchado primero? Justo cuando estaba a punto de regresar al tercer piso, pensé dentro de mí: “¿Para qué quería volver? ¿No es un indicio de Shifu para ayudarme y protegerme? Seguí pidiendo a Shifu ayuda y fuerza, así que seguí por las escaleras y llegué a la primera planta.
Hay una gran sala de guardia al otro lado de las escaleras en el primer piso. Pude ver claramente de cinco a seis guardias hablando y riendo a través de la pared de vidrio. Pasé con calma la sala de guardia, abrí la puerta y salí del edificio. Al acercarme a la puerta del patio, me di cuenta que estaba abierta, así que rápidamente salí. Justo en la puerta, una persona estaba inclinada tratando de sacar su motocicleta. Me miró. Yo seguí diciendo mentalmente: “¡No me vas a ver! ¡No me vas a ver!” Con ese pensamiento, caminé por la calle y llamé a mi hijo, que rápidamente se acercó y me llevó a la casa de un compañero practicante.
Mirando atrás, todo el proceso está aún muy claro en mi mente. Fue increíble. ¡Agradezco profundamente el milagro de Dafa y la grandeza de Shifu! En más de diez años de xiulian he experimentado muchas experiencias mágicas con la protección y ayuda de Shifu. Me gustaría contar dos sucesos más.
Una noche, durante el Año Nuevo Chino de 2008, fui a un viejo edificio residencial a repartir materiales de aclaración de la verdad. Normalmente comenzaba del piso más alto hacia abajo. Eran como las diez de la mañana cuando llegué al primer piso, sólo para ver que la puerta de la cerca ya estaba cerrada con llave con una cadena de metal. Me quedé mirando a la cerradura y dije: “Soy practicante de Dafa y no puedo esperar aquí hasta el amanecer. ¡Tengo que salir! ¡Tengo que salir! Shifu, ¡por favor ayúdame! Empecé a jalar la cerca por ambos lados, pero el espacio era lo suficientemente ancho para la mitad de mi cabeza. Metí la cabeza de todos modos y al mismo tiempo pedí a Shifu que me ayudara a salir. Mi cabeza no me dolía mientras estaba atorada en el hueco, así que empujé mi cuerpo en el espacio. Entonces, rápidamente empujé la cabeza al otro lado. En ese momento vi a alguien caminando. Dudé y un pensamiento humano cruzó por mi cabeza. Por eso, me quedé atrapado en la valla metálica. Entonces, de nuevo comencé a pedir ayuda a Shifu. Con un ligero empujón, me liberé de la valla y me fui directo a casa.
El otro suceso tuvo lugar en julio o agosto de 2003. El SARS se estaba extendiendo y muchas personas estaban muy nerviosas. Unos a otros se esquivaban con la más mínima queja. Una noche, una mujer de unos 40 años se desvaneció en el parque. Nadie de los que pasaban se atrevía a acercársele, temiendo que tuviera el SARS. En ese entonces yo trabajaba cerca. Tan pronto como me enteré, corrí para tratar de ayudarla a levantarse. Me di cuenta que estaba rígida. Parecía que se había desmayado y no podía moverse. Eran síntomas de un derrame cerebral. Para nada me preocupé. Todo lo que quería hacer era decirle que mi Shifu había venido a salvar a la gente, así que le susurré al oído: “Debe valorar su vida, está aquí para obtener el Fa. Por favor recuerde: “Falun Dafa es bueno, Zhen-Shan-Ren es bueno”.
Así, le repetí al oído: “Debe recordar ¡Falun Dafa es bueno!”. Había lágrimas en sus ojos. En ese momento, valoré realmente que “cultivarse depende de su esfuerzo, mientras que el gong depende de Shifu”. (Zhuan Falun). Es Shifu quien compasivamente salva a la gente. Diez o veinte minutos más tarde, su marido se acercó después de saber lo sucedido. Iba a llamar una ambulancia para llevarla al hospital cuando su esposa poco a poco volvió en sí. Me miró con agradecimiento y dijo: “¡Gracias! ¡Muchas gracias!”. Le dije: “Usted quiere agradecerle a mi Shifu. Mi Shifu la salvó. Falun Gong la salvó”. La mujer se levantó y dijo: “No voy a ir al hospital. Llévame a casa”. Al día siguiente, la historia fue reportada por el periódico diciendo que una persona de buen corazón había salvado la vida de una mujer que se había desmayado. Un mes después, la mujer vino a mi casa para expresar su gratitud. Le dije otra vez que era gracias a Falun Gong.
No les cuento estas historias para validarme. Todo viene del poder de Shifu y del Fa. Si se está libre de miedos u otras mentalidades humanas, se manifestarán los milagros de Dafa.
Selección de la convocatoria de artículos: “Sucesos divinos en el mundo humano”
Fecha de publicación: 24/3/2011