[Minghui Net] Hace dieciocho años, fui lo suficientemente afortunada de asistir a la primera clase de estudio para escuchar la lección de Shifu en persona. Mi memoria de ello es todavía vívida.
La clase tuvo lugar en el quinto piso del Auditorio de Changchun. Cuando subía por las escaleras Shifu estaba mirando a la entrada y saludando a los estudiantes. Shifu era alto y grande, llevaba una camiseta blanca con rayas rojas y parecía tan joven. Shifu estaba sonriendo y era muy educado, energético y pacífico. Sentí que le había conocido antes en algún lugar y era muy amable.
Las mesas y sillas en el auditorio eran muy viejas. Había un podio y una pizarra. Alrededor de 200 personas asistieron a la clase.
Las clases empezaron muy puntuales. Shifu no usó transcripción, salvo una pequeña hoja de papel. Shifu dijo: “Lo que enseño es un ejercicio de la Escuela Fo. Un fo no es superstición; él es una persona iluminada. Pronto sabrán lo que quiero decir. Tienen que prestar atención a lo que digo. Todo está en mi lección”.
Nunca había asistido a una clase antes, y era totalmente ignorante sobre el qigong. Por tanto, estuve especialmente atenta. Shifu dijo: “El cosmos tiene una característica, la cual es Verdad-Benevolencia-Tolerancia. La Escuela Fo habla sobre la tolerancia. ¿Han visto a algún fo luchando con la gente, sentado con las piernas cruzadas, llevando una botella de vino, o fumando con un cigarrillo en su boca? Tienen que dejar de fumar si quieren cultivarse”. Shifu también dijo: “Los maestros de qigong de alto nivel hablarán sobre el “xinxing” cuando enseñan qigong. Esta es la verdadera cultivación. Algunos maestros de qigong solo enseñan movimientos pero no el “xinxing”, eso equivale a enseñar una vía perversa”.
Shifu habló sobre la consagración de la imagen de fo. Algunos practicantes llevaron estatuas de fo de sus casas a Shifu y le pidieron que hiciera la consagración para ellos. Shifu sostuvo la estatua de fo en su mano izquierda y usó su mano derecha para limpiar las cosas malas en ella. Envolví una pequeña estatua de fo en mi casa con una tela roja y la llevé a la clase. Antes de que la clase empezara, fui donde Shifu, le hice una reverencia y le pedí que hiciera la consagración. Después de la clase, todos tenían frío porque estaba lloviendo. Sostuve la estatua de fo en mi pecho y noté que estaba caliente.
Shifu habló sobre dos incidentes que sigo recordando bien. Shifu tenía una hermana en Tailandia a la que fue a visitar. La niñera de su casa conocía a otra niñera de otra familia diferente. El hombre de la familia tenía problemas en una pierna, la cual no pudo curar a pesar de todos sus esfuerzos. Él no creía que Shifu pudiera curarle, pero Shifu seguía queriendo ayudarle. Shifu envió gong y el hombre sintió frío al principio. Podía sentir aire frío saliendo con velocidad de su pierna. Después todo el cuerpo del hombre se sentía caliente. Pronto la hinchazón en su pierna desapareció. Más tarde Shifu le trató unas pocas veces más y su pierna se curó totalmente. Toda su familia estaba muy agradecida.
Shifu también ayudó a una persona que estaba en un estado vegetativo, que había estado en cama durante varios años. Alguien vino y pidió ayuda a Shifu. Después de considerarlo un poco, Shifu accedió a ayudarle una vez. Al final, la persona recobró la consciencia, pero no pudo reconocer a sus familiares.
Shifu nos enseñó los ejercicios después de la lección. Nos dio a cada uno un libreto de Falun Gong. Tenía 12 páginas de un tamaño un poco más pequeño que una revista de hoy. En él había dibujos de los movimientos de los ejercicios dibujados en figuras de palo. Shifu nos enseñaba y limpiaba nuestros cuerpos al mismo tiempo.
No entendía lo que ocurría en aquel entonces. Shifu dijo que mientras daba lecciones, estaba emitiendo gong. No sabía lo que significaba. Sin embargo, cuando estábamos haciendo el segundo ejercicio, abrazando la rueda sobre la cabeza, sin ver a Shifu hacer nada, la gente en toda la sala reaccionó; algunos lloraban, algunos se reían, algunos movían sus manos y piernas, algunos no paraban de toser. Yo lloraba continuamente, lo cual no había hecho tan profundamente en mi vida. Fue como si toda mi pena hubiera salido de repente. Shifu dijo amablemente: “Sigue llorando. No intentes parar. Llora si quieres hacerlo”. Me sentí un poco avergonzada, pero más tarde me di cuenta de que Shifu estaba limpiando nuestros cuerpos. Debido a que las condiciones de cada persona eran diferentes, la manifestación era diferente también. Después de llorar me sentí mucho mejor. Después de unas pocas sesiones, sentí que todo mi cuerpo era ágil. Era como si alguien me empujara cuando subía las escaleras, y no me sentía cansada no importa cuánto caminara.
En aquel entonces, no teníamos ningún concepto de cultivación. Todos estaban pensando en curar sus enfermedades. En el descanso mucha gente se acercó a pedirle ayuda a Shifu. Me sentía mal por Shifu, y estaba enfadada con ellos por no dejar descansar a Shifu. Shifu había hablado por una hora y media, y no tomó ni un sorbo de agua. Esta primera tanda de clases fue desde las 6 hasta las 8 de la tarde cada noche. Durante este tiempo nadie cuidó de la hija de Shifu, Meige. Ella jugaba en el sitio y esperaba a que la mujer de Shifu la recogiera después del trabajo.
Una mujer en nuestra clase era miembro del partido comunista chino. Aunque vino a la clase, seguía diciendo que era superstición. Shifu le eliminó su cáncer, y ella sabía que había sido curada, pero seguía sin creer lo que decía Shifu.
Había muchos tipos de qigong que se practicaban en China en aquel tiempo. Otros maestros de qigong también vinieron a escuchar las lecciones de Shifu. Debido a que no enfatizaban el xinxing y tenían cosas malas en sus cuerpos, crearon algunas interferencias. Se sentaban allí y hablaban en voz alta. El primer día estaba realmente molesta y más tarde me moví a otro sitio para evitarles. Shifu no dijo nada y solo continuó su lección.
Una cosa de la que tengo una memoria clara es que un practicante trajo a una niña adolescente a la clase. Cuando Shifu estaba hablando, empezó a llorar a voz en grito, forzando a Shifu a parar. Un maestro de qigong se levantó, fue frente a la niña e intentó calmarla en un intento por ostentar, pero no lo consiguió. Dos o tres maestros de qigong más también lo intentaron, pero tampoco lo consiguieron y la niña seguía llorando. Shifu bajó del podio hasta situarse frente a la niña, dio tres golpecitos suavemente en su cabeza y dejó de llorar. Todo el mundo estaba asombrado y sobrecogido. Estallaron en un sonoro aplauso.
Más tarde hubo algunas interferencias más. Shifu golpeó la mesa con sus dedos unas pocas veces y todo se puso en silencio.
Realmente fue como lo que dijo Shifu en “Exponiendo el Fa en el Fahui para asistentes en Changchun”:
“De hecho, en los primeros días, muchos de nuestros practicantes veteranos en Changchun supieron que no fue nada fácil cuando comenzamos por primera vez a propagar Dafa y a enseñar los ejercicios. Pasamos por un período difícil de pruebas y dificultades antes de que difundiéramos gradualmente este Fa por todas partes y lo diéramos a conocer a más gente. Por lo tanto, el trabajo no fue nada fácil al comienzo. Sin embargo, lo hemos sobrepasado. Y el primer paso en la difusión del Fa, en efecto, tuvo lugar aquí en Changchun. En ese entonces, lo que transmitía no era tan profundo como lo que estoy transmitiendo hoy. Estaba simplemente transmitiendo cosas de una etapa de transición, las cuales iban del qigong hasta el verdadero Fa. Más adelante, gradualmente revelé este Fa para dejar que más gente lo conociera. Esto se ha hecho muy sistemáticamente”.
Después de que terminara la primera clase, dos cosas distintivas le ocurrieron a mi cuerpo. Una fue que me caía al suelo. No me dolía, no había moratones, ni hinchazón, ni cortes, simplemente me caía sin razón aparente. Me caí de cabeza cuando fui al parque a hacer los ejercicios por la mañana. Una pareja que estaba a mi lado me ayudó a levantarme. Al día siguiente me caí otra vez en el mismo sitio después de los ejercicios. Dos personas me ayudaron a levantarme, y sorprendentemente, era la misma pareja. De este modo, me caí docenas de veces. Después, mi cuerpo cambió drásticamente. Antes de esto tenía inflamación en el cartílago de los huesos de mi pecho, el cual sobresalía, elevando mi hombro y causando que mi cuerpo se doblara a un lado. Después de la caída, mis huesos retornaron a la normalidad. Me di cuenta de que era Shifu que se deshizo de mi ye malo. Otro incidente fue que cuando hice la meditación en mi casa, en una posición de loto simple, daba vueltas en círculos en la habitación tan pronto como cerraba los ojos. Mis nalgas y piernas seguían tocando el suelo, pero era como si tuvieran piernas. Cuando abrí mis ojos estaba en el otro lado de la habitación. Me moví de esta manera muchos días. Cuando hacía “abrazando la rueda por ambos lados”, mi cabeza empezaba a girar violentamente y no podía pararla, mientras que dentro de mis oídos había un sonido alto de tambores. Ambos paraban cuando bajaba las manos. Mi espina dorsal en el cuello había tocado nervios antes, y se curó de esta manera.
Después de la segunda clase, Shifu dio una lección en el Club Changkong (en la esquina noroeste del Parque de Triunfo) para ayudar a curar las enfermedades de los estudiantes de las dos clases y de sus amigos y familiares. Al menos 300 personas aparecieron. Yo llevé conmigo a mis hijos y a un vecino. En el escenario, Shifu movió ambas manos en un círculo, primero a la izquierda y después a la derecha, como girando un Falun gigante. Todo el sitio empezó a moverse como resultado. Algunos lloraban, algunos se reían, algunos saltaban arriba y abajo, algunos se balanceaban hacia delante y hacia atrás, algunos cantaban y algunos tosían. Duró alrededor de una hora hasta que se detuvo. Yo tenía artritis seria en mis piernas, la cual fue curada como resultado. Había estado en Xingcheng para buscar tratamiento, y tomé muchas pastillas. Además de eso, tenía muchas otras enfermedades. Cuando Shifu terminó de mover sus manos, todo mi cuerpo se sentía frío y temblaba. Después de 15 minutos, sentí calor como si estuviera expuesta al calor del sol. A través de este proceso, mis enfermedades se curaron rápidamente. Después de que todos se aquietaron, Shifu nos preguntó cómo nos sentíamos. El personal en el sitio nos dio un papel y nos pidió que escribiéramos nuestras experiencias. Escribí: “Todo mi cuerpo se sintió ágil, y podía caminar con brío”.
A la salida, había una caja de donaciones. Doné cinco yuanes. Todo el dinero recogido era para la caridad.
En medio año de cultivación, una docena o así de enfermedades que había tenido se fueron. Mi peso retornó a la normalidad. Mi tianmu se abrió, y podía coser sin gafas. Viendo lo que Shifu hizo por nosotros, empecé a entender: “Dado que al salvar a la gente no se habla de condicionamientos, recompensas, remuneración o fama, ellos son mucho más elevados que las personas ejemplares entre la gente común; esto es totalmente por sus corazones de misericordia”. (Zhuan Falun)
Certificado de Graduación de Falun Gong
Al final de la primera clase, Shifu nos dio a cada uno un certificado, cada uno con nuestra propia foto, el sello de Shifu y el sello de Dafa. Justo como dice en Zhuan Falun: “Siento que la gente que puede escuchar directamente mi transmisión del gong y mis lecciones de Fa, yo digo, realmente… en el futuro sabrás y te sentirás muy feliz por este período de tiempo”. Es especialmente cierto para aquellos que pudimos asistir a la primera clase. Shifu dijo: “Están aquí, la primera clase. Es realmente preciado. No serán capaces de obtener lo que les doy en no importa cuántos años.
Dieciocho años han pasado rápidamente. Ese periodo de tiempo fue tan preciado.
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/5/24/117354.html