[Minghui Net] Jindou (pseudónimo) tiene once años. Una vez se vio afligida por una larga enfermedad, pero desde que comenzó a practicar Falun Dafa hace cinco años, se ha vuelto saludable y feliz. Pero ahora, debido a que es practicante de Falun Dafa, se ha visto forzada a dejar el colegio y huir de casa. Siempre que no era diligente, nuestro benevolente Shifu le daba pistas, la animaba y la protegía. Aunque las pistas se las daba a ella, me sentía avergonzada cuando las oía, como si Shifu me estuviera criticando.
En uno de sus sueños, un mensajero vestido de azul la condujo a la puerta de un gran palacio. Abrió la puerta y dijo: “Déjame mostrarte el palacio”. Jindou entró y vio tres montañas altas dentro. El mensajero la llevó a que echara un vistazo a la primera. En esta montaña había muchos practicantes, algunos de pie en flores de loto y otros de pie en nubes. Emitían Falun y algo como gong de sus cuerpos para eliminar demonios energéticamente.
Después el mensajero le mostró la segunda montaña. En esta montaña, los practicantes se sentaban en el suelo en la posición de doble loto. Eliminaban el mal siempre que venía. Si no venía, se sentaban allí pasivamente. En la tercera montaña había muchas filas de camas individuales, en las cuales muchos practicantes estaban durmiendo profundamente. Todos tenían sus bocas abiertas, tumbados allí con indiferencia, y sonidos de ronquidos como truenos provenían de toda la montaña.
En su sueño, Jindou llevaba una pequeña túnica daoísta y aparentaba unos 8 o 9 años. Se inclinó para mirar cada cama y vio que la persona acostada en la segunda cama ¡ en realidad era ella! Estaba muy sorprendida y estupefacta. Se volvió y preguntó al mensajero, “¿cómo es que no estoy en la primera montaña, eliminando demonios con los otros? ¿Cómo es que estoy aquí durmiendo profundamente?” Jindou no pudo repetir lo que dijo el mensajero, lo cual fue en una lengua antigua. Los puntos principales que entendió fueron: “Esto es un reflejo de lo que estás haciendo y yo no lo puedo cambiar por ti. Este es el verdadero retrato de tus acciones. Si te coloco en la primera montaña, ¿no sería una ilusión falsa?”.
Cuando despertó, Jindou se examinó detenidamente y yo también estaba profundamente arrepentida. Decidimos que desde ese momento íbamos a tomar la iniciativa de enviar pensamientos rectos para eliminar la maldad, deshacernos de los malos hábitos de pereza y practicar la cultivación diligentemente. Deberíamos hacernos merecedores de la infinita paciencia y tolerancia de Shifu. Deberíamos ser racionales, maduros y practicantes dignos para que Shifu esté tranquilo.
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2001/8/19/13032.html