Nombre: Qin Shifang (秦世芳)
Sexo: Femenino
Edad: 50 años
Dirección: Urumqi, Región Autónoma Uigur de Xinjiang
Profesión: Ama de casa
Fecha del último arresto: 2008
Lugar más reciente de detención: Urumqi
Ciudad: Urumqi
Provincia: Región Autónoma Uigur de Xinjiang
Persecución sufrida: Saqueo de su domicilio, encarcelamiento, forzada a permanecer de pie, palizas
[Minghui Net] La salud de la practicante Qin Shifang, mejoró cuando comenzó a practicar Falun Dafa. Antes de las Olimpiadas de 2008 en China, las autoridades del Partido Comunista Chino (PCCh) la arrestaron y persiguieron porque aclaraba la verdad sobre Falun Gong a la gente. La Sra. Qin falleció el 20 de abril de 2010.
Antes de empezar a practicar Falun Gong, la Sra. Qin, de cincuenta años de edad, padecía muchas enfermedades. Como había pasado por la experiencia de perder a su madre cuando tenía cinco años y recibir malos tratos por parte de su madrastra, no quería que sus hijos se quedaran solos, así que aguantaba el sufrimiento y luchaba.
En 1997, muy poco tiempo después de que leyera Zhuan Falun, tanto la hipertensión que tenía como los niveles altos de colesterol volvieron a sus niveles normales. El cambio más asombroso fue que la artritis reumatoide que padecía desde hacía más de diez años, le desapareció completamente cuando comenzó a vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Antes de que se celebraran las Olimpiadas en 2008, fue arrestada cuando estaba repartiendo material de información sobre Falun Gong. También, algunos agentes del PCCh fueron a su casa a medianoche y la saquearon. Su hijo mayor tenía un trastorno mental y la dolorosa impresión que tuvo le produjo una fuerte recaída.
Condenaron a la Sra. Qin a un año de cárcel, donde solo la alimentaban con harina de maíz y la obligaban a permanecer de pie todo el día. La policía ordenó a algunos reclusos drogadictos que la golpearan y torturaran. Esto ocasionó que le subiera la presión a más de 200. Debido al sentimiento de culpabilidad que le hacía sentir su marido y la presión de su hijo, no pudo resistirse al apego del sentimentalismo y firmó, en contra de su deseo, la declaración de garantía. Cuando la liberaron, se arrepintió mucho por ello y se pasaba todo el día llorando.
Al regresar a su casa, seguía estando mal y su salud no mejoraba, la presión arterial nunca volvió a los niveles normales. Falleció el 20 de abril de 2010.