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El Sr. Yu Lianhe perseguido por tercera vez en un campo de trabajo forzado

Mayo 30, 2010 |   Por un corresponsal en Heilongjiang, China

[Minghui Net] El Sr. Yu Lianhe, practicante de Falun Gong de la provincia de Heilongjiang, fue sentenciado en tres ocasiones a un campo de trabajo forzado. Debido a la persecución, su mujer lo abandonó. Fue arrestado por última vez el 18 de marzo de 2008, y lo enviaron al campo de trabajo forzado de Changlinzi durante dos años. A continuación expone el informe de su reciente experiencia en ese campo de trabajo.

Antes de la persecución, tres miembros de nuestra familia practicaban Falun Gong. Trajo una gran mejoría tanto a nuestra salud como a nuestra mente. Esto fue especialmente así para mi mujer, que recuperó completamente su salud después de practicar Falun Gong.

Sin embargo, todo se desmoronó después de que el partido comunista emprendiera la persecución. Mi mujer y yo fuimos arrestados ilegalmente. Me enviaron a un campo de trabajo forzado durante un año. Después de eso, me detuvieron otra vez y me enviaron nuevamente a un campo de trabajo durante dos años más. Incapaz de aguantar el estrés de la persecución y de mantener a la familia, mi mujer renunció a practicar Falun Gong y presentó la demanda de divorcio. Algunos vecinos que no sabían la verdad pensaban que fue mi práctica la que destruyó mi familia. Puesto que ya he hablado sobre las dos primeras veces que fui perseguido, me centraré en el incidente más reciente.

Arresto ilegal, sometido a palizas y a confesión forzada

El 18 de marzo de 2008 estaba desayunando, cuando el director de la jefatura de policía del condado y otros dos individuos irrumpieron en mi casa. Como ladrones, se llevaron la foto de Shifu, incienso, tres despertadores, cargadores de batería, y cualquier otro objeto que pudieron conseguir. Luego me ordenaron regresar con ellos a la jefatura de policía, lo cual me negué a hacer. No hay nada malo en practicar Falun Gong. Éstos llamaron para pedir ayuda y vinieron otros dos policías. Cinco de ellos, me sacaron el cinturón, me ataron las manos juntas, y me empujaron al coche. Primero me trasladaron a la jefatura de policía, luego al centro de detención del condado. Cuando empecé a hacer la meditación sentada, una pareja de guardias me golpeó y me encerró en aislamiento solitario. Varios días después, el jefe del equipo vino con dos hombres. Sus intenciones eran forzarme a confesar un "delito", el de pegar materiales de aclaración de la verdad en un poste cerca de mi casa. Negué la acusación y me enviaron a una celda de aislamiento. El jefe de la celda presumía que era especialista en "arreglar" a practicantes de Falun Gong. Cuando intentaron sacarme una foto y me negué a cooperar, me empujaron al suelo y usaron una llave para rasgar mis costillas hasta que se empaparon de sangre.

Después de un rato el jefe de equipo intentó de nuevo obligarme a confesar el llamado delito "de hacer materiales de aclaración de la verdad. Dije: "No voy a decir ni una palabra". Después del juicio me enviaron de vuelta al centro de detención. El jefe del centro, cuando empezó la persecución en 1999, dirigía una comisaría y era conocido por pegar a muchos practicantes. Esa noche, cuando intenté hacer los ejercicios, entró y me pateó el pecho hasta que estuve todo magullado y ennegrecido.

Dos años de persecución en el campo de trabajo forzado de Changlinzi

A mediados de mayo cuando intentaron ingresarme en un campo de trabajo forzado, el primer campo de trabajo no me admitió. Al día siguiente me trasladaron a otro y dos días después al campo de trabajo forzado de Changlinzi.

Me dijeron que trabajara haciendo palillos. Cuando me negué, varios reclusos me arrastraron hasta una habitación pública y me golpearon. Un practicante estuvo atado en una silla de hierro durante mucho tiempo. Lo salvamos por medio de una huelga de hambre. A través de esto establecimos nuestro ambiente de práctica donde estudiábamos el Fa, hacíamos los ejercicios, y nos negábamos hacer el trabajo que nos exigían. Por consiguiente, fuimos acosados por los guardias. El guardia Sun me pateó las piernas y me rasgó las orejas con tanta fuerza que la piel de alrededor se desgarró.

Más tarde nombraron a Zhen Yunfeng como nuevo jefe del centro de detención. Dividió a los practicantes de Falun Gong en dos grupos. Puesto que siempre me negaba a hacer el trabajo duro, un día de nieve me ordenaron que la paleara. Dije que no era un criminal y que no necesitaba ser reformado. Me ataron a una silla de hierro y me taparon la boca.

Me trasladaron pronto del equipo Nº 4 al Nº 1. Al jefe del nuevo equipo se lo conocía por perseguir a los practicantes. En una ocasión, trajeron a un practicante. En cuanto entró a la habitación, empezaron a golpearlo. El practicante gritaba: "¡Falun Dafa es bueno!" Otro practicante y yo repetimos esto y les preguntamos por qué perseguían a Falun Gong. Luego los dos fuimos torturados. Nos ataron a una silla de hierro con tanta fuerza que nos costaba respirar. Después de que nos ataran durante todo un día, me trasladaron a una celda solitaria sin ningún calefactor para pasar la noche. A la mañana siguiente cuando vieron que mis manos estaban moradas del frío, me pusieron en una silla de madera, ataron mis brazos alrededor de ella, y me trasladaron a una habitación pequeña oscura sin ventanas. Ahí ubicaron a dos reclusos para vigilarme y me pinchaban los ojos abiertos para que no pudiera dormir. En el momento que me quedaba dormido, me pegaban. Me privaron del sueño durante cuatro días.

Mi tercera detención duró dos años. Ahora tengo dificultad para caminar porque mis piernas están rígidas. Perdí sensibilidad en las manos y mis órganos internos han sido dañados. Dafa brindó salud y felicidad a mi familia y a mi vida, pero el malvado partido hizo pedazos a mi familia y me arruinó la vida. Como practicante de Falun Gong, solo espero que más gente conozca la verdad sobre Dafa y el perverso partido y así puedan elegir un futuro brillante para ellos.

Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/5/24/117355.html