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Relatos de cultivación de un anciano de 72 años

Mayo 2, 2010 |   Por un practicante de Qianxi

[Minghui Net] Tengo 72 años. Sólo fui tres años a la escuela primaria. Espero que repasar y recordar los altibajos de mis más de setenta años, anime a los compañeros practicantes que lean este artículo.

Niñez

Nací en el seno de una familia pobre. Durante la primavera, cuando tenía 13 años me enfermé por más de medio año. Una noche, le pedí a mi madre unas bolas de maza para comer. Ella me dijo que no era buena idea cuando se está enfermo. Cuando me las dio, sólo probé una y me supo a estiércol de caballo. La dejé e inmediatamente me quedé dormido.

Hasta ahora, aún tengo el vívido recuerdo del sueño que tuve esa noche: Me iba de mi casa con dos personas. Había hermosas flores y plantas a lo largo de todo el camino. Finalmente, llegamos a una ciudad, donde mucha gente iba y venía. Más tarde, entraba a un palacio donde no conocía a nadie. Una persona sentada enfrente de mí me preguntó: "¿Sigues esperando aquí o quieres regresar a casa?" En aquel entonces no sabía qué estaba esperando y pensé que mi madre se preocuparía al no encontrarme. Entonces, dije que quería regresar a casa. Las dos personas que me habían traído me llevaron de regreso. Recuerdo que cuando caí en la entrada, me desperté. Después, mi mamá me dijo que había dormido durante tres días y sus noches.

Diez años de cárcel durante la Revolución Cultural

Durante la Revolución Cultural, fui condenado por "contrarrevolucionario" y encarcelado por diez años.

Después quise seguir una religión, un taoísta que se enteró de mi deseo me animó a entrar en su escuela. Dado que no había otras opciones, decidí cultivarme en esa escuela. Varios años después, el Partido Comunista Chino (PCCh) puso en marcha la Revolución Cultural, clasificó al Taoísmo como un "culto diabólico en contra del partido" y también como un activo grupo político contrarrevolucionario. Cuatro de los que nos cultivábamos juntos fuimos condenados y encarcelados. Desde entonces experimenté las tácticas brutales del PCCh.

Mientras estuve en la cárcel, las visitas familiares y la entrega de comida estaban prohibidas. Cada uno comía sólo alrededor de 375 gramos de bagazo de maíz al día, la quinta parte por la mañana y otra para cenar, las 3 quintas partes en la comida. Cualquiera que no se ajustara a las reglas de detención, se le autorizaba sólo 100 g de comida al día. Por más robusta que estuviera la persona, en tan solo un mes, era piel pegada a los huesos. Cada día alguien moría de hambre, a menudo veíamos como sacaban a gente muerta de sus celdas. Ninguno de los ancianos, débiles o enfermos sobrevivían. Sólo los jóvenes y los suficientemente fuertes podían sobrevivir y regresar con vida a sus casas.

Habiendo escapado de las garras de la muerte en el centro de detención del distrito, me enviaron a un campo de trabajos forzados. Aunque me daban de comer, el trabajo forzado seguía siendo cruel y perjudicial para el cuerpo humano, sin mencionar el estudio forzoso. Tres años en el centro de detención y siete años en el campo de trabajos forzados me hicieron sentir cada día tan largo como un año. No sé cómo pude persistir y sobrevivir todos esos diez años.

Cuando tenía 37 años, me caí de una plataforma mientras trabajaba a gran altura y me rompí el hueso del lado derecho de la cadera. Por lo tanto ya no podía hacerme cargo de mí ni tampoco voltearme acostado en la cama. Después de seis días de sufrimiento el guardia de la cárcel encontró alguien que ajustara mis huesos. Después de un mes cuando podía valerme yo mismo, me obligaron a reanudar el trabajo. El trabajo forzado era muy rudo para mí y a duras penas podía soportar el dolor. Un día pensé: "Faltan más de siete años, ¡cómo podré aguantar tanto dolor! ¡prefiero ahogarme para salir de este lugar!" Cuando estaba a punto de saltar al agua, un compañero me detuvo. Algunos presos que eran testigos de mi sufrimiento lo reportaron al jefe. Por eso, me concedieron algunos días para tomar un corto descanso.

En el campo de trabajos forzados, todos estábamos obligados a estudiar a la fuerza las llamadas reglas de transformación. Combinaban un reajuste ideológico y la transformación por el trabajo para convertirte en el llamado "nuevo estudiante". Mientras más escuchaba las pláticas absurdas que usaban para engañar a la gente, más asco me daba. Sin embargo, a los que no estudiaban bien los interrogarían. Si no lo aceptaban, recibirían castigos físicos. En esos días tenebrosos, ¿qué podía hacer para pasar el largo tiempo que me faltaba? Entonces, decidí participar en el estudio. De corazón, sólo deseaba practicar la lectura y escritura, en caso de que los necesitara en el futuro. Primero, estudié el periódico, luego me dieron muchos libros de filosofía escritos por Hegel, Marx, Engels, Dühring, Feuerbach y Darwin, etc. Parecía que estudié mucho durante esos siete años. Pero los libros no me envenenaron al contrario me di cuenta que el ateísmo es una mala hierba descomunal que infecta la tierra.

Descubrir Falun Dafa

En 1980, cumplí mi sentencia y regresé a casa. Desde mi niñez me he mantenido en el lado opuesto al PCCh. En ese tiempo, por no estar de acuerdo con el PCCh, mi familia estaba en la ruina, viví solo en la pobreza sin nadie en quien confiar. Gente sin escrúpulos me atacó, la gente de bien guardó silencio mientras me observaban, pues tenían miedo que el PCCh pensara que estaban de acuerdo conmigo. Por eso, nadie se atrevió a ayudarme cuando estuve en dificultades.

Cuando no hubo salida, seguí a un padre adoptivo que de joven solía ser periodista de un periódico. Ya que estaba envejeciendo, regresó a casa. Entonces, mi padre adoptivo llevó a cuatro de mis familiares a Beijing, donde trabajé de carpintero en una compañía durante diez años. Por eso, cuando regresé reconstruí mi vieja casa, sin embargo el dinero era tan poco que tuve que regresar a Beijing. En el último período de trabajo, el PCCh comenzó a perseguir a Falun Gong. Un practicante me trajo varios libros de Dafa y me enseñó las cinco series de ejercicios, sin cobrarme nada. Me dijo que tenía la responsabilidad de ayudarme a obtener el Fa y empezar mi xiulian*. Me conmovió su sinceridad y comprendí que esta práctica de Falun Dafa es recta. En enero de 2000, aprendí la serie de cinco ejercicios de una sola vez. Después, este practicante me enseñó a enviar pensamientos rectos. Desde entonces, no he vuelto a ver a este practicante. En los últimos años, he seguido estudiando el Fa y leído los artículos del sitio web de Minghui a conciencia. Mi xinxing** se ha elevado gradualmente.

Mirando en el interior los apegos

A pesar de que practiqué Falun Dafa diligentemente, todavía tengo que eliminar muchos apegos. Por ejemplo: anhelaba una vida holgada y cómoda, en particular la comida, deseaba la longevidad y salud, temía la persecución. Cada apego me impedía, al mismo tiempo, validar el Fa y salvar seres conscientes. Sólo aclaraba la verdad a mis amigos más cercanos y huía si había demasiada gente. De las tres cosas sólo hacía los ejercicios y enviaba pensamientos rectos con constancia. Estudiaba el Fa en casa, pero sin el estudio del Fa en grupo mi progreso era lento.

Mejorar el xinxing en medio de conflictos

Hace poco, dos personas me pidieron que les enseñara los ejercicios. Les enseñé toda la serie de cinco ejercicios, los traté con benevolencia y nos hicimos buenos amigos. Sin embargo, después de dos años, ambos dejaron de practicar Dafa y volvieron a ser gente común, me puse muy triste. Después me causaron muchas pérdidas económicas, por lo que me sentí más afligido y casi pierdo la confianza para aclarar la verdad. En estos días hay muy poca gente con corazón recto. Un día estudié:

La gente común sólo quiere ser inmortal,
detrás de los prodigios y maravillas hay tristeza en el corazón
cultivar el corazón, renunciar deseos y eliminar apegos,
al perderse entre las tribulaciones, odia al Cielo.

("Quién se atreve a abandonar el corazón de una persona común", Hong Yin)

Entonces, me di cuenta que los dos compañeros practicantes me ayudaban a eliminar mi apego al beneficio personal. La razón por la que me sentí inquieto era para ayudarme a identificar y cultivar el apego que no podía dejar ir. Después de darme cuenta, dejé de angustiarme cuando pensaba en ellos y finalmente pasé esta prueba.

Inmerso en Dafa, nuestros pensamientos rectos ascenderán, eliminaremos nuestros conceptos post-natales y el poder divino reemplazará los pensamientos humanos. Las tribulaciones que tenemos mientras nos cultivamos son oportunidades para perfeccionarnos y asimilarnos al nuevo universo. Pensamientos y acciones rectas ayudarán a los Dada dizi en la batalla mediante las pruebas.

Sólo asistí a la escuela primaria por tres años, no sé expresar perfectamente todos los progresos que he experimentado durante mi xiulian. Espero que los compañeros practicantes amablemente señalen cualquier cosa indebida.

* Xiulian: xiu: cultivar, arreglarse, mejorarse lian: refinar, practicar, adiestrarse. La práctica de la cultivación.

** Xinxing: xin: el corazón, xing: la naturaleza interna.


Fecha de publicación: 1/4/2010
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/4/1/115814.html