[Minghui Net] Soy una mujer de una zona rural y solo he ido al colegio tres años. Antes de comenzar a practicar Falun Gong, tenía muy mal humor y discutía con frecuencia con mi marido. Mi marido sufría dolores en los brazos y piernas y tenía deformados los dedos de las manos y los pies debido a una grave artritis reumatoide. Se quedó inválido e incapaz de trabajar. Así pues, yo tenía que hacer sola todo el trabajo de la casa y del campo. Esta carga tan pesada repercutió en mi espalda, también, comencé a tener dolores de piernas y a veces me desmayaba. Además, los costes asociados a los problemas de salud de mi marido acababan con todos los ingresos que provenían del duro trabajo de la cosecha. Empecé a tener sensaciones desagradables y a albergar resentimiento hacia él. Me encontraba agotada y sentía que la vida era muy difícil.
Un día de noviembre de 1997, vino un practicante de Dafa a nuestro pueblo a ensañar, de forma voluntaria, los ejercicios de Falun Gong. Me sentí atraída por las palabras Falun Fo Fa y Verdad-Benevolencia-Tolerancia que ponía en las pancartas que llevaba. Sobre todo, me llamó la atención la palabra Tolerancia. Entonces se me escapó, yo también quiero aprender Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Así, empecé a aprender los ejercicios de Falun Gong y a practicarlos de forma diligente, algunas veces hasta en sueños.
Después de un tiempo practicando, me sentí como una persona nueva. Me sentía saludable y con energía. También estudiaba Zhuan Falun y aprendí que solo siendo una buena persona, uno puede eliminar las tribulaciones y la enfermedad. De esta forma, empecé a comportarme mejor con mi marido, y el ambiente en mi casa comenzó a ser más armonioso. El vio este cambio y lo apreció desde lo mas profundo de su corazón.
Desde el 20 de Julio de 1999, el régimen comunista chino, difundió enormes mentiras sobre Falun Dafa y Shifu, causando mucho sufrimiento. La gente estaba confundida por las falsas mentiras, y los discípulos de Dafa se enfrentaron a pruebas muy duras. Yo también tuve dudas sobre si seguir con la práctica. Una noche, soñé que cuando me dirigía a la granja con una pala a la espalda, un joven que venía en dirección contraria, se acercaba a mí y me decía: Deberías hablar a favor de Falun Gong. Desde entonces, siempre estoy alegre y sigo insistiendo en mi práctica. Como todos los practicantes del mundo decidieron hacer los ejercicios al unísono por la mañana, he superado todas las dificultades para poder hacerlos con ellos sin abandonar mis tareas del hogar y el trabajo en la granja.
Un día de mediados de febrero de 2006, siete autoridades del pueblo (del Partido Comunista Chino) irrumpieron en mi casa para arrancar la foto de Shifu de la pared. Mi marido les impidió el paso y gritó: No la rompan. Eso es su vida. Estoy paralítico y no puedo hacer nada. Si no la dejan practicar Falun Gong, destrozaran mi familia. Lucharé contra vosotros hasta la muerte. Todos se sintieron conmovidos y dijeron: Bien, pero deberá practicar solo en casa. Bebieron agua y se fueron.
Un compañero practicante del pueblo, oyó hablar sobre el incidente. En la primavera, después de la cosecha de arroz en la tierra alta, fue a animar a mi marido para que comenzara a practicar Falun Gong. Mi marido contestó: Estoy paralítico y tengo la espalda encorvada. No puedo ni estirar ni poner derechas las manos ni los pies. ¿Cómo lo podría hacer? El compañero practicante le dijo: Siempre y cuando estés decidido, Shifu te ayudará.
Después de más de diez años de enfermedad, mi marido comenzó a practicar Falun Gong. Enseguida pudo empezar a mover los dedos y se le enderezó mucho la espalda. Podía utilizar recogedores y cestas y volvió a tener algunas habilidades de las que había perdido. Ganó más de quinientos yuanes en un mes. Ahora, ya puede hacer todo el trabajo de labranza en el campo. Nosotros, una pareja anciana, hemos recuperado la felicidad.
El 24 de enero de 2008, mi marido fue a la montaña para cortar el bambú que se había dañado debido a una tormenta de hielo. El hielo se acababa de derretir, y el suelo estaba resbaladizo. Estaba cortando el bambú en la ladera de la montaña. De repente, se rompió medio tallo de bambú y se deslizó por la colina, y de forma inesperada, perdió el equilibrio y también se cayó al pie de la montaña. Mientras caía rodando por la colina, gritaba sin parar: ¡Falun Dafa es bueno! ¡Shifu, por favor, sálvame! Después de un rato, se levantó lentamente y se dio cuenta de que no estaba herido. Luego me dijo que se había quedado aterrorizado cuando miró hacia atrás y vio la cuesta tan empinada que tenía esa colina -Shifu salvó su vida vida.
El 12 de octubre de 2009, subí al ático a buscar una cosa. No aseguré bien la escalera. Cuando empecé a bajar, la escalera se cayó y a la vez me caí desde una altura de más de tres metros. En ese momento, no dejé de repetir: Soy un discípulo de Dafa, y Shifu está conmigo. Nada me puede pasar. Así, todavía pude seguir estudiando el Fa y haciendo los ejercicios y las tareas cotidianas. Esto es exactamente lo que dijo Shifu: Decimos que lo bueno o lo malo vienen de un pensamiento de la persona. (Zhuan Falun, Lección Cuarta, Elevar el xinxing) Desde este incidente he aprendido a mirar en mi interior.
Mi marido y yo nos hemos beneficiado de la práctica de Dafa, y ahora quiero dar la oportunidad a mi familia, amigos, y vecinos del pueblo de que entiendan la verdad sobre Falun Dafa, con el fin de que puedan salvarse. Mi marido es un ejemplo vivo y real del poder milagroso de Falun Dafa. Hago aclaración de la verdad en todos los sitios donde voy. Los vecinos del pueblo parecen estar dispuestos a venir a mi casa a escuchar la información sobre los hechos y aclaración de la verdad. Cuando voy al mercado a vender platos, también aprovecho la ocasión para hablar a la gente sobre las bondades de Dafa, y reparto CDs de aclaración de la verdad y otros materiales. Por la noche, a veces también voy con otros practicantes de la ciudad a pueblos de alrededor a repartir información.
Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2010/5/3/116648.html