Nombre: Zhang Hui (张辉)
Género: Femenino
Edad: 60 años
Dirección: Ciudad de Anshun, provincia de Guizhou
Ocupación: Médica Jubilada
Fecha del último arresto: Septiembre 2007
Último lugar de detención: Campo de Trabajos Forzados de Sanshui en Guangdong (广东三水劳教所)
Ciudad: Foshan
Provincia: Guangdong
Vejaciones padecidas: privación de sueño, trabajos forzados, palizas, tortura, ultraje sexual, inmovilización física durante largos períodos de tiempo.
[Minghui Net] La Sra. Zhang Hui es médica jubilada de la línea aérea de Yunma de Anshun en la provincia de Guizhou, es practicante de Falun Gong. En septiembre de 2007, la arrestaron después de distribuir folletos en un lugar público. Un mes más tarde, la enviaron al Campo de Trabajos Forzados de Sanshui en la provincia de Guangdong. Durante la condena que se le impuso en el campo de trabajos, esta anciana de 60 años fue sometida a diversas torturas. También escuchó las historias de otros practicantes. En este artículo, la Dra. Zhang describe su experiencia en el campo de trabajos.
Detenida por esclarecer la verdad en Shunde
En septiembre de 2007, fui a la región de Shunde a distribuir volantes para que la gente supiera de la persecución a Falun Gong. Explicaban por qué Falun Gong es bueno y disipaban las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh). Un oficial de policía local me vio y llamó a una patrulla. Me llevaron al Primer Centro de detención en Shunde.
En el centro de detención, insistí en practicar los ejercicios de Falun Gong. Las delincuentes detenidas, instigadas por los guardias me atacaron con golpes e insultos. Todos los días, no me dejaban dormir antes de medianoche. No tenía cobijas y tenía que acostarme sobre pedazos de cartón en el suelo. Un día después de hacer los ejercicios de Falun Gong, un preso común me dio una patada en la espalda con tal fuerza que me lesionó la columna vertebral. De repente no podía moverme. Las guardias se negaron a que examinaran la lesión. En protesta por el maltrato, inicié una huelga de hambre de cuatro días. Un guardia me dijo en secreto que siguiera adelante e hiciera los ejercicios, al poco tiempo de reanudarlos, sanó la lesión de la espalda.
Un mes más tarde, la policía me envió al Campo de Trabajos Forzados para Mujeres de Sanshui en Guangdong para cumplir dos años de crueles trabajos.
El sufrimiento en el Campo de Trabajo Forzado Sanshui.
En Sanshui, fui asignada a la Tercera División. Todas las practicantes fueron encerradas en celdas aisladas y vigiladas por dos a cuatro delincuentes. Nos obligaron a ver videos que difamaban a Falun Gong.
Un día, una drogadicta por órdenes de los guardias, me ató con una cuerda a la cabecera de la cama, tan apretada que apenas podía respirar. Pusieron una pantalla de TV, a sólo 30 centímetros delante de mí para obligarme a ver vídeos difamatorios. Este lavado de cerebro duró más de un año.
Las delincuentes a menudo me torturaban. Un día, la drogadicta Zhang Hua me agarró por los brazos y los torció detrás de mi espalda con todas sus fuerzas. El dolor era insoportable. Después de un instante, perdí toda sensación en mis brazos, mis codos se hincharon y amorataron. Luego me enviaron al Hospital Sanshui, donde una tomografía computarizada reveló una lesión en la cabeza y un hueso roto en la parte baja de la espalda.
Como me negué a dejar de practicar Falun Gong, las reclusas me golpeaban a menudo porque se les pagaba por hacerlo. Las autoridades del campo de trabajos, alentaban a estas criminales a atacar a las practicantes recompensándolas con buenos puntos. En consecuencia, las delincuentes eran muy duras al torturarnos. Después de que la drogadicta Ye Qiaozhen golpeó violentamente a una practicante, dijo que si la practicante moría, declararía que murió de una hemorragia.
En otra ocasión, la drogadicta Guan Fengming me levantó y me dejó caer al suelo mientras gritaba obscenidades. Después del impacto en el suelo, tenía un golpe en la cabeza ensangrentada y un intenso dolor en la espalda. No tenía fuerzas para levantarme. Sin piedad, Guan Fengming me gritó: estás "fingiendo" y pidió a la drogadicta Hu Aizhen que me quitara los pantalones. Mientras estaba desnuda, empaparon un par de pantuflas en un balde de orina y golpearon mis genitales con ellas. Mientras trataba de protegerme, me golpearon violentamente en mis manos y brazos. En lugar de detenerlas, una guardia las incitaba. Hu Aichun dijo: "voy a golpear a todas las que practiquen los ejercicios de Falun Gong. Incluso si mi madre practicara, la golpearía hasta que muriera".
Incluso ir al baño se utilizó como técnica de tormento. A menudo escuchábamos a la gente gritando: "Cierren puertas y ventanas". Eso significaba que era hora de ir al baño. Todo el mundo tenía que cerrar todas las puertas y ventanas, incluyendo cortinas, de modo que las practicantes no podían verse. Dos delincuentes estaban asignadas a acompañar a cada practicante al baño. Si alguien tenía que evacuar, tenía que solicitarlo con anticipación. Algunas practicantes se negaban a solicitarlo ya que se les impedía usar el baño cuando lo necesitaban. Cuando comenzaron huelgas de hambre para protestar, el personal del campo de trabajos recurría a alimentarlas a la fuerza después de las tres comidas, e incluso les cobraban a los familiares varios cientos de yuanes por las sesiones de alimentación forzada.
Otros ejemplos de persecución
Cuando fui detenida en el Primer Centro de Detención de Shunde, una practicante de unos 20 años fue golpeada por hacer los ejercicios. Las autoridades incluso la sujetaron con esposas y grilletes por más de un mes. Las practicantes fueron aisladas cada una en una celda. A veces, podía oír "Falun Dafa es bueno", inmediatamente la gente se precipitaba a esa celda. Entonces, se subía el volumen de la TV en todas las celdas para cubrir el ruido de los golpes y las maldiciones.
Un día, una practicante salió de su celda gritando varias veces "¡Falun Dafa es bueno!". Las delincuentes detenidas metieron algo en su boca y la arrojaron a una celda aislada. Una presa que solía seguir a esta practicante, más tarde dijo que las manos y los pies de la practicante estaban atados con un uniforme de la prisión, incluso mientras dormía. Durante el día, cada vez que se ponía de pie, dos reclusas de inmediato la jalaban de las manos para evitar que practicara los ejercicios. Más tarde supe que era Peng Chunxian de Shenzhen, y tiene más de 20 años.
Otra presa me dijo, que cuando una practicante de edad avanzada se rehusó a usar el uniforme de la prisión, la desnudaron y la dejaron a la intemperie en el frío. Otra drogadicta me dijo que vio cómo los guardias golpeaban a una anciana con picanas eléctricas.
Estos dos años de prisión me enseñaron la naturaleza cruel y oscura del Partido Comunista. Espero sinceramente que la gente no escuche sus mentiras y elijan un radiante futuro para sí mismos.
Fecha de edición: 1/21/2010
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/1/21/114041.html