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Solía tener toda clase de enfermedades como cirrosis de hígado, inflamación de la vesícula biliar, rinitis grave y anemia aplástica. Había tomado muchas medicinas tradicionales chinas, pero aún no tenía señales de mejoría. Estaba sufriendo física y mentalmente. Incluso pensaba en suicidarme.
Durante la segunda mitad de 1993, mi marido recibió la noticia de la Asociación de Qigong de la Provincia de Anhui de que el Shifu daría una serie de conferencias en la ciudad de Hefei el 21 de noviembre. Fui a escuchar las conferencias del Shifu para probar.
Desde el 21 al 29 de noviembre de 1993, el Shifu vino a la ciudad de Hefei por primera vez para dar las conferencias. La clase se dio en el salón de conferencias del Instituto de Educación, y asistieron aproximadamente 500 personas. Me senté en medio de la primera fila y estaba a menos de cinco metros de distancia del estrado. Mirar a nuestro benevolente Shifu me hizo sentir afecto y felicidad.
Durante la serie de conferencias, el Shifu nunca usó un guión. Solamente tenía una hoja de papel con unas pocas líneas de texto. Podía hablar improvisando durante aproximadamente dos horas. Los principios del "Fa" explicados por el Shifu eran muy profundos, a pesar de eso eran fáciles de entender. Cuando estaba escuchando, no podía evitar dormirme. Intentaba mantener mis ojos abiertos, pero entonces me dormía nuevamente. Me pellizcaba en la cabeza. Era inútil. Pero podía escuchar claramente lo que el Shifu estaba diciendo. Estaba tan avergonzada de mí misma y sentía que decepcionaba al Shifu. Pero cada vez que el Shifu terminaba su conferencia, me despertaba completamente. Fue así durante varios días. En el pasado, cuando tenía un fuerte dolor de cabeza, sentía como si mi cabeza se abriera. No podía comer ni beber. Vomitaba y tenía diarrea. No podía hablar. El dolor siempre duraba varios días y me hacía sufrir mucho. Después escuché al Shifu decir,
"Algunos estudiantes se duermen en clase y despiertan cuando termino mi lección. ¿Por qué? Porque tienen enfermedades en sus cerebros y necesitan un ajuste, el cual es absolutamente imposible de aguantar y por lo tanto, deben entrar en un estado de anestesia para no sentir nada." (Lección segunda de "Zhuan Falun")
Pensaba: el Shifu es realmente un fo viviente. Lo sabe todo.
Cuando el Shifu estaba dando las lecciones, mandaba incontables Falun para purificar los cuerpos de los practicantes y pedía a los practicantes que golpearan con sus pies para descargar el qi de enfermedad. Cuando regresé a casa de la clase, mi familia notó un gran cambio en mí. Pasé de ser una persona con muchas enfermedades a ser una persona saludable. Mi cirrosis desapareció. Realmente experimenté la naturaleza maravillosa de Dafa y la felicidad que la bondad de fo me trajo. Me convertí en una persona totalmente diferente.
El 16 de abril de 1994, escuchaba las lecciones que el Shifu dio la segunda vez en la ciudad de Hefei, en el salón de conferencias de la Escuela del Comité del Partido Provincia de Anhui. Había aproximadamente 1.200 personas. El Shifu trabajaba muy duro y vivía una vida muy simple. Una noche, en nuestro camino de regreso al hotel, vimos al Shifu comprando fideos instantáneos en una tienda de artículos variados. Nosotros estábamos en la clase con el estómago lleno pero el Shifu dio las lecciones con el estómago vacío. Después de cada clase, el Shifu siempre dedicaba algo de tiempo para enseñarnos los ejercicios. Corregía los movimientos de los practicantes. Un día, cuando hacíamos los ejercicios de pie, el salón estaba muy tranquilo, incluso con más de 1.000 personas. Yo estaba haciendo la posición abrazar la rueda con mis ojos cerrados. El Shifu apareció delante de mí para corregir mis movimientos. El Shifu me ayudó a mover mis brazos arriba y me susurró, "¡Levántalos un poco más alto!" de repente sentí una cálida energía fluyendo por todo mi cuerpo. Me sentí tan cálida y afortunada. El Shifu trató a todos los practicantes como si fueran sus hijos y les enseñó los ejercicios en persona. Aún puedo recordar claramente todo lo que sucedió.
El 21 de junio de 1994, mi marido y yo fuimos al Estadio Huangting de la ciudad de Jinan de la provincia Shandong para escuchar las conferencias del Shifu nuevamente. Esta vez asistieron aproximadamente 4.400 personas. En esa época, mi marido no comía bien. El estaba muy delgado y enfermizo. Pero esa misma noche durante la cena, cuando le traje gachas con avena, bollos y sopa al comedor, dijo, "quiero comer ahora." Incluso desde entonces, todo es delicioso para él. Comprendí que nuestro benevolente Shifu había purificado el cuerpo de mi marido. ¡Era como un milagro!
En aquel entonces, llovía todo el día en Jinan. Pero cuando las conferencias de Shifu se daban, dejaba de llover. Cuando regresábamos a nuestro hotel, ni siquiera necesitábamos un paraguas. Fue tan maravilloso. Podíamos sentir el poder sumamente divino del Shifu.
Cuando el Shifu dio las conferencias, también se tomó fotografías con los practicantes de diferentes regiones. Había aproximadamente 30 practicantes de la provincia de Anhui y debido a la cantidad de personas, estaba de pie en la parte de atrás. Antes de tomar la fotografía, el Shifu miró a la parte de atrás y encontró que algunas personas que eran más altas me estaban bloqueando. El Shifu me preguntó, "¿eres de la provincia de Anhui?" Yo dije, "Si." Vi que alguien realmente estaba bloqueándome, por eso fui al lado izquierdo en la fila delantera. En ese mismo instante, la fotografía fue tomada. Fue justo a tiempo. El Shifu cuidó mucho a los practicantes. Por ejemplo después de que las conferencias en Jinan terminaran, el Shifu dijo, "La próxima parada es la ciudad de Dalian. Las entradas ya se han agotado, así que no vayan. Si han comprado las entradas, no vayan en avión. Deben tomar un tren o un barco." Por lo que nosotros no seguimos al Shifu a la ciudad de Dalian.
Cada vez que recuerdo esos felices días cuando tuve la suficiente fortuna para escuchar las conferencias del Shifu en persona, recuerdo el estilo de vida simple del Shifu, su benevolente sonrisa y su pensamiento en los practicantes en todo momento. También recuerdo el gran poder del Shifu y todos sus esmerados esfuerzos para salvar seres conscientes. Siento tanto agradecimiento y respeto por el Shifu. Esto siempre trae lágrimas a mis ojos. Seguiré al Shifu, ayudaré al Shifu en la rectificación del Fa y haré bien las "tres cosas" que el Shifu nos ha pedido hacer a fin de que podamos cumplir nuestro prehistórico juramento.
Fecha del artículo original: 20/4/2007
Versión en inglés en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/4/20/84738.html