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En mi niñez, a pesar de escuchar a mi madre hablar incesantemente, no me gusta escuchar la charla de mi madre. Después de que mi hija entró en la pubertad, cambió su personalidad a ser más rebelde con un apego de defensa. Me daba miedo que ella pudiera volverse mala, por eso, frecuentemente le urgía a portarse bien. Ante los ojos de mi hija, también soy una madre que habla insensateces. Aborrece mis cuidados para con ella.
Por un período de tiempo, no pude encontrar realmente qué estaba errado en nuestra relación. Una buena niña quien en mi mente era inteligente y obediente en su niñez, ahora ha cambiado a ser tan imperativa. Hoy, cuando me senté en meditación, me di cuenta de muchas razones del por qué mi hija no era amigable conmigo.
El hijo de uno de mis colegas era extremadamente desobediente. Mi hija era de la misma edad que su hijo. Mi hija era muy sensible e inteligente, por eso no pude comprender ni ayudar a mi colega con respecto a su hijo rebelde. Hoy día, el comportamiento de mi hija nos sirve como un espejo. Eso me ha capacitado para entender lo íntimo de las quejas para resaltar la rebelión de su hijo.
Segundo, hasta ahora, no he sido capaz de escuchar pacientemente las palabras de mi madre. Siento que lo que mi madre decía, era todo algo como la repetición de una charla. No podia soportar escuchar sus charlas ya que tenía mis propias opiniones y sentimientos innatos acerca de lo que debo hacer. Mirando a mi hija, ella tampoco está dispuesta a escuchar mis palabras. Le disgusta lo mucho que la molesto. Piensa que ya ha crecido y que tiene sus propias ideas, y no necesita que me preocupe de ella. El comportamiento de mi hija es nuevamente un espejo del mío.
Ahora comprendo parte de la razón del por qué mi hija siempre me trata rudamente. El comportamiento de mi hija, en realidad, es para permitirme darme cuenta que esta clase prominente de individualidad con un punto de vista, rebeldía, hechos y palabras, es una manifestación de indulgencia hacia la naturaleza demoníaca y perversa. Eso puede lastimar a otros. A la vez, el comportamiento de mi hija también me fuerza a experimentar y sentir el dolor de otros. Esto me inspira a ser considerada con los otros sin hacer nada más que ponerme dentro de su lugar, pero comprendiéndoles más con intensiones buenas en vez de estar acostumbrada a usar pensamientos enfermos.
Lo de arriba es mi entendimiento personal, por favor compañeros practicantes expongan bondadosamente cualquier deficiencia.
01 de septiembre, 2006
Fecha de edición: 17/9/2006
Fecha original del artículo: 17/9/2006
Categoría: Reflexiones de practicantes
Traducido: 6/9/2006
Versión disponible en Chino: http://www.minghui.org/mh/articles/2006/9/2/136928.html