[Minghui Net] El Maestro Li viajó a la ciudad de Jinan, provincia de Shandong el 24 de enero de 1994, para enseñar el Fa. Varios practicantes locales de Dafa del distrito de Guan fueron a la estación de tren con la organización anfitriona a reunirse con el Maestro. Entre todos nosotros, yo era el único que nunca había visto al Maestro en persona. Aunque estaba muy emocionado antes de ir a la estación de tren para ver al Maestro, también sentí que el evento era incomparablemente sagrado.
A las 4:30 p.m., primero vimos a la Sra. Liu en el pasadizo subterráneo. Después que alguien cogió su mochila, ella dijo: "Por favor saluden rápidamente al Maestro. Está detrás de mí". Entre la muchedumbre, vi a un hombre de mediana edad de gran estatura caminando firmemente hacia nosotros con una sonrisa en su cara. Llevaba puesto una chaqueta amarilla, pantalones negros, y llevaba una antigua maleta. Cuando el Maestro nos vio, yo no podía ayudar pero grité: "¡Maestro Li, vinimos a reunirnos con usted!"
El Maestro estaba muy feliz de caminar en compañía nuestra. Nosotros cogimos la maleta y nos apiñamos alrededor del Maestro. Informé al Maestro acerca de cuántos de nosotros vinimos y con cuántas personas contábamos. El Maestro entonces mencionó el nombre de una persona y preguntó si estaba allí. Contestamos que sí estaba. El Maestro estaba muy feliz. De pronto, una corriente caliente paso rápidamente a través de todo mi cuerpo. Me sentía ligero, y estaba extremadamente confortable. No había nada en mi mente y era incapaz de decir algo. Podría sentir mi cuerpo entero brillar con la luz de fo. Nunca experimenté esta clase de sentimiento en mi vida. Ningún idioma en el mundo podría expresarlo.
El Maestro entonces entró en el coche. Él sonrió y nos hizo un gesto de despedida. Las lágrimas estaban derramándose por nuestros rostros.
En los escasos diez minutos que estuve allí, todo pareció un sueño. ¡Cuán extraordinario es nuestro Maestro! ¡Cuán ahorrador y cuán amable es el Maestro! ¡Cuán sagrado! Él es el Maestro que hemos buscado durante muchos años, y lo vi en persona ese día.
No hay manera de expresar en palabras lo que el Maestro me ha dado. Sólo cuando seguimos al Maestro hasta el final y completemos nuestro gran voto prehistórico, no faltamos al gran sacrificio del Maestro. Quisiera animar a todos con un poema del Maestro del libro «Hong Yin».
Predestinado a regresar al sagrado estado de frutoBuscando al Shifu por tantos años,
un día la oportunidad para encontrarle aparece;
obtén el Fa y retorna a través de la cultivación,
alcanza la perfección y sigue al Shifu de vuelta al hogar.23 de enero de 1996
(Versión en chino: http://www.minghui.ca/mh/articles/2005/10/12/112232.html)
(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2005/10/30/66368.html)
Fecha de edición: 16/4/2006Fecha del artículo original: 12/10/2005