[Minghui Net]
30 de enero de 2006
Google algunas veces parece ser como la mitad de mi vida. Empiezo mis días mirando las Noticias Google en Internet, y a menudo paso las horas usando el motor de búsqueda de Google para aprender más acerca de los temas sobre los que voy a escribir. No me daba cuenta de que bailaba con el diablo.
Es cierto. Con tal de que esta acaudalada compañía se enriquezca todavía más, Google ha acordado colaborar con China en corromper la promesa de Internet como una manera extraordinaria de liberación y en mantener a las personas chinas subyugadas.
Más específicamente, como se ha divulgado, Google practicará la censura al estilo chino, asegurando que ninguno de los 100 millones de navegantes de la Web en China puedan usar a Google para encontrar nada al introducir palabras semejantes a "democracia" o "derechos humanos", o al tratar de localizar información no gubernamental en temas tales como la libertad tibetana, la independencia de Taiwán, el movimiento espiritual Falun Gong o las atrocidades cometidas por los oficiales chinos.
Por bloquear de esa manera la entrada a más sitios Web que libros en una docena de bibliotecas grandes, así como también tirar del gatillo hacia los blogs y el correo electrónico, Google obtiene una sonrisa, un apretón de manos, un "a por ello" y un acuerdo de los autócratas chinos que previamente trataron de censurar el motor de búsqueda por ellos mismos.
Ahora Google entablará una batalla financiera en este gran mercado de Internet - sólo inferior a los Estados Unidos -con Yahoo, Microsoft y las firmas chinas a medida que trata de apilar más dinero en su montón acumulado que ya se parece al monte Everest. Como ha informado el columnista Thomas Lipscomb, las acciones de Google se cotizan por un valor de 80 billones de dólares, más que toda la industria entera del periodismo.
Todo esto significa que es hora de elaborar excusas, que no han tardado en llegar. El co-fundador de Google, Sergey Brin, según se cita en los informes de noticias Reuters, dice que llegó a la conclusión de que cuanta más información mejor, aunque no sea tan completa como nos gustaría que fuera". Google ya no tiene que enfrentarse a la "Gran Muralla de Fuego" (Great Firewall) de censura erigida por los oficiales chinos, él dijo.
"Francia y Alemania requieren censura para páginas Nazis", citó también como observación, "y EE.UU. requiere censura basada en el "Digital Millennium Copyright Act" (Acta Milenaria Digital de Derechos de Autor). Estos diversos países también tienen leyes sobre la pornografía infantil". Sí, lo mejor algunas veces puede ser enemigo de lo bueno, como el Sr. Brin sugiere, pero los líderes de estas compañías de altas tecnologías le ofrecen a China algo que necesita, y poniéndose firmes y siendo más resistentes, posiblemente pudieran haber empujado a China hacia un comportamiento responsable y civilizado mientras camina hacia el estatus de superpotencia.
Google - junto con Yahoo y Microsoft - presta ayuda a un acto criminal de lesa humanidad mientras hace que parezca estar más o menos bien.
El acuerdo para privar a los usuarios de Internet franceses y alemanes de las Web de contenido Nazi es una privación deplorable de los derechos de búsqueda libre, pero no puede compararse a ponerse del lado de algunos de los más devotos enemigos de la libertad del mundo en su inmoral misión.
Por lo que respecta a requerir la protección de películas registradas oficialmente y la censura de música, eso son tonterías, y comparar las leyes que prohíben la pornografía infantil con lo que hace China es ridículo. La consigna de Google, como numerosos informes de noticias y comentarios han apuntado, es, "No Ser Dañino". Ese no es exactamente el estándar más alto del mundo.
Es como decir que la obligación principal de una madre es no tirar a su bebé por la ventana. El hecho alarmante es que Google ahora ha hecho algo malo, ha lanzado al bebé por la ventana, y se ha colocado en una posición en la que puede hacer mayor daño.
Yahoo - que tiempo atrás había hecho compromisos del estilo de Google - dice que simplemente seguía las leyes chinas cuando ayudó a identificar a un periodista chino que había escrito un correo electrónico acerca de la rebelión de la Plaza Tiananmen de 1989. Por esa acción, el periodista está pasando 10 años en prisión.
Estoy entre los que han argumentado que Internet podría ser el instrumento más poderoso desde la imprenta en pro de propagar la información y las ideas que pueden potenciar y liberar a las personas. Pero dejé fuera del cálculo la necesidad de que los funcionarios corporativos se aferren a su integridad, por más que el todopoderoso dólar tire de ellos.
No he perdido la esperanza. Todavía creo en Internet. Esa creencia se fortalecería si Google se convirtiese en una pareja de baile respetable renunciando a su trato con China.
Fecha de edición: 5/2/2006
Fecha del artículo original: 30/1/2006
Categoría: Medios de comunicación
(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/1/31/69486.html)