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[Notas del Editor: Los artículos en esta serie de recuerdos de experiencias son de gente que ha atravesado hipotéticamente la regresión a otra vida. Partidarios de esta técnica piensan que eso provee excelentes evidencias de vidas pasadas y terapias para quienes lo usan ayudando a pacientes a sobrevivir con su presente situación, permitiéndoles comprender eventos pasados que tallan sobre el presente. Otros reputables científicos y terapeutas piensan que la técnica es un ejercicio de imaginación, sin bases verídicas, posiblemente peligrosas, y probablemente fraudulentas. No recomendamos la técnica ni tampoco podemos confirmar su validez. También dudamos de algunas conclusiones hechas por el autor. Presentamos unos pocos ejemplos para vuestra consideración.]
Elisa fue una esposa feliz y por primera vez quedó embarazada a la edad de 24 años. En el período inicial, su gestación fue normal. Pero como a los 6 meses comenzó a sufrir fuertes dolores en uno de sus ovarios. Durante una examinación médica se le encontró una ulceración en ese ovario y le fue extirpado quirúrgicamente. Previamente había sido operada para eliminarle una ulceración de su seno. En el alumbramiento, la recién nacida sufrió de un defecto congénito al corazón. La niña murió en el hospital después de pocas semanas, en la unidad de cuidado intensivo.
Elisa se encontraba muy deprimida y vino a mí para un tratmiento. Le pedí se acostara y cerrara sus ojos. Me contó la historia de su vida. Mencionó específicamente que siempre había tenido miedo a los cuchillos. Yo escribí esto cuidadosamente y me pregunté a mí mismo qué clase de experiencia en sus vidas pasadas pudieron dar lugar a tal temor. Por consiguiente, la animé a que se concentrara más en su última experiencia. A mi modo de ver, fue obvio que su gestación y la muerte de la infante habían impactado sus sentimientos enormemente. No tenía sentido cavar y buscar otro pesar a menos que tuviéramos conocimiento de todo cuanto había ocurrido en esta vida.
Pronto ella comenzó a girar su cabeza en derredor y pareció estar luchando por algo. Empezó a balbucear las siguientes palabras: "Sangre, sangre, él está vestido con ropa amarilla, él es un doctor...no, no lo deseo, por favor no me corte, por favor no me corte... muy doloroso, no puedo moverme, no me corte, por favor no me corte... no puedo moverme, no tengo esperanza, me está cortando". Continuó: Él me está cortando, me corta la parte inferior, mi niño está allí, no corte a mi niño, ¡por favor no lo corte! Él pide algo a la enfermera, y corta nuevamente. ¡Oh, mi ovario! Él dice que está roto - partido. Él lo está sacando, está tirando del otro ovario, he perdido mi ovario, no puedo moverme, no puedo hacer nada. ¿qué me pasa? He sido castrada, ya no podré volver a dar a luz a otro bebé, ya no soy una mujer... enfermera, dígame que no importa".
Al observar sus exclamasiones, pensé que Elisa estaba reaccionando fuertemente durante su inconsciencia. Las expresiones de "no me corte" me hicieron acordar inmediatamente de su miedo hacia los cuchillos. Pero sus sentimientos de desesperanza y el de no ser una mujer pueden necesitar ser explicados desde una fuente más profunda dentro de ella. Su temor a los cuchillos y sus malos sentimientos acerca de no ser una mujer no habían sido resueltos.
Más tarde, deseé que repitiera, "no me corte", y ella comenzó a hablar de la experiencia de su vida pasada: "Por favor no me corte, por favor no me corte, no puedo moverme. Ellos me han anesteciado, soy incapaz de hacer nada...es una granja, con paja. Él me está cortando, un hombre que viste pantalones y corbata azul...hay otro hombre, no quiero morir, parece ser en el siglo XVII, están tratando de ayudarme, es un alumbramiento terrible, [ellos] están haciendo un alumbramiento abdominal... mis dos brazos están atados a algo sobre el tope de mi cabeza en el granero, estoy medio desnuda, no puedo hacer nada. Sangre, mucha sangre, está fluyendo de mi ombligo. El niño, muere". (Ella llora) "Me estoy muriendo, no quiero morir, me estoy separando de mi propio cuerpo, estoy abandonando... estoy mirando mi cuerpo desde afuera, ya no estoy allí. Soy una mujer joven, el hombre es mi hermano y está tratando de salvarme. El niño está muerto, muere al momento de nacer. No puedo hacer nada, no hay seguridad al dar a luz, no es seguro..."
Al enterarse de la experiencia de su vida pasada, Elisa se aclaró acerca de una de las fuentes de su miedo. Ella gradualmente se volvió menos dominada por el miedo. Pero necesitaba abandonar los pensamientos negativos de que el alumbramiento no era seguro. El curar completamente tal trauma psicológico en una o dos sesiones, eso era raro. Hablando en general, tales traumas vienen de más de una vida pasada. Por lo menos, las enfermedades serias, tales como la úlcera en su ovario y seno, fueron acumuladas de muchas experiencias pasadas, ya que ellas han ocurrido repetidamente en sus vidas previas.
Más tarde, durante una sesión, hablamos más acerca de la fuente del dolor de su ovario. En esa sesión, se vio a sí misma como sirviente en una aldea al norte del desierto de Sahara. La identificación del tiempo histórico no era clara, pero el tiempo fue relativamente reciente. A la edad de 14 años, fue asediada por un grupo de soldados que trataron de asaltarla sexualmente. Ella les dijo que ellos eran repulsivos. Al escuchar esto, un soldado la golpeó y pateó cerca de la cintura con sus botas grandes y ella cayó al piso. Su riñón y ovarios fueron fatalmente lastimados, lo cual hizo que sintiera dolor por un largo tiempo durante esa vida. En esa encarnación, después de lo que le ocurrió terminó viviendo sola la mayor parte de su vida, y estuvo dominada por su miedo y repetía constantemente frases como, "tengo miedo de los hombres. Ellos me han lastimado. No quiero que me toquen. Prefiero vivir sola".
Su ovario fue el foco de esos incidentes de asaltos y heridas. A través de la reencarnación, la heria fue trasladada a sus vidas futuras en forma de yeli en su cuerpo y eso apareció nuevamente durante su embarazo en esta vida. Llegamos a una clara conclusión sobre [el significado de] su propia vida pasada cuando ella falló en el alumbramiento no natural, después que recuperó su memoria. Descubrió inmediatamente que en el último siglo, fue una señora rubia que vivía en el área central del oeste de América. ¡Tuvo 6 niños! Este encuentro la hizo sentir mejor.
Sin embargo, no desaparecieron todos los traumas de sus vidas pasadas. Sentía dolor en su pecho, que la torturó severamente en una ocasión. La imagen de un cuchillo y manos ensangrentadas aparercieron durante la hipnosis. Detras de las imágenes aparecieron las memorias de dos horribles eventos de sacrificios ofrecidos con gente viva. La animé a hacer una segunda regresión más profunda [de una vida pasada].
En una de las sesiones recordó haber sido un hombre capturado que lo decapitaron. En otra, una mujer de cincuenta años, durante la Edad Media, que fue ofrecida en sacrificio en una ceremonia diabólica. En ese tiempo fue violada y luego maltratada. Nuevamente apareció un cuchillo. Esta vez encontramos, aparentemente, todo acerca de su horrible muerte. Todo su cuerpo fue cortado y extirpado sus senos. Ésta fue la causa de la úlcera en sus senos y el dolor en sus ovarios. Este evento y el incidente del alumbramiento desde su [profunda] memoria, fueron las causas para que tuviera miedo de la operación.
¿Fue Elisa siempre una víctima en sus vidas pasadas? No parece ser así. Su siguiente vida pasada fue recordada después de terminada la previa imagen sangrienta. Se encontró a sí misma como un soldado en una trinchera durante la primera guerra mundial. "No debería hacerlo". El soldado estuvo murmurando penosamente. Él se mantuvo junto al cuerpo ensangrentado de un joven enemigo a quien había atravesado con la bayoneta en su ombligo. Aunque parecía haber matado a mucha gente con su bayoneta, estaba esta vez sufriendo terriblemente debido a algo. Sobrevivió a la guerra. pero su arrepentimiento por las matanzas que había hecho estaba más allá de toda descripción y eso lo torturó por una eternidad. Sufrió de artritis en sus manos, pies y cintura.
Cuando le preguntaban acerca de esos dolores, Elisa, que había adquirido algunas caraterísticas de hombre, dijo que se odiaba a sí misma por haber matado a tantos seres vivientes y que eso fue la causa de sus dolores.
El momento en que ella se recordó como soldado que vio a su enemigo muriendo con dolores miserables en la trinchera durante la Primera Guerra Mundial, fue extremadamente importante para ella. En efecto, la memoria indicaba el final de la violencia en las reencarnaciones de su vida. Eso explicó también el yeli fatal que había causado las enfermedades y dolores en sus órganos reproductivos.
Fecha de publicación: 24/12/2006
Traducido de:
http://www.zhengjian.org/zj/articles/2002/5/19/16127.html