(Minghui.org) La madre de una amiga quería aprender Falun Dafa después de que cayera enferma en enero de 2018. Le preparé un reproductor de video para que pudiera escuchar y ver videos del Maestro Li enseñando el Fa. Ella estaba muy emocionada después de ver los videos y quería conocerme.

Cuando nos conocimos, me habló de sí misma.

"He tenido una vida muy dura y mi matrimonio tampoco fue bueno", me dijo. "Éramos muy pobres cuando era joven, así que solo fui a la escuela durante tres años. Mi vida estuvo plagada de todo tipo de enfermedades y dificultades. Quería irme de casa para ser budista en un templo".

"Pero, por alguna razón, no estaba lo suficientemente motivada para convertirme al budismo. Ahora me siento tan afortunada de poder escuchar al Maestro Li enseñando Falun Dafa".

Me contó que había estado enferma de cáncer de mama y tenía una diabetes grave. Tenía que inyectarse insulina tres o cuatro veces al día y ser hospitalizada cuatro o cinco veces cada año. Otros problemas que la aquejaban eran el insomnio, la hipertensión, las enfermedades cardíacas, un derrame cerebral y la artritis. Los medicamentos que tenía que tomar le provocaban pérdidas de memoria, y a veces no podía encontrar el camino a casa cuando salía.

La tranquilicé y le dije que, si practicaba Falun Dafa con la debida sinceridad, el Maestro la ayudaría. Me di cuenta de que no era una coincidencia que la hubiera conocido, así que estaba decidida a ayudarla.

Después de regresar a casa, escribí cuidadosamente las descripciones de los cinco ejercicios para facilitarle la comprensión. Pero cuando miró lo que había escrito, dijo: "Tu letra es buena, pero no puedo leerla". Así que lo repetí, utilizando un estilo de escritura sencillo. Esta vez dijo que podía entenderlo.

En pocos meses, aprendió a hacer los cinco ejercicios. Les dijo a todos en su familia: "Falun Dafa es realmente maravilloso. Seguiré practicando y nadie podrá detenerme".

Han pasado más de dos años y ahora tiene 78 años. Está radiante de energía y ha recuperado la memoria. Puede cuidar de sí misma y ocuparse de la mayoría de las tareas domésticas. En sus propias palabras: "Me siento como si tuviera 20 años. Soy tan feliz y me siento tan ligera sin ninguna enfermedad".

La visito a menudo y compartimos nuestros entendimientos sobre el Fa. Estoy profundamente conmovida por su diligencia en la cultivación y su fe completa en el Maestro y el Fa.

Nunca hay que abandonar a alguien que obtiene Dafa

En noviembre de 2016, una colega jubilada que se había mudado fuera de la ciudad me llamó. Estaba llorando, apenas podía hablar. "Estoy enferma", me dijo. "Tengo cáncer de ovario. Me operaron y salió bien y acabo de terminar la primera ronda de quimioterapia".

Me sorprendió totalmente porque todavía tenía 50 años y cuando la vi unos meses antes tenía buen aspecto.

Me dijo que se lo habían diagnosticado durante una revisión rutinaria. Me sentí muy triste, ya que nos llevábamos muy bien en el trabajo. Se me ocurrió hablarle de Dafa y le pregunté si estaría interesada en aprender la cultivación de qigong.

"Sí, me gustaría", dijo. "Pero estoy muy débil por la quimioterapia y no puedo ir a tu casa a aprender los ejercicios. ¿Podría ir mi marido a aprender primero?".

Estaba un poco indecisa porque su marido es un policía retirado y su yerno también trabaja en la seguridad pública. No sabía lo que pensaban de Falun Dafa.

Un par de días después, su marido vino. "Por favor, enséñame a hacer los ejercicios", dijo. Casi al instante, se sintió como de la familia, así que no tuve miedo ni reservas, ya que pude percibir que había venido a aprender los ejercicios con toda la sinceridad. Sentí que comprendía mejor lo desesperadamente que mi excompañera y su familia querían que se recuperara.

Primero le aclaré la verdad sobre Falun Dafa y luego pasé toda la tarde enseñándole los movimientos básicos de los cinco ejercicios. También le di una copia de Zhuan Falun y un reproductor multimedia con la música de los ejercicios y las conferencias del Fa.

Poco después de que empezara a leer Zhuan Falun y a hacer los ejercicios, empezó a recuperarse y volvió a tener apetito. Su pelo empezó a crecer de nuevo y todos los resultados de sus pruebas fueron positivos.

Una vez me dijo: "Cuando hacía los ejercicios, a menudo veía a Shifu, el hermoso Falun y otras escenas maravillosas". Me alegré mucho por ella.

Al principio, ella era muy seria y diligente en el estudio de Fa y en la realización de los ejercicios. Pero cuando el reproductor de música que le di para escuchar las conferencias del Fa se rompió, dejó de estudiar y hacer los ejercicios durante tres meses. Poco después, cuando fue al hospital para una revisión, los médicos dijeron que los resultados de sus pruebas indicaban que el cáncer había vuelto. Su familia estaba desolada.

El médico le programó 16 sesiones de quimioterapia. A la novena sesión, estaba postrada en la cama y no podía comer. Vomitaba todo lo que comía y sus extremidades inferiores estaban muy hinchadas y entumecidas. Su sistema linfático y los nervios de las extremidades inferiores estaban gravemente dañados por los medicamentos. Perdía peso rápidamente y se le caía todo el pelo. Las células cancerosas hicieron metástasis. Estaba de nuevo al borde de la muerte.

Se negó a seguir con la quimioterapia y se fue a casa. Me llamó, pero no pudimos hablar mucho por teléfono (todas las llamadas están controladas en China). Tenía muchas ganas de verla, pero la pandemia de Covid-19 se desató y nuestras actividades estaban muy restringidas. La animé a seguir cultivándose en Dafa y a recitar cada día "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Le dije: "Te conseguiré otro reproductor de música".

Cuando se levantó el bloqueo, le entregué el reproductor de música para que pudiera estudiar el Fa y hacer los ejercicios. También la animé a volver a su ciudad natal, donde yo vivía. Lo hizo a finales de julio de 2020.

Fue desgarrador verla. Parecía muy enferma y demacrada. "Pronto moriré", dijo. "La mayoría de los enfermos de cáncer que conozco se han ido, algunos viejos y otros jóvenes. Yo soy la única que sigue viva, y los médicos dicen que tengo suerte de seguir viva".

Estudié el Fa y realicé los ejercicios con ella todos los días. Le corregí los movimientos de los ejercicios y la ayudé a ponerse en contacto con otros practicantes de su zona. Ellos la animaron a tener fe en Dafa y la llevaron a ver a los practicantes que habían recuperado su salud a través de la cultivación de Dafa. La ayudamos en todo lo que pudimos y la tratamos con amabilidad y compasión, al tiempo que le decíamos que cultivar Dafa era su única salida.

Shifu nos enseñó:

"La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu; si tienes este deseo, ya está bien" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Los milagros empezaron a suceder en solo 15 días. Pudo volver a caminar y comer normalmente sin vomitar. Estaba tranquila en lugar de temerosa. Sus movimientos de ejercicio también parecían mucho más naturales y fluidos. Aprendió a mirar hacia dentro para mejorar su propio carácter y, lo mejor de todo, ahora podía ver la esperanza. En lugar de estar completamente desesperada, tenía confianza y seguridad porque había encontrado su destino en Dafa.

Fui a visitarla un par de días antes de preparar este intercambio. Ha engordado más de 5 kg, puede caminar sin problemas y tiene un aspecto muy saludable con una tez sonrosada. Me alegro mucho por ella.

Hoy en día, estudia el Fa con ahínco y hace los ejercicios todos los días, esforzándose por ponerse al día. Para ayudarla, hice muchas cosas que creía imposibles para mí, como montar en bicicleta bajo el sol abrasador para visitarla todos los días, dejar todo en casa para hacerle compañía, comprar comida para consolarla, etc. Pero lo hice todo sin quejarme, porque una vez hice el voto de que, desde que ella obtuvo el Fa, no la abandonaría porque sentí que esa es una responsabilidad que Shifu me dio.

La luz de Fo ilumina el mundo humano

En estos casos, siento que Dafa no solo salvó a las dos practicantes, sino también a sus familiares y amigos. Entre sus familiares hay funcionarios públicos, obreros, empresarios, estudiantes y médicos. Los cambios en las dos mujeres han devuelto la felicidad y la paz a sus familias, han eliminado el estrés y les han liberado de las cargas financieras.

Ambas practicantes me dijeron que todas sus familias las apoyan en la práctica de Falun Dafa porque han sido testigos de lo maravilloso y poderoso que es. Sus familiares incluso les recuerdan que hagan los ejercicios o lean los libros de Dafa.

A menudo me dicen "¡Cómo podré agradecerte lo suficiente!". Yo siempre les digo: "¡Agradezcamos todos a Shifu! Es Shifu quien ha traído Dafa y las bendiciones al mundo humano".