(Minghui.org) Empecé mi primer trabajo en el gobierno del municipio, y la estación de policía estaba en el lado izquierdo del edificio. A través de lo que veía y escuchaba, supe que los policías eran los matones del Partido Comunista Chino (PCCh).

El cuerpo de policía se expandió a nuestra área y le pedía al personal de los departamentos administrativos que se matricularan. Los policías eran bien pagados y tenían poder, así que mucha gente se matriculó. Mi marido trabajaba en una oficina gubernamental en otra localidad y dijo que el jefe de la comisaría de allí era amable y quería trasladarlo a trabajar a su comisaría. Me apresuré a decirle: "¡No! La policía siempre golpea a la gente. Han hecho muchas cosas malas, como destruir las casas de la gente y sancionar a la gente sin una razón justa. La policía no protege a la gente, le hace daño". Mi marido pensaba lo mismo, así que declinó la oferta y optó por seguir siendo un funcionario común del municipio.

Di a luz a mi hijo en invierno. El frío y el viento del norte me provocaron reumatismo. Me convertí en un frasco de medicinas a una edad temprana. Tenía que ir a trabajar, cuidar de mi hijo y fingir que estaba sana. El lugar de trabajo de mi marido estaba lejos y no podía venir a casa todos los días. La vida era dura y agotadora.

En 1998, alguien me presentó Falun Dafa, diciendo que tenía un buen efecto para mejorar la salud y que era gratuito. Así que decidí empezar a practicar la cultivación. Al poco tiempo de empezar, me libré de la enfermedad. Mi alegría era indescriptible. No tenía tiempo para estudiar el Fa durante el día, así que llevaba conmigo a mi hijo a la casa de otra practicante para estudiar por la noche.

El PCCh comenzó a perseguir a Falun Dafa en julio de 1999. Me detuvieron ilegalmente y mi casa fue saqueada varias veces. Mi hijo estaba en primer grado. Mi marido no podía ocuparse de él, así que se quedó con mi suegra y más tarde fue acogido por una compañera practicante. Con estos cambios constantes y sin sus padres cerca, nuestro hijo creció con miedo.

Mi marido también desarrolló un profundo temor por la persecución. No se atrevía a decir que no a los malvados represores, pero era lo suficientemente fuerte como para insultarme, golpearme y patearme. Como practicante de Dafa, lo soporté silenciosamente y seguí los requisitos del Fa: ...y que llegar a no devolver el golpe ni los insultos(Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Mi esposo llegó a casa una noche y ya estábamos en la cama; le dije: "Nuestro hijo va a hacer el examen de ingreso a la escuela secundaria. Quiero cambiarlo de escuela, para que tenga más posibilidades de ser admitido en la escuela secundaria número 1 del condado”.

Mi marido se enojó y me dio un puñetazo en la cabeza. Cuando me levanté, me dio una patada y me desplomé en el suelo. Intenté levantarme, pero no tenía fuerzas. Mi marido levantó el pie e iba a darme otra patada. Me apresuré a suplicar al Maestro Li (fundador de Dafa) que me salvara, y él retiró el pie.

Al verme tirada en el suelo con la cara pálida, su ira se transformó en miedo. Sabía que me había hecho mucho daño. Me cargó a la cama y luego llamó al chofer de su lugar de trabajo para que viniera. El coche recogió primero a mi madre y luego vino a nuestra casa. Mi marido iba a llevarme al hospital, pero le dije: "Estoy bien, no necesitas llevarme".

Quería levantarme, pero sentía como si me hubieran roto las costillas. Podía oír el sonido de mis huesos al crujir. Sabía que mi marido me había hecho mucho daño esta vez, pero soy practicante y debo validar Dafa. Con solo pensarlo, sentí que mi cuerpo había recuperado la fuerza, y me levanté.

Mi marido se asustó y se fue a su lugar de trabajo y se quedó allí toda la noche. Aunque me levanté, no podía volver a dormirme con el dolor en las costillas. Quería sentarme en la cama, pero no podía. Pensé que podía intentar hacer los ejercicios. Empecé con el primer ejercicio y, de repente, sentí que el mundo daba vueltas y perdí inmediatamente la fuerza. Me caí en la cama y sentí, como si mis órganos estuvieran a punto de desparramarse. Fui al baño y llené una palangana escupiendo algo negro y verde.

Después de calmarme, empecé a enviar pensamientos rectos para eliminar la persecución de las viejas fuerzas. Luego encendí un reproductor de audio para escuchar las lecciones de Shifu. Empecé a sentirme mejor y me apoyé en un montón de mantas y descansé. Por la mañana temprano, pude acostarme y finalmente me dormí. Cuando me desperté, escuché las lecciones de Shifu, envié pensamientos rectos a la hora predeterminada y negué la persecución de mi cuerpo.

En la mañana del cuarto día, quise tomarme unos días más de descanso, pero el jefe de mi lugar de trabajo me llamó y me pidió que fuera a trabajar. Me monté en la bicicleta y me dolían las costillas. Pensé: "¡Soy una practicante de Dafa y estoy bien!".

La sensación de incomodidad en mi pecho desapareció. Andando en la bicicleta me sentí como si flotara, y me emocioné hasta las lágrimas. El compasivo Shifu me quitó el dolor. Si no lo hubiera experimentado yo misma, nunca lo habría creído.

Mis costillas volvieron a la normalidad en tres días. Mi madre vivió en mi casa durante ese tiempo y cocinó para mí. Al ver mi recuperación tan rápida, me dijo: "Solo porque eres practicante te has recuperado tan pronto. Si esto le hubiera pasado a una persona común, habría ido al hospital y se habría gastado mucho dinero".

Mi marido volvió a casa para comer y trajo dos pepinos de mar, diciendo que ayudarían a mejorar mi salud. Mi madre dijo: "Falun Dafa es realmente bueno. He estado leyendo las enseñanzas de Dafa en Zhuan Falun estos dos últimos días. No es como lo que se dice en la televisión. Se trata de ser una buena persona. Si la gente hace lo que dice el libro, la sociedad será mejor. Déjenla practicar si ella quiere".

Le pedí a mi marido que leyera el libro para aprender más sobre Dafa. Cuando terminó, dijo: "No hay nada malo en Verdad, Benevolencia, Tolerancia. No tengo nada en contra de ser una buena persona. Solo me preocupa que te arresten y que nuestra familia no pueda vivir en paz. Si te arrestan, no solo sufrirás, sino que también te despedirán de tu trabajo. Nadie se hará cargo de nuestro hijo. El divorcio no es una solución. Es mejor tenerte que estar sin ti. Si insistes en practicar, no interferiré".

Ahora mi marido sabe cómo ser una buena persona. Es diligente en su trabajo, no toma las cosas que no son suyas y piensa primero en los demás. Ha sido calificado como un trabajador modelo durante muchos años y fue ascendido a ser administrador de la municipalidad y secretario del PCCh en el comité municipal. Ha hecho cosas buenas por la gente del pueblo, y todo el mundo lo elogia por ser un buen hombre.

Con frecuencia le decía a mi marido que no participara en la persecución, ya que los que lo hicieran serían castigados por el Cielo. Él protege silenciosamente a los practicantes de acuerdo al alcance de su poder.

Los agentes de la comisaría y del departamento de policía que participaron activamente en la persecución han sido manipulados y utilizados por el PCCh. Acosaron, arrestaron, encarcelaron y torturaron a los practicantes de Dafa. Algunos de ellos escucharon a los practicantes aclarar la verdad y dejaron de hacer actos malvados, pero muchos no escucharon el consejo y siguen haciendo actos malvados.