(Minghui.org) Soy una joven practicante de Falun Dafa que comencé a practicar Falun Dafa con mi madre a una edad muy temprana. Según mi madre, yo era diligente y creía firmemente en Dafa cuando era joven. Tenía nueve años en 1999. Mi madre y yo asistíamos a menudo al estudio de Fa en grupo en la casa de un practicante. Después de que mi padre me prohibió asistir al estudio de Fa en grupo, me las arreglé para ir a la casa de ese practicante por mi cuenta una noche. Mis pensamientos eran puros y solo quería estudiar el Fa con los demás. Todos los practicantes se sorprendieron de verme porque mi casa estaba bastante lejos.

Los niños tenían que recibir sus vacunas a una edad temprana, pero yo sabía que como practicante de Falun Dafa las vacunas eran innecesarias. Mi padre intentó obligarme a vacunarme una vez, cuando mi madre no estaba en casa. Me dijo: "¿Qué pasará si te pones enferma?". Me mantuve firme en mis pensamientos y me negué a vacunarme. Mi padre se rindió y no insistió más.

Un año, mi madre decidió apelar pacíficamente a nuestro gobierno provincial. Cuando no vi a mi madre ni a mi hermano mayor por la mañana, me puse a llorar. Mi padre me dijo: "Tu madre y tu hermano se fueron por la mañana temprano". Me di cuenta de que me habían dejado atrás y me enfadé mucho. Cuando mi madre volvió me dijo: "Te he llamado varias veces, pero no te despertaste. No quería despertar a tu padre, así que nos fuimos sin ti".

Mi madre decidió ir a Beijing para validar el Fa y llevarme con ella. Cuando salíamos de nuestro pueblo, mi tía me apartó porque no quería que fuera. Mi madre no tuvo más remedio que hacerme volver a casa. Ese día tenía muchas ganas de ir a Beijing con mi madre.

Tuve mucha fiebre cuando estaba en el colegio. Al ver lo mucho que vomitaba, mi padre insistió en que fuera al hospital para recibir tratamiento. Le dije con firmeza: "Me pondré bien en un día. Podré ir a la escuela mañana". Milagrosamente, todo mi malestar desapareció al día siguiente.

Me senté en el fondo de la clase durante mi primer año de instituto y vi a mis compañeros calumniando a Falun Dafa en la pizarra. Quería detenerlos, pero no sabía cómo hacerlo. Durante un descanso de la clase, me armé de valor para borrar todo lo que estaba escrito en la pizarra.

Mi jefe de estudios se enfadó mucho y se lo comunicó al director. El director llamó a mi abuela y a la policía. El director me exigió que admitiera mi mala acción. Yo pensaba que no había hecho nada malo. Del colegio me amenazaron con expulsarme. Mi madre y otros practicantes vinieron a la escuela y me llevaron a casa.

De camino a casa, mi madre dijo a los demás practicantes: "Si realmente no puede ir a la escuela, su padre se enfadará mucho". Todos llegaron a la conclusión de que no debíamos dejarnos influir y que tenía que ir a la escuela como siempre. Con los practicantes trabajando juntos como un solo cuerpo, no me preocupaba no poder ir a la escuela durante esta tribulación.

¡Qué preciosos eran mis pensamientos cuando era joven y me cultivaba bien! Con el paso de los años, mis nociones humanas aumentaron y ya no soy tan pura como lo era antes.

Me gustaría compartir mis experiencias de cultivación en Minghui.org. ¡Esta es también una oportunidad para volver a practicar y cultivarme diligentemente!

Aunque mi camino de cultivación ha tenido sus altibajos, el Maestro siempre me ha protegido. He experimentado muchas situaciones de "vida y muerte". El Maestro siempre me ha protegido en cada situación y por eso estoy extremadamente agradecida al Maestro y a Dafa.

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