(Minghui.org) La señora Xia Ning es una residente de 68 años de la ciudad de Xingcheng, provincia de Liaoning. Comenzó a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) el 17 de enero de 1999. Seis meses después, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una campaña nacional contra Falun Gong. Desde entonces, ha sido detenida y torturada repetidamente por defender su fe.

La Sra. Xia fue sometida en dos ocasiones a trabajos forzados por un total de más de cinco años. Fue detenida por última vez en julio de 2017 y condenada a cuatro años y medio de prisión en enero de 2018. Fue liberada el 14 de enero de 2022.

A pesar de la brutal persecución, la Sra. Xia nunca ha vacilado en su fe, habiéndose vuelto más enérgica, de mente abierta y alegre después de haber iniciado la práctica de Falun Gong. Atribuye su fe firme a los principios Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Gong, que cree que son los valores universales por los que deben guiarse los seres humanos.

Detenida por apelar en Beijing

Después de que el PCCh lanzara la campaña de persecución a Falun Gong en julio de 1999, los periódicos, las emisoras de radio y las cadenas de televisión difundieron rumores e incitaron el odio contra Dafa. Por ello, decenas de miles de practicantes de Falun Gong acudieron a Beijing en busca de justicia para Falun Gong.

En octubre de 2000, Xia fue a Beijing para hablar en favor de Falun Gong y de su fundador, el Maestro Li. Fue retenida en el Centro de Detención de Xingcheng durante quince días. Volvió a Beijing el 1 de enero de 2001 y ese mismo día fue detenida en la plaza de Tiananmen. La llevaron a la Estación de Policía de Donggaodi, en Beijing, donde la mantuvieron siete días. Durante este periodo, la golpearon y la obligaron a permanecer a la intemperie en el frío invierno sin chaqueta. También se le ordenó pisar los libros de Falun Gong y hablar mal del Maestro.

Persecución en el Campo de Trabajo de Masanjia

En junio de 2001, distribuyó vídeos con información sobre la falsa "autoinmolación de la plaza de Tiananmen". Fue arrestada y detenida en el Centro de Detención de Xingcheng durante ocho días y luego enviada al tristemente célebre Campo de Trabajo Forzado de Masanjia para para ser sometida a lavado de cerebro.

Durante sus tres años de detención en Masanjia, estuvo siempre bajo estricto control. A menudo no se le permitía dormir ni hablar con otras prisioneras. La obligaban a permanecer en cuclillas o de pie durante largos periodos de tiempo. En una ocasión, los guardias le quitaron la blusa y la obligaron a arrodillarse con un taburete en la cabeza. Encima del taburete le colocaron un cubo de agua. Al mismo tiempo, un colaborador (expracticante que había renunciado a su creencia bajo presión) le leyó una declaración de renuncia a Falun Gong y le ordenó que la firmara. Ella se negó.

La Sra. Xia pasaba la mayor parte de sus días en una sala de confinamiento, donde a menudo era sujetada a una silla metálica durante un largo periodo de tiempo. Solo la sacaban de la sala de confinamiento cuando mostraba signos de inconsciencia o cuando su vida corría peligro.

Fue puesta en libertad en julio de 2004.

Persecución en el Centro de Detención de Xingcheng

El 13 de septiembre de 2004, fue detenida y enviada al Centro de Detención de Xingcheng, donde fue esposada, encadenada y golpeada durante cuatro días.

El 11 de marzo de 2008, la Sra. Xia y otra practicante fueron denunciadas por aclarar la verdad. Fueron detenidas y llevadas al Centro de Detención de Xingcheng. Luego, varios agentes de la Comisaría de Chengdong irrumpieron en su casa. La Sra. Xia inició una huelga de hambre para protestar por la detención y fue brutalmente alimentada a la fuerza en dos ocasiones en el Hospital Xingcheng 810. Diez días después, ella y la otra practicante fueron puestas en libertad después de que el Campo de Trabajo Forzado de Masanjia se negara a aceptarlas por los resultados de su examen físico.

Torturada de nuevo en el Campo de Trabajo Forzado de Masanjia

El 13 de mayo de 2008, dos policías irrumpieron en la casa de la Sra. Xia. Rompieron un marco que contenía la foto del Maestro. Cuando la arrastraron escaleras abajo, ella se resistió y gritó en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno! Los practicantes de Falun Gong son inocentes".

En cuanto fue llevada a la Estación de Policía de Chengdong, la policía le extrajo sangre a la fuerza y le tomó fotos antes de trasladarla al Campo de Trabajo Forzado de Masanjia. De camino al campo de trabajo, le dijeron que estaría detenida durante un año [cuando su condena era de dos años].

En el campo de trabajo, recibió descargas con picanas eléctricas, la pateaban, golpeaban y esposaban cada vez que recitaba el Fa, enviaba pensamientos rectos o se negaba a llevar el uniforme del campo de trabajo. A continuación se resume la persecución que sufrió durante su detención.

Amordazada y alimentada a la fuerza con un abrebocas metálico

Una vez que la Sra. Xia llegó al campo de trabajo, el capitán del equipo n.º 3, Zhang Jun, y un guardia la llevaron a un almacén y le quitaron la ropa. Revisaron su registro y dijeron que le habían impuesto dos años de trabajos forzados.

La regañaron y le esposaron la mano izquierda a una cama. Cuando se presentó a trabajar a la mañana siguiente, la desataron, le tiraron del pelo y la abofetearon. La esposaron a otra cama e intentaron abrirle la boca con un abrebocas metálico. Como su esfuerzo fracasó, la golpearon salvajemente.

Tras ese episodio de tortura, dejó de comer para protestar por la cruel persecución. Unos días después, los dos hombres le abrieron la boca y la alimentaron a la fuerza. Al mismo tiempo, le pusieron las grabaciones que calumniaban a Falun Gong.

Recreación de la tortura: Abrebocas de metal.

La Sra. Xia continuó en huelga de hambre durante más de diez días. Se le administró un goteo intravenoso que contenía un líquido desconocido.

Un día después de que ella regresara de un examen físico en el hospital, los guardias la ataron en posición de águila extendida con las manos y las piernas atadas a las cuatro esquinas del marco de la cama. A continuación, le abrieron la boca con un abrebocas y la alimentaron a la fuerza con gachas de maíz diluidas. Tras la alimentación forzada, los guardias dejaron a propósito el abrebocas metálico en su boca durante largas horas. Cuando finalmente se lo quitaron, la Sra. Xia no podía cerrar la mandíbula.

Por la noche, le ordenaron que se pusiera de pie con las manos atadas a la cama. La tortura duró trece días seguidos.

Esposada al marco de la cama y estirada

Estirar el cuerpo era uno de los medios de tortura más dañinos en el campo de trabajo. A menudo se utilizaba junto con otros medios de tortura. Durante su detención, con frecuencia la sometían a la tortura de estiramiento.

Para obligarla a poner fin a su huelga de hambre, un día el capitán del equipo Zhang Jun la estiró durante aproximadamente mediodía. La esposó con las manos extendidas a los marcos superior de la cama y le ató las piernas cerradas contra el marco inferiorde la litera. La Sra. Xia tuvo que doblar su cuerpo así durante la primera mitad de la noche. Luego la obligaron a ponerse de pie con las dos manos atadas en alto al marco de la cama durante la segunda mitad de la noche.

Representación de la tortura: Esposas y estiramientos.

La tortura continuó al día siguiente. La Sra. Xia sintió entumecimiento y dolor en las manos y en la parte baja de la espalda cuando la desataron. Hizo en silencio los ejercicios de pie de Falun Gong para ayudar a aliviar los dolores cuando los guardias no prestaban atención.

Cuando el guardia de turno llegó por la mañana, volvió a atarle las manos y no le permitió usar el baño ni lavarse.

En muchas otras ocasiones, era obligada a estar de pie durante el día y era regañada si no se ponía de pie. Por la noche no podía ir a dormir sin el permiso de los guardias.

Descargas con picanas eléctricas

La persecución de los practicantes de Falun Gong se intensificó durante las Olimpiadas de 2008, y muchos guardias masculinos fueron enviados al Campo de Trabajo de Masanjia para crear un Equipo de Control Especial. Los practicantes debían informar de su número de recluso y llevar los uniformes de recluso y las insignias con su nombre. Tenían que cantar la canción del campo de trabajo y leer el reglamento del mismo. Se les obligaba a realizar trabajos sin remuneración. Si no cooperaban, los esposaban, los estiraban y les aplicaban descargas eléctricas.

La Sra. Xia insistió en que no era una delincuente y se negó a hacer trabajos y a comer la comida proporcionada a los delincuentes. Por ello, a menudo la electrocutaban con picanas eléctricas y la estiraban. Un día, los guardias masculinos la llevaron al cuarto piso y la golpearon brutalmente con picanas eléctricas porque se negaba a comer. Luego la ataron a una cama dentro de la Oficina de Control Estricto.

Una mañana, los guardias de la prisión la llevaron a la Oficina de Control Estricto y le ataron las manos a la cama para estirar su cuerpo delante de un grupo de personas de las unidades de gestión. Cuando le preguntaron si quería comer, la Sra. Xia insistió en que no era una criminal y se negó a comer. La golpearon brutalmente y la alimentaron a la fuerza.

Otra mañana, los guardias volvieron a llevarla a la Oficina de Control Estricto, donde había personas de varios departamentos. Cuando la Sra. Xia se negó a responder preguntas, le cubrieron los ojos, le estiraron las manos hasta los marcos de la cama, le ataron las piernas y le dieron descargas eléctricas. Fue devuelta a su celda después de las cinco de la tarde.

Cuando le preguntaron si haría el trabajo no remunerado, dijo firmemente que no. La ataron y la estiraron en la Oficina de Control Estricto. Los guardias le aplicaron descargas eléctricas en todo el cuerpo durante toda la noche, causándole un dolor extremo.

Como resultado de la brutal tortura, la Sra. Xia tuvo problemas para sentarse en el retrete durante bastante tiempo.

Alimentación forzada con sustancias desconocidas

La enfermera Chen Bin era conocida por alimentar a la fuerza a los practicantes de Falun Gong en el campo de trabajo. A menudo preparaba sustancias desconocidas, agua y agua de ajo machacado para la alimentación. Terminaba la alimentación en pocos segundos, sin importar si el líquido estaba caliente o frío. Nunca retiraba el abrebocas después. Un producto que les daba a los practicantes a la fuerza era rojo y picante y tenía un sabor terrible.

En una ocasión, los guardias de la prisión ataron a la Sra. Xia y a otra practicante a las camas, y Chen Bin las obligó a tomar la sustancia picante roja varias veces durante toda la mañana. Al mismo tiempo, le puso a la Sra. Xia las grabaciones que calumniaban a Falun Gong.

Tan pronto como la Sra. Xia fue alimentada, lo vomitó todo manchando la ropa y las sábanas. En otra ocasión, varios guardias la alimentaron a la fuerza con agua de ajo machacado y casi la ahogaban. Más tarde, la alimentaron a la fuerza con sopa de maíz de mala calidad bajo la dirección de Chen Bin.

Desnudada en ropa interior en la sala de guardia masculina

La guardiana de la prisión Zheng Xiaofeng a menudo agredía a la Sra. Xia en cualquier momento a su antojo. En una ocasión, la despojó de todo, excepto de su ropa interior, y la llevó a una sala de guardia masculina, dejándola casi desnuda delante de los guardias masculinos. Cuando intentó hacerlo de nuevo, la Sra. Xia la sujetó con fuerza al marco de la cama y la reprendió.

La Sra. Xia le dijo: "Me has arrastrado a la sala de guardia masculina. Además, me has quitado la ropa durante dos semanas y aún no me la has devuelto. ¿Puedes explicar por qué?".

Golpes y patadas

La persecución empeoró después de que muchos guardias regresaran al campo de trabajo luego de los Juegos Olímpicos de 2008. En una ocasión, la Sra. Xia se acostó y envió pensamientos rectos durante la siesta del mediodía. El guardia de la prisión Yuan Guoyou le ordenó que se levantara y la golpeó con fuerza en las costillas con un palo de madera. Ella se resistió y gritó con fuerza: "¡Falun Dafa es bueno! Los practicantes de Falun Gong son inocentes". Luego la ataron a la cama y la estiraron dentro de la sala de tortura. Esa noche, sintió dolor en las costillas y no podía darse vuelta cuando dormía.

A la mañana siguiente, recitó el Fa en silencio y el guardia Yuan la golpeó con fuerza en la cabeza, en la nariz y los labios. El maltrato le provocó una hinchazón en la cara y hemorragia bucal. A continuación, otro guardia la tiró al suelo y la pateó en repetidas ocasiones.

Una noche, fue al baño junto con otras reclusas. Cuando regresó, su ropa de cama había desaparecido. En cuanto se acostó, los guardias la sacaron de la cama por el pelo y la ataron al radiador.

Una mañana temprano hizo la meditación en la cama. Los guardias la golpearon brutalmente durante un rato. La empujaron al suelo y la obligaron a ponerse el uniforme reglamentario. Luego la llevaron a la sala de tortura y le dieron descargas eléctricas. La Sra. Xia inició una huelga de hambre para protestar por la brutal persecución.

Una noche, fue denunciada por enviar pensamientos rectos. La llevaron a una oficina y la golpearon y patearon brutalmente durante una hora. Los guardias también la increparon con palabras calumniosas. Le envolvieron la cara con cinta adhesiva (para impedir que recitara el Fa), la empujaron para que se tumbara de espaldas en el suelo y le pisaron las piernas. A continuación, la esposaron con las manos a la espalda al tubo de la calefacción durante un tiempo prolongado después de quitarle la cinta. Ella no recordaba cuánto tiempo había estado atada.

En octubre de 2009 fue transferida de nuevo a la Brigada N.º 3. Tres guardias, entre ellos el capitán Zhang Jun, la llevaron al almacén y le esposaron las manos en lo alto del marco de la cama. Un guardia de turno la ató a otra cama unos días después. El guardia Liu Ping la amenazó con golpearla y patearla si se bajaba de la cama. La Sra. Xia recitó el Fa cuando volvió a su habitación. La pellizcaron en la boca, la patearon en el suelo y la esposaron al tubo de la calefacción. Los guardias también le cosieron el uniforme a su ropa.

Torturada por no usar el uniforme reglamentario

Los guardias utilizaron varias formas de tortura, como descargas eléctricas, esposas, congelamiento y limitación del uso del baño, para obligarla a llevar el uniforme reglamentario.

Una mañana, se quitó el uniforme, diciendo que no era una criminal y que no debía usarlo. Como se negó a ponérselo de nuevo, le dieron descargas eléctricas sin parar. Gritó "Falun Dafa es bueno. Falun Dafa es un Fa recto. Los practicantes de Falun Gong no son culpables".

Los guardias le envolvieron la boca y la cara con cinta adhesiva y la llevaron a la sala de tortura. La ataron a la cama y la estiraron. Pasó hambre durante cuatro días y solo la alimentaron con gachas diluidas el quinto día. Los guardias le pusieron a la fuerza tres juegos de uniformes.

Era diciembre y los guardias mantenían las ventanas de la sala de tortura abiertas para congelarla. No le permitieron usar el baño, por lo que terminaba orinándose en sus pantalones y zapatos varias veces.

La Sra. Xia se negó firmemente a llevar el uniforme de la prisión. Sufrió severas torturas, a causa de estas le faltaba el aire cuando dormía. Todo su cuerpo estaba permanentemente tan adolorido que no podía girarse.

Una noche, estaba tan débil que no pudo ponerse la pijama y se quedó dormida. Los guardias de turno la golpearon con el palo de una escoba durante un rato, lo que hizo que sus nalgas se pusieran negras y azules. Luego le cosieron un uniforme de la prisión sobre la ropa que traía puesta. Recitaba en secreto el Fa y hacía los ejercicios de Falun Gong todos los días. Pronto recuperó la salud y pudo quitarse el uniforme de la prisión que le habían cosido.

Una noche, cuando se negó a ponerse el uniforme de la prisión para dormir, la llevaron a la sala de tortura y la obligaron a permanecer de pie con ambas manos atadas a la cama durante toda la noche. Cuando los guardias le volvieron a coser el uniforme a su ropa, recitó el Fa en voz alta.

En julio de 2009, se estableció un equipo de control especial para perseguir a los practicantes de Falun Gong. Muchos guardias fueron trasladados a este nuevo equipo. Les pusieron los uniformes de la prisión a todos los practicantes y les daban descargas eléctricas todos los días cuando venían a hacer trabajos forzados.

A la Sra. Xia la ataban a la cama y la obligaban a ponerse de pie en la sala de prisioneros durante el día y la devolvían al Equipo de Control Especial para que durmiera por la noche. Siempre que limpiaba las habitaciones y sacaba la basura, aprovechaba para tirar el uniforme.

En una ocasión, los guardias no permitieron dormir por miedo a que se quitara el uniforme

Cuando se quitó la ropa, los guardias abrieron las ventanas para que entraran mosquitos e insectos.

La Sra. Xia enviaba pensamientos rectos a las doce todos los días. Un día, cuando envió pensamientos rectos a medianoche, los guardias la llevaron a la oficina y la patearon brutalmente por todo el cuerpo. Le pusieron a la fuerza el uniforme y la ataron a un tubo de la calefacción.

Un día, se envolvió el cuerpo con tela de cáñamo y calzoncillos largos porque no tenía ropa. Los guardias de turno le preguntaron cómo había conseguido los pantalones y se los cambiaron por el uniforme reglamentario. Cuando se resistió, la golpearon brutalmente por todo el cuerpo.

Estos abusos se repitieron una y otra vez. Ella no podía recordar cuántos días había sido torturada.

Aunque fue torturada tan cruelmente, su compromiso con la práctica de Dafa era tan fuerte como una roca. Recitaba las enseñanzas en voz alta. Debido a su persistencia durante mucho tiempo, los guardias finalmente dejaron de obligarla a llevar el uniforme reglamentario durante el resto de su detención.

Persecución en la prisión de mujeres de Liaoning

La Sra. Xia fue detenida en su domicilio el 15 de julio de 2017 por oficiales vestidos de civil de la Comisaría de Wenquan de la ciudad de Xingcheng. Estuvo retenida en el Centro de Detención de Huludao durante nueve meses. En enero de 2018, fue condenada a cuatro años y seis meses de prisión por el Tribunal de la ciudad de Xingcheng y luego fue llevada a la Prisión de Mujeres de Liaoning el 24 de abril de ese año.

No se le permitía comprar artículos de primera necesidad

A las reclusas de la Prisión de Mujeres de Liaoning habitualmente se les permitía comprar en la tienda de la prisión una vez al mes para adquirir alimentos y artículos de primera necesidad. Pero a las practicantes de Falun Gong que se negaban a renunciar a su fe no se les permitía comprar nada. Sin papel higiénico, pasta de dientes, cepillo de dientes, jabón, detergente y otras necesidades diarias, las practicantes tenían una vida extremadamente difícil. La prisión se valía de estos abusos para intentar obligarlas a ceder.

La Sra. Xia se negó a renunciar a Falun Gong y a escribir cualquier declaración requerida en los primeros cuatro meses, por lo que se le prohibió comprar cualquier cosa durante ese período.

No se le permitió ducharse

Después de que fue llevada al Equipo 4, Sección 3 de la Prisión de Mujeres de Liaoning el 24 de abril de 2018, no se le permitió cepillarse los dientes, lavarse el cabello ni bañarse.

Las reclusas de su celda la despreciaban por su fuerte olor (debido a que no tenía permitido bañarse), por lo que le exigieron que renunciara a Falun Gong para poder bañarse. La Sra. Xia se negó a renunciar a su creencia y protestó persistentemente contra los abusos. Los guardias finalmente le permitieron bañarse a partir de agosto de 2018.

Obligada a permanecer de pie durante mucho tiempo

La Sra. Xia, que entonces tenía 65 años, debía permanecer inmóvil junto a la ventana del taller durante todo el día. Dos presos se turnaban para vigilarla hasta las diez de la noche. Los domingos o los días festivos la obligaban a permanecer de pie las 24 horas del día.

Recreación de la tortura: permanecer de pie durante tiempo prolongado.

Vigilancia en todo momento

Los monitores personales vigilaban a la Sra. Xia las 24 horas del día. Estos monitores se denominaban grupos especiales de trabajo y solían estar formados por dos reclusos. Vigilaban cada palabra y comportamiento de un practicante determinado, y luego informaban de cualquier cosa que observaran a los guardias.

La dirección de la prisión consideraba que todo lo que afectaba a los practicantes era de alta prioridad. Cada pareja de dos observadores personales vigilaba de cerca y supervisaba a un practicante: lo que vestía, lo que comía, cómo caminaba, etc.

Los guardias de la prisión daban a los observadores personales discreción para abusar de los practicantes a voluntad. Se podía oír a los monitores personales gritar, maldecir y regañar a las practicantes. Si los monitores personales no informaban de todo lo relacionado con el practicante, y los guardias se enteraban, eran castigados.

Los otros reclusos estaban muy cansados porque tenían que trabajar desde las siete de la mañana hasta las siete de la tarde y luego monitorear a los practicantes. Esto les hacía odiar a los practicantes.

Fe inquebrantable en Dafa

Un día a principios de noviembre de 2018, fue asignada a una pequeña habitación y dos prisioneros, Huang Lanlan y Liu Fenglin, fueron asignados para vigilarla. El segundo día, antes de levantarse de la cama por la mañana, envió en silencio pensamientos rectos de manera que no interfiriera con ninguna persona. Sin embargo, los reclusos la sacaron a rastras de la cama y la aventaron al suelo. La señora Xia gritó "¡Falun Dafa es bueno! Los discípulos de Dafa son inocentes".

Varias reclusas, entre las que se encontraba la jefa del equipo de reclusas, se acercaron y la sujetaron en la cama. Le taparon la boca y la nariz con las manos, dejándola casi sin aliento. Después de denunciar el incidente al guardia de turno, otras practicantes pidieron que se castigara a los reclusos agresores. Por lo tanto, la Sra. Xia fue enviada de nuevo a la sala grande en la que había permanecido inicialmente. De nuevo, fue vigilada por dos reclusos, esta vez Yu Lan y Ning Dan.

El 14 de noviembre de 2019, todo el pabellón nº 3 se fusionó con la Prisión de Mujeres N.º 2 de Liaoning. En la mañana del 18 de noviembre, la Sra. Xia esperó con la reclusa Ning Dan en el pasillo para usar el baño. La reclusa Ning mencionó que el jefe del equipo de reclusas no quería que la Sra. Xia se sentara en la cama. La Sra. Xia dijo algo que molestó a Ning. Entonces la empujaron a la habitación del jefe del equipo de reclusos y un grupo de personas abusó de ella. La sujetaron en el suelo. Algunos le taparon la boca y otros saltaron sobre ella.

En la mañana del 20 de noviembre, envió pensamientos rectos en la cama. La reclusa Jin Yujun le dio un puñetazo y la aventó al suelo. A continuación, tiró de la Sra. Xia por el pelo y le golpeó la cabeza contra la pared.

Representación de la tortura: Tirar del pelo y golpear la cabeza contra la pared.

Representación de la tortura: Brutal paliza

Todos los días, en cuanto se sentaba en la cama y enviaba pensamientos rectos, el prisionero Jin Yujun venía a golpearla. Después de cada golpiza, Jin informaba a Yuan Wei, capitán de la brigada nº 4, de "su logro al maltratar a la señora Xia" para recibir un cumplido. Al día siguiente, la golpeaba aún más. Los abusos duraron aproximadamente una semana.

Durante este periodo, otras reclusas también participaron en la persecución. Como resultado, la Sra. Xia resultó herida en todo el cuerpo y se le aflojaron dos dientes. Sentía dolor al respirar. No podía conciliar el sueño a causa del dolor.

A partir del 20 de septiembre de 2020, los reclusos, dos personas en cada turno, se turnaban para llevarla al pasillo a las 4:30 de la mañana cada mañana. El primer día la abofetearon y el segundo la desnudaron hasta dejarla en ropa interior. Cuando la Sra. Xia gritaba "¡Falun Dafa es bueno!" la golpeaban brutalmente con pantuflas.

Una mañana, durante la patrulla, la reclusa Lin Yuanyuan la vio sentada en la cama. Le ordenó que se tumbara y llamó a otra reclusa para que viniera a ayudarla. La golpearon violentamente, la arrastraron al suelo, la agarraron por el pelo y le golpearon la cabeza contra la pared.

Los malos tratos duraron varios días, lo que hizo que se le aflojaran dos dientes de la mandíbula inferior.

La reclusa Fang Lili la golpeó con perchas de plástico. Otra reclusa no permitía que se sentara normalmente y la empujaba en cuanto se sentaba. A causa de los malos tratos, la Sra. Xia tenía dificultades para sostener los recipientes de agua. No podía levantar la cabeza. Su espalda baja no se recuperó del todo ni siquiera cuando salió de la prisión el 14 de enero de 2022. Su salud solo mejoró después de mucho tiempo.

Sin embargo, a pesar de las tribulaciones y las crueles persecuciones que ha sufrido, Xia sigue creyendo firmemente en los principios Verdad-Benevolencia-Tolerancia

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