(Minghui.org) Una mujer de alrededor de 60 años pasó cuatro años en prisión tras ser detenida en julio de 2018 por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual de ejercicios y meditación que está en el punto de mira del régimen comunista chino desde 1999. Fue sometida a torturas inhumanas en prisión y en un momento dado sufrió un ataque al corazón como consecuencia de ello.

Antecedentes

La Sra. Xu Guixian, residente en la ciudad de Jinzhou, provincia de Liaoning, fue detenida en su domicilio el 11 de octubre de 2017 por un agente de la Estación de Policía de Tiexin que dijo llamarse Li Jindong. Fue llevada al Centro de Detención de Mujeres de Jinzhou y fue liberada después de 36 días. Cuando ella y su esposo fueron a la estación de policía para recuperar su teléfono móvil confiscado por Li, descubrieron por la lista de oficiales de policía en la pared que el verdadero nombre de Li es Wang Cheng. Nunca le devolvió el teléfono.

La policía volvió a detener a la Sra. Xu en su casa ocho meses después, el 17 de julio de 2018. La llevaron de nuevo al Centro de Detención de Mujeres de Jinzhou, donde un oficial de policía trajo pilas de CD y tomó fotos de la Sra. Xu, después de ordenarle que señalara con el dedo los CD. La policía utilizó estas fotos, junto con las declaraciones de confesión inventadas, como pruebas de cargo y presentó su caso ante la Procuraduría del Distrito de Linghe. Posteriormente, el Tribunal del Distrito de Linghe la condenó a cuatro años de prisión sin notificarlo a su familia.

La Sra. Xu fue llevada a la Prisión de Mujeres de Liaoning en marzo de 2019. Ella relata los detalles de las torturas en la prisión a continuación.

***

Congelación y privación del sueño

Me asignaron a la sexta unidad del quinto pabellón de la prisión. Me dieron un colchón y un edredón, pero tuve que firmar una declaración en la que decía que me los habían prestado.

Dos días después de mi ingreso, la jefa de guardia de la 6.ª Unidad, Gao Xiaohang, junto con algunas guardias y reclusas, intentaron obligarme a renunciar a mi creencia. Me negué a hacerlo y comenzaron a torturarme.

Las reclusas me llevaron al taller y me obligaron a permanecer allí todo el día. No me permitían ir al baño, así que tenía que orinar en los pantalones. Abrían la ventana en las noches frías de invierno y me obligaban a estar de pie junto a la ventana sin abrigo para que me congelara. Una vez me obligaron a estar bajo la ventana abierta en el pasillo con una sola capa del uniforme de la prisión.

Las guardias de la prisión instigaron a las reclusas a quitarme el colchón y el edredón durante los primeros días de la primavera, dejándome dormir sobre la tabla de madera desnuda. Vertían agua en la tabla antes de acostarme y me obligaban a acostarme en la tabla mojada con la puerta abierta. Tampoco me permitían cerrar los ojos.

Más tarde, Gao me castigó a permanecer de pie durante todo el día. Ordenó a más de 60 reclusas de la 6.ª Unidad que se agruparan en turnos de dos personas para vigilarme. Al cabo de 13 días, tuve un infarto y me llevaron al hospital de la prisión, donde siguieron privándome del sueño obligándome a sentarme en la cama. Mientras cerraba los ojos, las reclusas de guardia me golpeaban, me pellizcaban, me golpeaban la cabeza contra la pared y me golpeaban o presionaban los ojos. También me echaban agua.

Un día, las internas me arrastraron al lavadero, donde no había ninguna cámara de vigilancia, para golpearme. Grité pidiendo ayuda. La guardia de turno, Chen Tianlei, vino pero se fue rápidamente sin intervenir.

En otra ocasión, varias reclusas me golpearon en la celda 403. Me dieron patadas y pisotones en las piernas. Estuve lisiada durante más de tres meses.

Golpeada y escaldada

Cuando Gao pidió la baja por maternidad cinco meses después, la guardia Niu Jingjing ocupó su puesto y siguió persiguiéndome. En una ocasión ordenó a Zhang Xiaomeng, la jefa de la 6.ª Unidad, que me maltratara. Zhang no me permitió lavarme ni me dio papel higiénico. Me echaba agua en la ropa pero no me dejaba secarla, lo que provocaba que toda mi ropa se volviera mohosa y maloliente. Zhang me confesó que no haría todas estas cosas sin el respaldo de Niu. Insté a Niu a detener la persecución, pero me ignoró. El maltrato duró nueve días.

La jefa del 5.º distrito, Wang Hongyun, me convocó a finales de mayo de 2020, y me dijo: "Todas las practicantes de Falun Gong del 5.º distrito renunciaron a su fe, excepto tú. Mi distrito es el número uno en producción de bienes, y quiero que también sea el número uno en transformación de practicantes de Falun Gong. Así que ve y graba un vídeo de renuncia a Falun Gong". No le respondí. Me hizo permanecer de pie durante más de una hora y amenazó con tomar represalias contra mí.

Más tarde, Niu Jingjing trasladó a dos internas, Lou Shuang y Li Jingchun, de otras unidades a la 6.ª Unidad para que la ayudaran a transformarme. Ellas dos y yo fuimos asignadas a trabajar en el almacén el 1.° de junio de 2020. Allí podían encontrar fácilmente un punto ciego de la cámara de vigilancia y golpearme. Tampoco me permitieron ir al baño. Protesté haciendo una huelga de hambre.

Al día siguiente me quejé a Niu de la paliza, pero me dijo que primero tenía que renunciar a mi fe. Me torturaron durante tres días.

La tercera noche, la reclusa Xiao Miao llenó una gran botella de Sprite con agua hirviendo. Ella y otras tres reclusas, entre ellas Song Lanjie y Lou Shuang, colocaron la botella en mi espalda para quemarme, hasta que el agua hirviendo se enfriara. Mi espalda estaba escaldada con grandes ampollas y rezumaba pus. Niu tuvo que llevarme al hospital de la prisión para que me trataran tres días después. La herida estaba infectada y tardó más de tres meses en curarse. Para encubrir el delito, las guardias ordenaron a las reclusas que me llevaran por separado para lavarme y ducharme a solas. Las guardias no me dieron la oportunidad de denunciar este delito a las autoridades penitenciarias.

Otras practicantes tampoco se libraron de la tortura. La Sra. Zhang Yuhong fue golpeada una vez en la cabeza por tres reclusas con sus zapatos en abril de 2020. Sufrió un derrame cerebral unos días después y fue llevada al hospital de la prisión. Me enteré de que la operaron dos veces a corazón abierto y quedó paralizada. Otra practicante, la Sra. Wang Jinfeng, fue golpeada el 13 de julio de 2021.

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