(Minghui.org)

Nombre chino: 孔凡英
Género: femenino
Edad: 67
Ciudad: Jiamusi
Provincia: Heilongjiang
Ocupación: empleada de una fábrica de lino
Fecha de la muerte: 10 de julio de 2021
Fecha de la detención más reciente: 6 de noviembre de 2013
Lugar de detención más reciente: Comisaría de Jiaxi

A lo largo de estos últimos 22 años, la Sra. Kong Fanying fue arrestada, encarcelada y acosada en repetidas ocasiones por defender su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual y de meditación que está en la mira del régimen comunista chino desde 1999.

Se trasladó varias veces para esconderse de la policía, pero siempre conseguían localizarla poco tiempo después y acosarla de nuevo. La última vez que la policía acosó a la Sra. Kong, en junio de 2021, estaba incapacitada y no podía hablar. El acoso hizo mella en su ya comprometida salud. Cayó enferma poco después y fue enviada al hospital el 8 de julio de 2021. Falleció a las 8 de la tarde del 10 de julio. Tenía 67 años.

Incluso un mes después de su muerte, las autoridades siguieron llamando a su marido y le ordenaron que le dijera que se presentara en la oficina del comité residencial local.

Detenida por apelar a su derecho a practicar Falun Gong

La Sra. Kong Fanying, residente en la ciudad de Jiamusi, provincia de Heilongjiang, solía trabajar en una fábrica de lino local. Después de comenzar a practicar Falun Gong en 1995, se volvió enérgica y considerada. Cuando terminaba sus propias tareas en el trabajo, utilizaba su tiempo libre para ayudar a sus compañeros. Cuando sus compañeros estaban de baja por enfermedad, los sustituía sin cobrar nada.

Después de que el régimen comunista ordenó la persecución, la Sra. Kong fue a Beijing para apelar por su derecho a practicar Falun Gong. En junio de 2000 fue detenida en la estación de tren de Jiamusi por Ma Deren, del Departamento de Policía de Yama, que la estaba esperando. Fue recluida durante 30 días y multada con 300 yuanes antes de ser liberada.

Volvió a ir a Beijing en octubre de 2000. Aunque no fue detenida mientras protestaba pacíficamente en la plaza de Tiananmen, sí lo fue media hora después de volver a casa. Fue interrogada por la policía y se le ordenó que escribiera declaraciones prometiendo no ir a Beijing ni practicar más Falun Gong. Como se negó, la policía la llevó a un centro de detención.

Realizó una huelga de hambre para protestar contra la persecución. Al cuarto día de su huelga de hambre, la llevaron a un campo de trabajo forzado, pero el campo de trabajo no la admitió debido a su mal estado de salud. La policía siguió negándose a liberarla y la devolvió al centro de detención.

La celda del centro de detención era húmeda y sucia, y desarrollo un tipo de sarna dolorosa causándole picores por todo el cuerpo.

En diciembre de 2000, volvió a realizar una huelga de hambre y fue liberada el 2 de enero de 2001. Estuvo detenida un total de 81 días. La policía intentó extorsionar a su marido con 3.000 yuanes. Como él acababa de ser despedido y el salario de la Sra. Kong estaba suspendido, tuvo que pedir prestados 1.800 yuanes para pagar a la policía.

Quince días después de que la Sra. Kong volviera a casa, su madre falleció. Todavía aquejada por la grave sarna y sin poder dormir por la noche, se esforzó por asistir al funeral de su madre. Horas después de que el cuerpo de su madre fuera incinerado, el oficial de policía Li Xiaodong y un miembro del comité residencial Yang Laoliu vinieron a acosarla de nuevo y le ordenaron que escribiera una declaración de renuncia a Falun Gong. Ella volvió a negarse. El oficial Li continuó acosándola durante varios años y también le retuvo su documento de identificación, causándole tremendos inconvenientes en sus asuntos cotidianos.

El tazón de gachas "orgánicas"

La Sra. Kong fue detenida de nuevo en 2002 durante una redada policial. Los agentes registraron todos los rincones de su casa y confiscaron información impresa sobre Falun Gong.

En la comisaría de Jiaxi, los policías se turnaron para interrogarla y le ordenaron que renunciara a Falun Gong. Cuando la llevaron al centro de detención, vio cómo la policía golpeaba a su marido: dos agentes le sujetaban los brazos por la espalda y un tercero lo asfixiaba. Su marido gritó: "¡La policía está golpeando a la gente!".

A la Sra. Kong se la llevaron antes de que pudiera decir nada. Al llegar al centro de detención, su antigua enfermedad cardíaca, que se había curado practicando Falun Gong, reapareció. Estaba débil y dolorida.

Cuando hizo una huelga de hambre para protestar por la persecución, el médico del centro de detención ordenó a cuatro reclusas que la alimentaran a la fuerza. El médico utilizó una herramienta metálica para abrirle la boca, lo que hizo que se le aflojaran varios dientes. Su cuerpo se movía incontroladamente mientras la alimentaban a la fuerza. Cuando el médico le retiró la sonda de alimentación, se desplomó en el suelo y vomitó todo lo que le habían dado de comer.

Después de varios días de huelga de hambre, se encontraba en un estado crítico. Sin embargo, los guardias se negaron a liberarla y dispusieron que las reclusas se turnaran para vigilarla las 24 horas del día en turnos de dos horas.

Posteriormente, después abandonar la huelga de hambre. La tarde en que decidió comer, un médico de apellido Zhang le llevó un tazón de gachas. Zhang dijo que la había preparado especialmente para ella y que tenía cereales orgánicos. Aunque la Sra. Kong no se comió las gachas, la reclusa asignada para vigilarla se las comió todas.

Poco después, esa reclusa sufrió una crisis mental. A pesar del frío, se quitó la ropa, dejándose únicamente el sujetador, y luego se sentó en el pasillo sin moverse ni decir nada. Solo entonces la Sra. Kong se dio cuenta de que el médico había puesto una sustancia tóxica en las gachas.

Con sus dientes gravemente dañados por la alimentación forzada, tenía grandes dificultades para comer. También vomitaba durante las comidas. Como su estado no mejoraba, los guardias la liberaron cuando llevaba un mes detenida. Además, le extorsionaron 300 yuanes.

La policía intentó detener a la Sra. Kong de nuevo el 20 de junio de 2007, pero ella se negó a abrirles la puerta y finalmente se marcharon.

Detenciones en 2013

Fue denunciada por distribuir materiales de Falun Gong cerca de la oficina de un comité residencial en la noche del 6 de noviembre de 2013. El joven que la denunció intentó tirarla de la bicicleta tres veces. Después de que ella se cayera, le sujetó la ropa y no la dejó ir. La Sra. Kong sufrió un infarto cuando llegó la policía. Aun así, la llevaron a la comisaría de Jiaxi, registraron su bolso y la interrogaron. A continuación, la policía la llevó a su casa para registrarla.

Después de llevarla de vuelta a la comisaría, los policías la obligaron a sentarse en una silla fría contra la pared. Una hora más tarde, sufrió una afección renal y tuvo que ir al baño más de diez veces esa noche. También experimentó fuertes dolores en la espalda y en la zona pélvica. No podía sentarse y el dolor la mantuvo despierta toda la noche.

A primera hora de la mañana siguiente, mientras el agente de policía Dou Jinfeng interrogaba a la Sra. Kong, el agente Tian Wenbin la agarró de la mano y la obligó a firmar el acta del interrogatorio y varios otros documentos, sin permitirle leerlos.

Como sufría dolores persistentes en la espalda y no podía sentarse ni estar de pie. Su familia tuvo que pagar a la policía 2.000 yuanes a cambio de su liberación.

Acoso continuo

Los constantes arrestos, detenciones, torturas y extorsiones hicieron que viviera con miedo durante dos décadas. Se mudó varias veces para esconderse de la policía, pero siempre la encontraban y volvían a acosarla.

El 24 de febrero de 2020, sufrió un derrame cerebral y estuvo en la unidad de cuidados intensivos durante 13 días. Tras el ictus quedó paralizada y recibió más terapia en un centro de rehabilitación durante un mes más. Cuando le dieron el alta a mediados de mayo, seguía dependiendo de una silla de ruedas para desplazarse y también tenía dificultades para hablar.

En junio, el secretario Zhao del comité residencial encontró a su marido y le ordenó que firmara una declaración de renuncia a Falun Gong en su nombre. Intimidado por las autoridades, su marido fue obligado a firmar mientras un funcionario de apellido Ma lo grababa en video.

La Sra. Kong volvió a trasladarse después del incidente, y en agosto recibió otra llamada del anterior comité residencial.

Dos policías y una mujer no identificada volvieron a acosar a la Sra. Kong en junio de 2021. Estaba en una silla de ruedas, incapacitada y sin poder hablar. Los policías le sacaron una foto y se fueron.

Después del último acoso, se sintió muy angustiada. Perdió mucho peso y fue trasladada al hospital el 8 de julio. Falleció dos días después.

Más de un mes después de su fallecimiento, un trabajador de la comunidad local volvió a llamar a su marido y le ordenó que le dijera que se presentara en el comité residencial.

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