(Minghui.org) ¡Saludos, venerado Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Este año cumplo 86 años. Antes de empezar a practicar Falun Dafa, estaba plagada de todo tipo de dolencias, y después de jubilarme, fui hospitalizada tres veces en dos años, y sometida a dos operaciones.

Empecé a cultivarme en Falun Dafa en 1997, y poco después, todas mis enfermedades desaparecieron. Desde hace más de 20 años, nunca he necesitado tomar ningún medicamento, ni siquiera una pastilla. Muchas personas de mi edad han fallecido o están agobiadas por la enfermedad; algunas sufren sordera o mala visión. En cambio, yo sigo respondiendo con rapidez y con un pensamiento claro y lógico. Me siento ágil y flexible, ligera y saludable.

Sobre todo, me siento extremadamente afortunada por haber obtenido el más preciado Dafa, que solo se da una vez en millones de años.

Aunque nunca he asistido personalmente al Seminario del Maestro, igualmente el Maestro (el fundador de Falun Dafa) ha cuidado mucho de mí. Me gustaría compartir algunas de mis increíbles experiencias.

En el pasado, cuando estaba enferma y débil, aprendí una forma diferente de qigong, y veneraba al "maestro" de esa escuela colgando su foto en una pared de mi casa.

Una mañana de octubre de 1997, mi yerno me dijo que había encontrado un verdadero Maestro y me pidió que le acompañara esa tarde a casa de un amigo para ver un vídeo de las enseñanzas de este Maestro.

"Pero yo ya tengo un 'maestro'", pensé, "¿sería apropiado ir con otro maestro?". No me decidía y seguía pensando en esto cuando me acosté a dormir una siesta después de comer.

Mientras estaba medio dormida, vi una estatua de Buda con una túnica amarilla y el hombro descubierto que flotaba hacia mí y pasó a mi lado. Nunca había visto una estatua de Buda así. Justo en ese momento, me di cuenta de que la imagen de mi "maestro" de qigong en la pared me daba la espalda y se iba. Me quedé profundamente intrigada por lo que había sucedido. Esa tarde, fui a ver el vídeo con mi yerno.

Al entrar en la casa, vi un gran retrato en la pared. "¡He visto a este Maestro hoy mismo!", dije emocionada, señalando el retrato.

"¡No señales el retrato!", me recordó alguien, indicando que era una falta de respeto hacerlo. Otros también comentaron, diciendo que debía tener una buena cualidad innata.

Más tarde comprendí que el Maestro vio que yo tenía una relación con Falun Dafa, por lo que eliminó al espíritu que yo adoraba incluso antes de que empezara a cultivarme en Falun Dafa.

Mientras miraba el vídeo aquella tarde, sentí que algo giraba en mi zona abdominal y me sentí mareada. Un rato después, empecé a tener dolor de panza y a ir al baño. Comprendí que el Maestro estaba limpiando mi cuerpo con el Falun.

Poco después de ver el vídeo, comencé a concurrir al sitio de práctica grupal de mi localidad.

Una mañana, cuando llegó la hora de levantarme para hacer los ejercicios afuera, no tenía ganas de levantarme. Intenté levantarme un par de veces, pero no pude obligarme a hacerlo, así que me acosté de nuevo e intenté dormir un poco más.

En ese momento, vi al Maestro con el traje amarillo de ejercicios de pie junto a mi cama. Me incorporé inmediatamente, pensando que no debía ser perezosa. Me vestí rápidamente y empecé a hacer los ejercicios en casa.

Una vez, el Maestro estaba limpiando mi cuerpo y tenía fiebre alta de 39 °C (más de 102 °F). Mi familia intentó llevarme al hospital, pero me negué, pues sabía que no estaba enferma y que el Maestro estaba limpiando mi cuerpo. Un par de días más tarde, volví completamente a la normalidad, sintiéndome incluso más ligera y saludable que antes, y llena de energía.

Después de que Jiang Zemin (exjefe del Partido Comunista Chino) comenzó la persecución a Falun Dafa en 1999, los practicantes locales y yo iniciamos proyectos para generar conciencia sobre la persecución.

En una ocasión, no pude mantener mi xinxing y discutí con una practicante. Cuando se marchó, empecé a vomitar y a sentir dolor en el abdomen. Me di cuenta de que era el resultado de no haber mantenido mi xinxing con la practicante y que era una prueba por la que tenía que pasar.

Al principio no le pedí al Maestro que me ayude, ya que intentaba salir adelante sin ayuda. Pero cuando el dolor se hizo insoportable, empecé a pedirle ayuda al Maestro.

Estaba sentada en un sofá en ese momento, y entonces vi al Maestro de traje de pie por encima de la cama. Abrió una mano e hizo un gesto hacia la ventana. Casi al instante, ¡el dolor de mi abdomen desapareció!

A menudo veo al Falun girando a mi alrededor dondequiera que vaya o haga lo que haga, y a menudo me veo en una cubierta translúcida, que va conmigo a todas partes. Esta cubierta no está restringida por nada en esta dimensión material. Puede atravesar puertas de cristal; cuando voy en bicicleta en un día de viento, permanece conmigo sin cambiar su forma, ni siquiera un poco, y tampoco sigue al viento. Cuando me quito la ropa y la cuelgo en el perchero, los veo brillar con resplandor.

Mi marido también estudiaba el Fa y hacía los ejercicios conmigo. Una vez lo vi sentado en el sofá, pero parecía ser un occidental.

Cuando falleció, mis hijos me pidieron que fuera a vivir con ellos. Pero preferí vivir sola, para poder hacer lo que me gusta, a mi conveniencia.

A veces me siento un poco sola, pero en cuanto empiezo a estudiar las enseñanzas del Fa del Maestro, todos esos sentimientos tristes desaparecen enseguida y siento que el Maestro está a mi lado, cuidando de mí.

He superado muchas pruebas con la ayuda del Maestro. Como vivo sola, es muy conveniente que los practicantes vengan a mi casa para estudiar el Fa y hacer proyectos de Dafa. No cedí al sentimentalismo de familia, pues sé que debo ser digna de las enseñanzas del Maestro y de su inmensa compasión.

Cuando tenía 70 años, salía a menudo por la noche para distribuir materiales de aclaración de la verdad. A veces, otro practicante de edad avanzada y yo íbamos en el triciclo de un practicante más joven al campo a distribuir materiales de aclaración de la verdad, y no volvíamos hasta pasada la medianoche.

Íbamos al campo cada semana y distribuíamos cajas de Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista.

Una vez, el practicante que conducía el triciclo no vio claramente el camino y el triciclo volcó. Las dos ancianas caímos al suelo y yo quedé aplastada debajo de ella, pero ninguna resultó herida. Todos soportamos la dificultad felizmente, sintiendo que nada es más sagrado que aclarar la verdad y salvar seres conscientes.

Una vez, cuando tenía unos 80 años, una compañera practicante de unos 70 años y yo fuimos a un lugar situado a más de 16 kilómetros en una bicicleta eléctrica. Fuimos a retirar un cartel de plástico que calumniaba a Dafa. El panel tenía dos metros de largo, un metro de ancho y era muy grueso. Lo quitamos, lo enrollamos y lo atamos con una cuerda. No fue un trabajo fácil, pero lo hicimos. El otro practicante iba en la bicicleta eléctrica y yo iba sentada en el asiento trasero sujetando el tablero enrollado. Cuando volvimos, quemamos el tablero y tardamos un rato en hacerlo.

Hace tres años, con la ayuda de compañeros practicantes, se creó en mi casa un lugar de producción de materiales de aclaración de la verdad. Los jóvenes practicantes me enseñaron a utilizar la computadora y la impresora, y también aprendí a reimprimir las páginas que no se imprimían bien.

Los practicantes más jóvenes me animaron, diciendo que era muy inteligente y rápida en el aprendizaje, ¡y que era incluso más inteligente que los jóvenes! Sé en mi corazón que es porque el Maestro me concedió la sabiduría.

Ahora, estudio el Fa todos los días y después de terminar de hacer los ejercicios por la mañana, empiezo a hacer folletos de aclaración de la verdad, e imprimo uno o dos paquetes de materiales. A veces, también hago amuletos con otros practicantes. Aparte de cocinar y limpiar la casa, paso todo mi tiempo libre estudiando el Fa, y siento que estoy viviendo una vida muy satisfactoria.

Soy muy afortunada de haber podido obtener el Fa en esta vida. No me siento vieja en absoluto y estoy decidida a cultivarme siempre sólidamente en Dafa.

¡Gracias, Maestro!

¡Gracias, compañeros practicantes!

(El 18.º Fahui de China en Minghui.org)

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