(Minghui.org) ¡Saludos Maestro! ¡Saludos compañeros practicantes! Durante años pensé en escribir mi experiencia de cultivación con respecto a la producción de materiales informativos para aclarar la verdad sobre Falun Dafa. Como no terminé la escuela primaria, tenía pocas habilidades y aún menos valor. Me gustaría contarles cómo pasé de no saber prender una computadora a ser capaz de maquetar y producir folletos que exponen la persecución.

Aprendiendo habilidades informáticas e imprimiendo materiales

Un día del año 2000, en mi lugar de trabajo me informaron que todos los empleados debían participar en una formación informática y luego someterse a una prueba. Los resultados de la prueba se utilizarían para evaluar nuestro rendimiento para futuras promociones. Todos los miembros de nuestro departamento asistieron a la clase.

El primer día, el profesor enseñó a todos a encender la computadora y mencionó las palabras "Windows" y "Word". Estas dos palabras se mencionaron en clase todos los días. El profesor me ayudó a encender la PC y a buscar "Windows" y "Word". La formación duró 13 días y busqué estos términos todos los días, pero al graduarme seguía sin poder reconocerlos. Estaba tan enfadada que no podía comer ni dormir. Incluso soñaba con "Windows" y "Word". Después de 13 días, seguía sin saber cómo encender o apagar la computadora.

A principios de 2002, mi hermana quería tirar una PC de escritorio vieja y una impresora de chorro de tinta. Le pedí que me las diera porque quería producir materiales de esclarecimiento de la verdad. Los folletos que teníamos los traían los practicantes de otra región y nunca había suficientes para repartir.

Le pedí a mi hijo que me enseñara a utilizar la computadora. Al principio, ni siquiera sabía sostener el mouse y no podía distinguir el click derecho del click izquierdo. Cuando movía el mouse, no sabía hacia dónde apuntaba. Más tarde me di cuenta de que sostenía el mouse al revés. Tardé tres días en familiarizarme con el manejo del mouse y con lo que hacía el click derecho, el click izquierdo y lo que significaba cada icono de la PC. Por fin pude manejar el mouse.

A continuación, pedí a una practicante que me enseñara a imprimir materiales. Me enseñó pacientemente paso a paso. Pero no podía entender nada de lo que decía ni recordar lo que hacía. Al final le dije: "Déjame sostener el mouse, dime dónde tengo que hacer click y yo te seguiré". Anoté cada paso y luego practiqué los pasos siguiendo mis notas. Así aprendí a imprimir una sola hoja de información.

En octubre de 2003, un practicante de otra zona vino a nuestra ciudad y nos propuso crear nuestro propio sitio de producción de materiales. Le dijimos: "No sabemos cómo y necesitamos que los practicantes nos enseñen". A los pocos días volvió con un joven para enseñarnos lo que había que hacer.

Rápidamente pusimos en marcha un centro de producción de materiales. Compramos dos impresoras láser y una color de tinta a chorro. Yo me encargaba de producir los materiales para que los practicantes los repartieran. También imprimí el Semanario Minghui y las nuevas conferencias del Maestro. Al principio, solo podía imprimir una sola hoja de información. Pronto imprimí folletos con la impresora láser y la de color.

Llevé al practicante al lugar de producción de materiales. Encendió la PC, conectó el cable de la impresora y me explicó: "Este cable va a en este puerto, debes anotarlo. Al imprimir los documentos, sabrás qué documento va a cada impresora. Si hay algún problema, sabrás qué impresora es la causante y podrás solucionarlo fácilmente".

Mis ojos ya estaban deslumbrados por la visión de tres impresoras funcionando al mismo tiempo. ¿Podría manejarlo? El practicante manejaba las máquinas mientras me explicaba las cosas. Incluso me dijo que imprimiera en la otra cara del papel una vez terminada la primera. Sin embargo, después de varios días, apenas aprendí un poco.

Era un proceso de cultivación. Después de hacer muchas demostraciones, el practicante se impacientó y habló con rudeza. No dije nada, pero pensé: "Este joven es un ignorante. Mi hijo es mayor que tú y nunca me ha hablado así. ¿Cómo puedes hablar a tus mayores en ese tono? Te quedas en mi casa y tengo que darte de comer". Cuanto más resentida me sentía, más grosero se volvía y yo menos aprendía.

Una vez me pidió que abriera el tambor de la impresora y le echara tinta. Tomé el tambor y lo desmonté. Me gritó enfadado: "¿Por qué lo has desmontado? Deberías haber preguntado qué parte abrir". Le contesté desafiante: "Usted no me dijo cómo abrirlo, me dijo que lo desmontara y lo hice". Me dijo: "Le pongo tinta todos los días. ¿No me has observado? ¿Por qué no sabes cómo hacerlo?". Le dije: "No lo vi claramente". Me dijo: "¿Por qué no lo has preguntado?". Al ver la expresión de enfado en mi cara, dijo: "¡Mañana volveré a casa y pediré a otro que venga a enseñarte!".

Estaba preocupada. Establecimos un centro de producción de materiales tan grande y necesitábamos tantos materiales. Si se iba, ¿quién nos iba a enseñar? Los practicantes están esperando estos materiales para salvar a los seres conscientes. Con mi actitud obstinada, ¿no estoy cometiendo un pecado? Estudiamos el Fa juntos cuando volvimos a casa. Me calmé después de leer una lección de Zhuan Falun. Miré en mi interior. ¿No era mi reticencia a ser criticada por los demás lo que causaba el problema? Vi mi ego, el resentimiento, los celos, la búsqueda de reconocimiento y la vanidad; sabía que estos pensamientos no eran míos. Pedí ayuda al Maestro. Debo eliminar estos malos pensamientos.

Me disculpé con el joven: "Lo siento. Me he comportado mal. Por favor, sigue enseñándome. Me esforzaré por aprender. Sigamos el método habitual. Yo sostengo el mouse y tú me enseñas dónde hacer click y yo lo escribo". En pocos días adquirí la destreza.

El practicante también me enseñó pacientemente cómo sacar el tambor y añadirle tinta, cómo arreglarlo cuando el papel se atascaba, cómo limpiar la impresora y encuadernar los cuadernillos. Anoté todo el proceso. Cuando lo hacía, chequeaba mis notas. Pronto fui capaz de manejar las cosas sin problemas. Cuando surgían pequeños problemas, era capaz de resolverlos.

Después de producir materiales y trabajar con todo tipo de impresoras durante años, me di cuenta de que siempre que la impresora no funciona con normalidad, es porque tengo que mejorar mi cultivación.

Una vez, mientras imprimía folletos, durante varios días seguidos aparecieron rayas rojas y un aviso de error de que no había suficiente tinta. Después de limpiar la impresora, imprimí doce documentos, pero el problema no se resolvió. Pasé a imprimir fotografías. Pero al cabo de dos días, el problema volvió a aparecer. Hablé con la impresora y envié pensamientos rectos pero nada funcionó. Tomé la impresora y planeé enviarla a reparar el sábado.

El sábado estaba ocupada y no tuve tiempo de llevar la impresora a reparar. El domingo, después de terminar de almorzar, iba a llevarla al taller cuando me vino a la mente un pensamiento: "al rojo vivo". De repente comprendí y le dije a la impresora: "No te pasa nada, todo es culpa mía. Me he enfadado con mi familia. Lo siento, eso te ha afectado a la hora de hacer cosas para salvar a los seres conscientes. No iremos al taller de reparación". Encendí la PC, preparé los documentos y empecé a imprimir. Todo volvió a la normalidad.

En otra ocasión, compré una nueva impresora color a chorro de tinta. En menos de dos días, aparecieron rayas azules. Después de limpiarla varias veces, el problema volvió cuando imprimí algunos materiales. La llevé a la tienda dos veces y no pudieron encontrar nada malo. La tercera vez que fui, la tienda estaba ocupada y me pidió que volviera tres días después para recogerla. Cuando llegué a casa miré hacia dentro. Tenía conflictos en casa y no era compasiva en el manejo de las cosas. Al darme cuenta del problema, resolví el conflicto.

Al día siguiente, fui a recoger la impresora. Le pregunté: "¿La has reparado?". Me contestó: "¡Todavía no!". Le dije: "En ese caso, no hace falta que la arregles". Le dije a la impresora: "Está bien. Vamos a casa". La señora se rió y dijo: "Es usted muy graciosa". Le sonreí y me llevé la impresora a casa. Cuando volví a utilizarla, todo estaba bien.

Aprendiendo a descargar materiales de Internet

Nuestro primer centro de producción de materiales era un lugar alquilado y no podíamos acceder a Internet. Cada semana, íbamos a otra zona para conseguir un disquete y luego volvíamos a casa para imprimir los materiales. En aquella época, los practicantes de esa zona eran detenidos con frecuencia. Me pareció que no era seguro y gasté 3.000 yuanes para comprar una laptop de segunda mano. Conseguí que un practicante se conectara a Internet para descargar la información en su casa.

Un día, la puerta del lugar de producción de materiales se abrió de repente y entró el propietario. Vio lo que estábamos haciendo pero no dijo nada. Pensamos que no debíamos seguir utilizando ese lugar y decidimos mudarnos. Pero, ¿a dónde podíamos ir? Si alquilábamos otro lugar, ¿no volvería a ocurrir lo mismo? Al final, decidimos trasladar el sitio de producción a mi casa. Pero entonces el practicante que se conectaba a Internet para descargar material fue detenido y le confiscaron la laptop.

¿Qué podíamos hacer? No podíamos volver a depender de los practicantes de otra zona. Pedí ayuda al Maestro: "Maestro, quiero aprender a entrar a Internet". Esa noche tuve un sueño. Un hombre me mostraba cómo entrar en Internet. Me hizo sostener el mouse primero, y luego me mostró lo que tenía que pulsar, paso a paso. Fui capaz de hacerlo todo. Sin embargo, cuando llegó el último paso, no sabía dónde hacer click. Cuando lo llamé, me dijo: "Deberías hacerlo todo de nuevo". Lo hice, pero seguía sin saber qué hacer. Me sentí ansiosa y me desperté.

Al día siguiente conocí a un practicante que sabía utilizar Internet. Le pedí que me enseñara. Tomé notas y repetí el proceso hasta que lo recordé.

Pero los archivos que descargué del sitio web de Minghui estaban en pinyin y no podía leer las letras en inglés. Cada día tenía que abrir los archivos uno por uno para encontrar el que necesitaba. Más tarde, otro practicante me enseñó a copiar y pegar los archivos en una carpeta después de descargarlos del sitio web. Entonces se convertían en caracteres chinos.

Ese año se hicieron varios DVD de aclaración de la verdad. Pedí a un practicante que vivía en otra zona que instalara en mi PC un programa de software para grabar CDs. El practicante miró mi PC y dijo: "Tía, ¡tu PC es demasiado vieja! Es increíble que pueda imprimir y conectarse a Internet. Si quieres grabar CDs, esta PC no podrá hacerlo. Además, ¿por qué no tienes instalado un cortafuegos? Cuando te conectaste a Internet, ¿no te bloquearon?". Le dije: "No lo sé, llevo más de un año haciendo esto, nunca me han bloqueado y mi velocidad de Internet es buena". Me explicó los riesgos de no tener instalado un cortafuegos y me ayudó a configurarlo. Por esta experiencia supe que el Maestro me había estado ayudando todo este tiempo.

Insistí en que me instalara el software para grabar CDs. Le pedí que me enseñara a utilizarlo una vez instalado. Me enseñó paso a paso. Después de unos minutos, un CD estaba hecho. Cuando lo probé, la imagen era muy clara. Bajo su dirección, aprendí a manejarlo unas cuantas veces y luego supe cómo grabar CDs.

Aprender a editar y maquetar

Queríamos imprimir un folleto de aclaración de la verdad, y un practicante copió los artículos. Después de verlo, me puse nerviosa porque no sabía cómo maquetarlo. Solo pude copiarlo y pegarlo en carpetas. Le dije al Maestro: "Maestro, yo también quiero producir estos materiales. Pero no sé cómo maquetar y editar los artículos, ¿qué debo hacer?".

Dos días después, una practicante de otra región vino a mi casa. Estaba encantada y no paraba de dar las gracias al Maestro. La practicante me preguntó: "¿Por qué estás tan emocionada?". Le conté mi deseo. Me enseñó a maquetar y editar los materiales. Seguí sus instrucciones y anoté todo el proceso. Esa experiencia me sirvió de base para producir folletos informativos para denunciar la persecución en mi zona.

En 2008 - 2009, 47 practicantes de mi región fueron detenidos. Doce fueron condenados a prisión, 6 fueron enviados a campos de trabajo, 7 centros de producción de materiales fueron destruidos, la persecución era severa.

Para denunciar estos casos, descargué de Minghui artículos sobre la persecución en otras zonas. Los utilicé como plantilla y traté de imprimir etiquetas, escribir informes sobre las detenciones de los practicantes y convertirlos en artículos que envié a Minghui. Cada vez que se publicaba en Minghui, había muchos cambios, se corregían muchos caracteres erróneos (porque no sabía pinyin y tenía que escribir la información a mano). Me sentía mal por causar a otros practicantes un trabajo extra.

Más tarde, Minghui publicó muchos artículos sobre cómo escribir informes para denunciar la persecución. Tomé mis guiones originales y los comparé con la versión publicada por Minghui. Reflexioné sobre por qué se habían hecho los cambios, por qué se había dividido en varios párrafos, por qué se había editado la puntuación de esta frase, etc. Poco a poco, mis habilidades de escritura mejoraron. Aprendí a utilizar los signos de puntuación adecuados y a organizar los párrafos. Tomaba el teléfono y llamaba a mi hijo cuando había un carácter que no sabía cómo escribir. Quería intentar facilitar las cosas a los practicantes que trabajan en el sitio web de Minghui. Los folletos que empecé a diseñar tenían mejor aspecto. Cuando veo buenas imágenes en Internet, las copio y las guardo en carpetas para poder utilizarlas en futuros materiales.

Una vez quise escribir un resumen informativo sobre la persecución a los practicantes en mi zona y publicar una edición especial. Para hacerlo más relevante, tenía una foto de cada practicante que estaba en la cárcel o en un campo de trabajo. Un mes después y con mucho esfuerzo, tuve todas las fotos listas. Solo me faltaba una foto.

Una de las fotos era una foto grupal. Tuve que recortar la foto del practicante de la misma. No sabía cómo hacerlo y le pedí a mi hijo que me ayudara. Pero él no sabía cómo editar el fondo y lo pegó en un trozo de papel blanco. Pensé que esto no serviría y fui a una tienda de fotocopias para que me hicieran un fondo.

Dos días después, recibí la foto del último practicante, también era una foto grupal. La llevé al estudio fotográfico y les pedí que sacaran la foto del practicante. Pero la cabeza y los hombros estaban inclinados. La joven dijo: "¿Quiere que ajuste la cabeza y los hombros?". Le dije: "Sí, hazlo como creas conveniente". Al final, hizo un gran trabajo y me cobró 5 yuanes. Me fui feliz a casa.

En casa, tomé las dos fotos, la del fondo hecho por la tienda de fotocopia y lo comparé con la hecha en el estudio. Había una gran diferencia. Pensé: si esta foto se publicara en Minghui, todo el mundo la vería, pero se ve tan mal. Esto no serviría, aunque tuviera que gastar 10 yuanes, debo pedirle a la joven del estudio que me ayude a editarla. En aquel momento tenía grandes dificultades económicas y tenía que pensar en gastar un solo céntimo. Tomé la foto, desafié la lluvia torrencial y corrí de vuelta al estudio. Le pedí a la joven que me ayudara. Estaba muy contenta con el trabajo y le pregunté cuánto costaba. Me dijo: "Dos yuanes". Cuando volví a casa, me puse delante del retrato del Maestro y dije con lágrimas en los ojos: "¡Gracias, Maestro!".

Con todo listo, empecé a producir la edición especial. Incluí una foto con cada caso y utilicé las imágenes que había guardado en los lugares adecuados de la edición. Al final del folleto, quería utilizar una galería de fotos sobre los distintos métodos de tortura utilizados en la persecución. Busqué en Internet pero no encontré nada adecuado. No tuve más remedio y me conformé con utilizar una foto. Quería añadir algunas frases para decir a los policías que no participaran en la persecución. Sin embargo, no encontraba las palabras adecuadas para expresar mis pensamientos. Le dije al Maestro: "Realmente no sé cómo escribirlo. Tampoco estoy contenta con la foto. Tendré que molestar a los practicantes de Minghui para que la mejoren". Envié la edición especial a Minghui.

Cuatro días después, el boletín se publicó. Lo descargué y era exactamente como lo que quería. Se editaron algunas áreas para hacerlo aún más perfecto. Me arrodillé frente al retrato del Maestro y le agradecí su ayuda.

Después de pasar por tantas cosas todos estos años, he experimentado lo que dijo el Maestro:

"La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu" (Primera Lección, Zhuan Falun).

"...sólo cuando los dioses ven que eres una buena persona te darán sabiduría y te permitirán crear cosas" (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005).

Intenté comenzar a escribir muchas veces, pero me frenaron las nociones humanas, ya que ni siquiera terminé la escuela primaria y tenía una educación deficiente. No consideré que fuera una oportunidad para que los practicantes de China cooperaran como un solo cuerpo y mejoraran en la cultivación. Escribí este intercambio después de darme cuenta de que me equivoqué al no informar al Maestro y compartir mis experiencias con otros practicantes.

Sé que cuando no tengo las habilidades, el Maestro hace arreglos para que los practicantes me ayuden. Todo es dado por el Maestro. Estoy agradecida por la gracia infinita del Maestro.

¡Gracias Maestro, una vez más! ¡Gracias a los practicantes!

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