(Minghui.org) Situado en la 12.ª Avenida en el West Side de Manhattan, se encuentra el consulado chino en Nueva York, es uno de los lugares donde los practicantes de Falun Dafa han estado presentes durante años, para que la gente conozca acerca de los 21 años de persecución en China. “El partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa en junio de 1999 y la tragedia continúa hoy en día”, dijo Huang Yan, un practicante voluntario que ha participado en la aclaración de la verdad en el consulado durante los últimos 7 años.

El lugar es un desafío: calor abrasador en verano y frío glacial en el invierno, sin mencionar las ráfagas de viento del río Hudson que está detrás de ellos. “Creemos que debemos estar aquí y hablar en nombre de aquellos cuyas voces han sido silenciadas”, dijo Huang, refiriéndose al gran número de practicantes que han sido detenidos, torturados y asesinados en China por su fe en los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Según un informe reciente de Minghui, al menos 41 practicantes de Falun Dafa fueron condenados en agosto del 2020 por practicar esta creencia espiritual.

Practicantes de Falun Dafa muestran las carteles frente al consulado chino en Nueva York

Una ventana a la verdad

Junto al río Hudson, los numerosos muelles de la zona son un destino turístico muy popular. Atraídos por los suaves ejercicios de los practicantes y por su hermosa música, muchos transeúntes se detienen a leer los carteles y a hablar con los practicantes.

Una vez, después de que un hombre de mediana edad se enteró de lo que sucedía en China, preguntó por qué, Huang y los otros practicantes no se situaban directamente frente al consulado chino. Cuando le dijeron que los empleados del consulado no se lo permitían, el hombre habló con dos agentes de policía que había cerca y les explicó la situación. Luego llamó a Huang y dijo: “Estos agentes están de acuerdo en que de ahora en adelante pueden estar en esta esquina de la calle (a unos pasos de la entrada del consulado) y repartir la información”.

Otra vez, una mujer quedó tan impresionada con el grupo de practicantes que hacían los ejercicios que hizo un dibujo para mostrar los elegantes movimientos.

Ha habido algunas experiencias sorprendentes mientras se aclaraba la verdad fuera del consulado. Un día, Huang le dio un folleto a un peatón como de costumbre, también le explicó que al reprimir a Falun Dafa y los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, el PCCh ha puesto en peligro a la humanidad. “¡Wow! exclamó el hombre. “¡Que coincidencia!”. Anoche tuve un sueño donde alguien me daba algo y me decía algo muy importante. Ahora sé lo que es”. Conversó un rato e hizo varias preguntas antes de marcharse.

La era de la pandemia

Los practicantes han sido capaces de mantener su presencia en el consulado incluso mientras seguían la política gubernamental de distanciamiento social durante la pandemia del coronavirus. Además de hacer los ejercicios, pusieron carteles con el mensaje de “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Huang explicó que la pandemia recuerda a la gente lo vulnerables que somos ante las catástrofes. Una vez, varios turistas de Europa se detuvieron a hablar con los practicantes y tomaron alguna información. Cuando escucharon cómo la práctica de Falun Dafa beneficiaba a las personas tanto física como espiritualmente, dijeron que lo aprenderían por Internet cuando regresaran a sus casas.

Algunos días hace mucho frío, dijo Li, otra practicante que a menudo va al consulado. Un día a principios de abril de este año, la temperatura era tan baja que todavía tenía frío incluso con su pesado abrigo de invierno. Cuando recordó cuánto sufren los practicantes en China por su creencia, sostuvo un cartel como de costumbre, que pedía la liberación de los practicantes detenidos en China.

En ese momento un coche se detuvo frente al cartel. El conductor, una mujer joven con mascarilla, bajó la ventanilla y gritó a los practicantes: “¡Falun Dafa es genial!”. Otros vehículos que circulaban también tocaron el claxon en señal de apoyo. “Mi corazón se llenó de calor en un día tan frío y helado”, recordó Li.

Otro día, una mujer condujo desde New Jersey para conocer a los practicantes. Había leído sobre Falun Dafa y quería aprender los ejercicios. Huang le enseñó los movimientos y compartió con ella su propia historia. La mujer le agradeció sinceramente su perseverancia a través de los años.

Recordando estas experiencias, Huang dijo que se sentía muy afortunada porque Falun Dafa le ha enseñado cómo convertirse realmente en una mejor persona. “Incluso durante una pandemia tan catastrófica, me ofrece una sensación de seguridad y esperanza para el futuro”, dijo.