(Minghui.org) El siguiente artículo fue escrito el 20 de julio, con motivo del XXI aniversario de la persecución a Falun Dafa (también conocido como Falun Gong).

En julio de 1999 el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, inició la persecución a Falun Dafa que al día de hoy aún continúa. Desde el 20 de julio en adelante, los practicantes de Falun Dafa fueron a Beijing a los gobiernos municipales y provinciales a pedir pacíficamente a las autoridades por su derecho constitucional de practicar su creencia. Aunque han pasado décadas, el recuerdo de esas tempranas protestas pacíficas, permanecen eternamente en mi corazón.

En 1999 tenía 16 años, y acababa de graduarme en la escuela secundaria. Nunca podría haber imaginado que durante ese verano aparentemente normal, me enfrentaría a una de las mayores decisiones que jamás tomaría, una que cambiaría mi vida.

Comienza mi viaje

La mañana del 21 de julio de 1999, los practicantes nos enteramos de que el PCCh había lanzado una campaña de mentiras y calumnias contra Falun Dafa con el fin de prohibir la práctica. Para que el gobierno conociera la verdad y para proteger el derecho constitucional de libertad de creencia de los ciudadanos chinos, varios practicantes y yo fuimos al comité provincial del partido.

Llegamos alrededor del mediodía y muchos practicantes, tanto jóvenes y como ancianos, ya estaban reunidos allí. Ambos lados de la calle Renmin estaba lleno de practicantes. Todos se colocaron en la acera. Algunos compartían experiencias de cultivación, otros simplemente estaban quietos en silencio. No obstruimos el tráfico. Al poco de llegar, oímos que varios practicantes habían entrado y estaban discutiendo la situación.

Esperamos durante largo tiempo pero no hubo noticias. Mientras esperábamos, varios vehículos se acercaron y aparcaron a ambos lados de la calle, salieron policías de civil y comenzaron a arrastrar, patear y golpear a los practicantes. Su actitud fue violenta y grosera. Los otros practicantes y yo fuimos obligados a entrar en un vehículo.

Ese primer día, nos llevaron a una academia de policía a cierta distancia de la ciudad. Cuando salimos del vehículo nos dimos cuenta de que allí ya habían cientos de practicantes, sentados en el campo de entrenamiento de la academia. Siguieron llegando practicantes y por la noche, todo el espacio estaba lleno. Cada practicante que salía del vehículo se sentaba en el suelo tranquilamente. La atmósfera era muy tranquila y ordenada.

Aún recuerdo que no muy lejos de mí estaban sentados una joven pareja de novios. La mujer era profesora y también había dos estudiantes universitarios sentados cerca. El sol ardiente de verano en Changchun era insoportablemente caliente. Nos sentamos en silencio en el ardiente campo de entrenamiento pero nadie se quejó. Algunos practicantes comenzaron a recitar Zhuan Falun. Fue muy tranquilizador. Unos pocos practicantes fueron a esclarecer la situación con los responsables de allí. Pero después de varias horas no habían regresado. Por la tarde llegó la policía armada. Vigilaban la entrada principal, parecían tensos. También había policías de civil patrullando en el exterior de la academia.

La tensa atmósfera no nos asustó. Los practicantes continuaron recitando el Fa. No teníamos miedo. Todos estábamos firmes, tranquilos y los pensamientos de todos eran puros. Solo queríamos explicar al gobierno sobre Falun Dafa y por qué los practicantes querían practicar la cultivación. Poco sabíamos que la brutal persecución a Falun Dafa orquestada por el régimen de Jiang Zemin, ya había comenzado.

El primer día, estuvimos todo el día sentados en la academia de policía. Los practicantes que llegaron primero no estaban preparados. Mucha gente no tenía nada para comer. Por la tarde, algunos pocos practicantes usaron su propio dinero y compraron agua y pan para compartir con todos.

Al llegar la noche, la policía y la policía armada se marcharon poco a poco. Aunque fueron muy agresivos cuando nos rodearon por la tarde, no nos hicieron nada. Pensándolo ahora, creo que fue porqué nuestros pensamientos rectos desintegraron todo lo negativo. Entendimos que no debíamos quedarnos sentados y esperar pasivamente, entonces alrededor de las 22:00 nos fuimos guiados por un practicante que conocía el camino. Nos ayudamos mutuamente a través de las calles oscuras mientras caminamos durante cuatro horas hasta que llegamos a la ciudad de Changchun.

Aunque estuvimos bajo el sol abrasador durante todo el día y muchos de nosotros no teníamos nada que comer, no nos sentíamos cansados. En cambio, me sentí bastante relajado. Mientras soplaba una ligera brisa, me sentí despreocupado de una manera difícil de describir.

Cuando llegamos de nuevo al edificio del comité provincial del partido, era más de media noche. Acordamos ir a descansar a casa de un practicante y volver al día siguiente. Algunos practicantes que no reconocí decidieron sentarse en la entrada del edificio hasta la mañana siguiente.

La situación se intensifica

El segundo día, 22 de julio, estábamos de nuevo ante el edificio antes del amanecer. Vimos a muchos practicantes de fuera de la ciudad que había viajado durante la noche para estar allí. Decidimos esperar. Por la mañana, las calles alrededor del edificio estaban llenas de practicantes, había muchos más que el día anterior, se desbordaron las aceras y los callejones cercanos.

Estábamos tan ordenados como el día anterior y no obstaculizamos ni a los peatones ni a los vehículos. Nos dimos cuenta de que había más policías que el día anterior y muchos policías de civil andando por los alrededores. Más tarde, la policía y la policía militar pusieron un cordón de seguridad frente al edificio, algunos hablaban por radio. La atmósfera era mucho más tensa que el día anterior.

Aproximadamente a las 8 o las 9 de la mañana, la policía comenzó a arrestar a los practicantes en los vehículos de la policía y a prepararse para llevárselos. De nuestra experiencia del día anterior aprendimos y ninguno de nosotros obedeció. Les explicamos que estábamos allí para explicar la verdad sobre Falun Dafa, y que no nos iríamos hasta que no pudiéramos hablar con los dirigentes. Así que nos tomamos de las manos entre nosotros. Entonces la policía comenzó a empujarnos y a arrastrarnos hacia las furgonetas, mientras nos pateaba y nos golpeaba. Algunos de nosotros salieron de los vehículos empujando las puertas abiertas mientras que otros se negaron a entrar sujetándose a las puertas. En grupos de 3 a 5 los policías se llevaron por la fuerza a los practicantes a los vehículos.

Frente a esta brutalidad policial, los practicantes ni golpearon ni respondieron. Los de adelante protegían a los de detrás. Todos nos tomamos por los brazos y nos mantuvimos hombro con hombro formando capas de escudos humanos. Al mismo tiempo pidieron a la policía que detuvieran la violencia. Más tarde, cuando las furgonetas de la policía llenas de practicantes comenzaron a marcharse, algunos de nosotros atravesamos el cordón de seguridad y nos sentamos en la calle o simplemente nos mantuvimos allí formando una barricada para evitar que los vehículos pudieran marcharse. Fue una escena tremenda, incluso los oficiales de policía se sorprendieron.

Al final muchos practicantes fueron arrastrados a las furgonetas. A mí y a otros muchos nos llevaron al Estadio de Nanling. Cuando salí, vi que el estadio estaba lleno de practicantes. Algunos eran ancianos, otros niños, otros eran oficinistas, incluso había una mujer embarazada, básicamente personas de todas las clases sociales. Era imposible saber cuántos éramos. Al igual que el día anterior, todos nos sentamos en el suelo silenciosamente. Vi muchas caras familiares, que el día anterior estuvieron encerradas en la academia de policía conmigo.

Shifu nos anima

Alrededor del mediodía, se produjo una escena inolvidable. Un estudiante universitario señaló al cielo con una gran sonrisa. Dijo: “¡Miren allí arriba!”. Todos miramos hacia arriba y muchos practicantes gritaron “¡Shifu!”. En medio del cielo claro, había una nube blanca. Muchos de nosotros vimos al Fashen del Maestro y las lágrimas corrieron por nuestras mejillas.

Más tarde, nos llevaron a una escuela de primaria junto a la Plaza del Pueblo. A pesar de nuestros grandes esfuerzos durante los dos últimos días para contactar con las autoridades y explicarles la verdad, nadie salió para escucharnos. Hacia el atardecer, después de haber estado fuera de casa durante dos días, decidí que no tenía sentido quedarnos y esperar en vano. Pensando que mi familia podría estar preocupada por mí, tomé un taxi y me fui a casa.

Desde entonces, el PCCh, emprendió una cruel persecución sin precedentes, contra los practicantes de Falun Dafa. Muchos han sido encarcelados ilegalmente y sus hogares han sido saqueados. Fueron secuestrados, extorsionados, torturados e incluso asesinados. Algunos perdieron sus trabajos o fueron expulsados de las universidades. A algunos incluso les sustrajeron los órganos mientras aún estaban vivos. Esta es la crisis humanitaria del siglo. Esta persecución malvada ha continuado durante 21 años y sigue sucediendo.

La moralidad y el coraje son las cualidades más preciadas que tiene el ser humano. Frente a la brutal persecución, los practicantes de Falun Dafa han seguido los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y han respondido a la injusticia y al régimen autoritario con Verdad, Benevolencia, perseverancia, paz y un alto estándar moral. Ellos han salvaguardado las cualidades más preciadas de la humanidad para todos. Es un honor formar parte de este grupo, a pesar de la larga y brutal persecución que hemos sufrido, no nos hemos asustado, ni nos hemos rendido o comprometido. Seguimos haciendo lo que creemos que es más correcto: esclarecer la verdad persistentemente sobre la persecución a los pueblos del mundo y ayudarles a ver la verdadera naturaleza del PCCh, para que puedan evitar ser implicados por sus crímenes. Queremos que la gente esté segura y tenga en futuro brillante.

Hacia adelante

Durante 21 años, con un esfuerzo constante de los practicantes de todo el mundo, cada vez más personas se han dado cuenta de lo malvada que es esta persecución. Más y más personas se están uniendo a los esfuerzos para resistirla y se han dado cuenta de la verdadera naturaleza del PCCh y han elegido mantenerse alejados de él. Hasta la fecha, alrededor de 360 millones de personas han renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. En lugar de acobardarse por la brutal persecución, Falun Dafa es practicado en más de cien países y regiones por más de 100 millones de personas. Ha recibido más de 3.600 proclamaciones, resoluciones y cartas de felicitación.

La historia ha demostrado que los regímenes aparentemente poderosos no duran mucho tiempo. Durante esta persecución, la bondad y la maldad están en pleno despliegue. Las personas pueden escoger entre el bien y el mal. Esperamos que todos aprovechen esta preciosa oportunidad y escojan responsablemente ellos mismos.