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Relato personal de víctima arroja luz sobre la tortura realizada a los practicantes de Falun Dafa en un centro de lavado de cerebro de Wuhan

Ago. 22, 2020 |   Por un practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) Nota del editor: La ciudad de Wuhan en la provincia de Hubei llamó repentinamente la atención del mundo cuando el coronavirus estalló a finales de 2019 y se extendió rápidamente a casi todos los rincones del mundo. Si bien muchas personas conocen ahora a Wuhan como el epicentro de la pandemia, también es uno de los epicentros de la persecución a Falun Dafa, una disciplina espiritual y de meditación atacada por el partido comunista chino desde 1999.

En las últimas dos décadas, muchos practicantes de Falun Dafa de las regiones cercanas han sido detenidos en centros de lavado de cerebro en Wuhan, donde son sometidos a la administración involuntaria de medicamentos tóxicos y otras formas de tortura. A continuación, una practicante de Falun Dafa describe su reciente detención en el centro de lavado de cerebro de Yusunshan.

Por contarle a la gente sobre la persecución a Falun Dafa, fui arrestada a finales de 2019 y detenida en el centro de lavado de cerebro Yusunshan en el distrito Jianghan de Wuhan durante un mes.

La parte superior de la foto dice, "vista exterior del centro de educación legal del distrito Jianghan (centro de lavado de cerebro Yusunshan)". El letrero dice: "Guardería de la compañía de jardinería de la ciudad de Wuhan Jiangcheng". En la parte inferior aparece: "El centro de lavado de cerebro Yusunshan tiene una señal que indica que es una guardería cuando en realidad es una guarida oscura para el lavado de cerebro [para los practicantes]". Hay muchas instalaciones de lavado de cerebro en Wuhan, la mayoría están en los distritos de Wuchang, Qingshan, Dongxihu, Jiangan, Hongshan y Caidian. Casi todos los lugares de lavado de cerebro se utilizan para detener a los practicantes de Falun Dafa".

El centro de lavado de cerebro está situado en una remota zona montañosa lejos de la ciudad de Wuhan. El centro es un edificio de tres pisos, y en el segundo piso hay ocho habitaciones que se usan para detener a los practicantes de Falun Dafa. Dentro de cada habitación hay tres camas, una para el practicante y dos para los "colaboradores".

Los colaboradores son asignados y pagados por el empleador del practicante o los funcionarios de la comunidad para vigilar al practicante 24 horas al día. Reciben alrededor de 3000 yuanes de salario cada mes, y su trabajo es evitar que el practicante haga los ejercicios de Falun Dafa o salga de la celda. Hay dos cámaras dentro de cada celda y otras dos fuera en el pasillo.

El lavado de cerebro comienza a las 9 a. m. todos los días. Obligan a los practicantes a ver videos que difaman a Falun Dafa o a hablar con los "educadores". Los educadores pueden ser maestros de escuela, personal médico de salud pública o jubilados de los departamentos de justicia o legales. Por la tarde teníamos que escribir informes sobre lo que habíamos aprendido esa mañana.

El centro de lavado de cerebro administra medicinas que dañan el sistema nervioso de los practicantes que se niegan a renunciar a su creencia después de varios días de lavado de cerebro. Después que me inyectaron la medicina, mis sienes se hincharon del tamaño de un huevo y tuve dolores de cabeza extremos. Se me nubló la visión, la memoria disminuyó y tuve desmayos. Hablé involuntariamente, ronqué fuerte y era lenta para responder. Basada en mis síntomas, sospeché que la droga que mezclaban con mi comida era la clorpromazina, una sustancia utilizada para tratar enfermedades psiquiátricas y suprimir la actividad cerebral.

Han pasado más de seis meses desde que me dieron el alta. Mi memoria todavía no es tan buena como era antes, y no puedo dormir toda la noche sin despertarme con frecuencia.

A casi todos los practicantes encerrados en el centro de lavado de cerebro les administraban medicamentos que dañan los nervios. Las autoridades revisan la temperatura, la presión arterial y el pulso de los practicantes todos los días a las 7 a. m. y 5 p. m. para asegurarse que no mueran bajo su supervisión.

A algunos practicantes les debieron haber suministrado estimulantes nerviosos. Se irritaban y tenían dolores de cabeza y de pecho. Su ritmo cardíaco y la presión arterial aumentaban. No podían recordar cosas y se emocionaban demasiado mientras cantaban, bailaban y hablaban tonterías involuntariamente.

La mayoría de los practicantes permanecieron en el centro de lavado de cerebro durante más de un mes. Les pedían que "criticaran" a Falun Dafa, y sus informes de sus pensamientos tenían que ser aprobados por el jefe de la oficina local 610 (una agencia extralegal creada por la dirección central del partido comunista para perseguir a Falun Dafa) antes de ser liberados.

Llegué a casa alrededor del mediodía el día en que me liberaron. Sentí un dolor insoportable en mi riñón derecho y no podía enderezar mi espalda. Esa noche, mi riñón izquierdo también me empezó a doler.

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