(Minghui.org) Soy una joven practicante de Falun Dafa. Comencé a practicar cuando tenía 12 años gracias a mi madre, que también es practicante. Siempre me pedía que estudiara las enseñanzas del Fa e hiciera los ejercicios.

Mi madre estableció un grupo de estudio del Fa en nuestra casa, y a mi me gustaba estar entre practicantes y compartir experiencias con ellos.

Una terca juventud

Tenía el mal hábito de ver televisión y siempre soñaba con enamorarme cuando creciera.

Muchos niños en nuestra área no iban a la escuela y comenzaban a trabajar a temprana edad. Yo hice lo mismo. Siempre buscaba trabajos fuera del área donde vivía, pero solo me quedaba por poco tiempo porque extrañaba mi área y quería regresar.

Conocí a mi esposo cuando tenía 19 años. Teníamos la misma edad y congeniamos de inmediato. Le conté sobre Falun Dafa y la persecución, y él entendió que Falun Dafa es bueno.

Me contó un sueño que había tenido cuando era joven. En el sueño hubo un pájaro que giró y giró hasta que gradualmente se convirtió en un libro. Él se dio cuenta de que era un libro celestial y quiso abrirlo, pero alguien lo despertó. Lamentó no haber tenido la oportunidad de leer ese libro celestial.

Me di cuenta de que tenía una relación predestinada con Dafa, y yo quería estar con alguien que reconociera a Dafa. Parecía la persona adecuada para mi.

Pero mi familia no estuvo de acuerdo con mi elección. Sus padres eran divorciados, y él había sido criado por sus abuelos. Su situación económica no era buena, tenía malas costumbres, y según ellos no era lo suficientemente alto. Pero la razón principal era que creían que todavía éramos muy jóvenes.

Decidimos escapar juntos, lo cual les causó mucho dolor a mis padres. La aldea se enteró de lo que había sucedido, y mis padres accedieron a nuestro compromiso al final del año. Dos años después, nos casamos.

Shifu me protegió

Dejé de practicar poco después de haberme casado. Mi esposo comenzó a jugar videojuegos, y no me ayudaba mucho con el cuidado de nuestro hijo. Pasaba el día entero frente a la computadora jugando juegos y no salía a buscar trabajo.

Estábamos endeudados y siempre peleábamos. No me atrevía a contarle a mis padres. Lloré mucho y cuando me sentía mal, pensaba en Shifu y en Dafa.

Una vez pasé todo el día fuera de casa jugando mahjong porque no quería ver a mi esposo. Al regresar, todavía estaba jugando en la computadora. Nuestro hijo estaba durmiendo, pero tenía mucha fiebre. Lo llevamos apurados al hospital, donde le diagnosticaron neumonía.

Lamenté haberme comportado todo este tiempo como una persona común y le pedí ayuda a Shifu. Esa noche, se le fue la fiebre a mi hijo y lo llevamos a casa. A la mañana siguiente, le prometí a Shifu que volvería a la cultivación en Dafa.

Pero volví a aflojar en la cultivación. Siempre me quejaba sobre la familia de mi esposo y miraba externamente. Hablaba mal de los demás a sus espaldas y odiaba que mi esposo jugara juegos en la computadora.

Debido a los conflictos que tenía con mi esposo, conocí a un hombre por Internet que vivía en nuestra ciudad. Cuando iba en camino a verlo me dio un dolor de estómago.

En ese momento me di cuenta de que, como practicante, no debería tener relaciones inapropiadas. Rápidamente borré su información de contacto y apagué mi celular. Regresé apuradamente a casa y mi dolor de estómago desapareció.

Conocí a otros practicantes

A través del estudio del Fa, descubrí que debía mirar adentro y no debía siempre regañar a mi esposo por estar jugando juegos de computadora.

La vida continuó y había deudas que pagar, así que comenzamos un negocio pequeño.

Un día, una persona comenzó a hablarme de Falun Dafa. Le conté que era practicante también, y así fue como finalmente conocí a otro practicante.

No había leído artículos de Minghui por largo tiempo, y esta practicante me ayudó mucho en mi cultivación. Pero luego tuvo que mudarse y perdí contacto nuevamente con practicantes en mi área.

Estaba ocupada haciendo dinero para pagar nuestras deudas y aflojé de nuevo en mi cultivación. Pero quería realmente contactar a otros practicantes. Shifu vio mi deseo y arregló que conociera a tres practicantes. Me ayudaron mucho y señalaron áreas donde tenía que mejorar.

Aprendí que tenía que cultivarme sólidamente, y aclarar la verdad como los demás practicantes.

Aclarando la verdad

Con la ayuda de Shifu y de practicantes locales, comencé a contarle a la gente sobre Falun Dafa cara a cara.

Un día, quise vender mi tienda y una señora firmó el contrato accediendo a comprarla. Pagó un depósito de 1,000 yuanes que no era reembolsable si quebrantaba el contrato.

Pocos días después, la señora llamó a mi esposo y le dijo que no podría continuar con la compra y quería que le regresaran el depósito. Mi esposo y mi suegra no estuvieron de acuerdo.

Hablé sobre esto con otros practicantes, y me sugirieron que le regresara el dinero. Estuve de acuerdo, pero no lo hice inmediatamente.

Un practicante luego me preguntó si ya le había regresado el dinero a la señora. Dijo que lo hiciera pronto y que usara la oportunidad para contarle sobre Falun Dafa.

Contacté a la señora y quedamos en reunirnos. Sin darme cuenta, fui directamente al grano y dije: “Soy un practicante de Falun Dafa y a nosotros nos enseñan a siempre considerar primero a los demás. Escuché que querías ayudar a tu hermano menor con un negocio de lavado de automóviles, así que decidiste no comprar nuestra tienda. No hay problema. Te regresaré el depósito”.

Me escuchó cuidadosamente cuando le dije: “Sabes, por ley, tenemos el derecho de quedarnos con el dinero. Pero, he practicado Falun Dafa desde que era pequeña y me han enseñado a ser buena persona, así que sé que debo regresarte el depósito”.

La señora respondió: “Había escuchado sobre Falun Dafa, pero no sabía que era tan bueno”.

Le conté más sobre Dafa, la persecución, y sobre renunciar al partido comunista chino (PCCh) para mantenerse a salvo. Accedió a renunciar.

Le dije que recordara dos frases para mantenerse a salvo: “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Luego le di el dinero.

Cuando le conté a mi esposo que le había regresado el depósito a la señora, no se molestó y lo único que dijo fue: “Pensé que eso es lo que ibas a hacer”.

Mis familiares

Un familiar de mi suegra se casó, y mi esposo y yo fuimos a la boda, donde conocimos a mucha gente.

No pude recordar sus nombres luego de que me los presentaran, pero hablé con todos ellos sobre Falun Dafa.

Casi todos con quienes hablé en la boda accedieron a renunciar al PCCh.

Luego de la boda, fui al pueblo natal del abuelo de mi esposo. Era una familia grande. Mi esposo no conocía a muchos de ellos, pero no sentimos que eran desconocidos. Cuando se encontraban cocinando, les conté a todos sobre Falun Dafa.

Los amigos de mi esposo

Mi esposo posee un pequeño negocio y tiene muchos amigos que son compañeros de negocio. Les conté a la mayoría de ellos y a sus familias sobre Dafa y los ayudé a renunciar al PCCh.

Una pareja que eran amigos de mi esposo invitó a varios de nosotros a una cena. El esposo se sentó a mi lado por casualidad, y hablamos mucho. Él ha sido conductor durante 8 años.

Alguien le había contado dos veces sobre renunciar al PCCh, pero se había negado. Le dije que tenía suerte de que alguien en dos ocasiones le había pedido que renunciara. Al final dijo: “Perdí la oportunidad dos veces. Pero ahora entiendo. Tienes razón, soy afortunado”. Accedió a renunciar a los jóvenes pioneros.

Shifu siempre ha estado protegiéndome

He aflojado casi siempre y a veces lo he hecho mal en mi camino de cultivación. Pero Shifu me ha estado protegiendo y cuidando.

Siempre que encontraba pruebas que no podía manejar bien, me arrodillaba frente a la foto de Shifu con lágrimas en mis ojos. Shifu siempre me levantaba y me guiaba a transitar esas pruebas.

Debo seguir las enseñanzas de Shifu, tratar la cultivación seriamente, atesorar lo que Shifu ha hecho por mi, y atesorar esta oportunidad sin precedentes. Debo hacer bien las tres cosas que los practicantes deben hacer y cultivarme bien.