(Minghui.org) Nací en la década de los ochenta. Aunque era hija única, no fui malcriada, pero era muy egocéntrica. Influenciada por las tendencias modernas de la sociedad, creía que las mujeres deberían ser fuertes y aun más fuertes que los hombres. En la escuela, no podía soportar si mi novio lo hacía mejor que yo. Tenía que estudiar mucho para poder hacerlo mejor que él. Aunque mi esposo era muy entendido, mis suegros eran muy tradicionales; mi suegro creía que los hombres deberían tomar todas las decisiones y mi suegra era muy sumisa.

Primer encuentro impactante con mis futuros suegros

Seis meses después de conocer a mi esposo, fui invitada para conocer a mis futuros suegros. Muchos familiares de mi futuro esposo estaban allí. Me dirigí a ellos con cortecía: "Hola, tío. Hola tía".

Mi suegro dijo delante de todos que debería dirigirme a ellos como "papá" y "mamá". Me turbé. No sabía qué hacer, ya que aún no estábamos casados. Murmuré las palabras "papá" y "mamá" en voz baja para no ofenderlos, pero no me sentía feliz.

Cada vez que nos veíamos, tenía que evitar decirles "tío" y "tía", y llamarlos "papá" y "mamá". Me sentía muy incómoda y pensaba que mi futuro suegro era machista y dominante.

Mi bebé causó conflictos

Estaba estudiando para mi doctorado cuando me casé con mi esposo. Después de casarnos, mi suegro señaló las ventajas de tener un bebé mientras aún estábamos en la facultad. Seguimos su consejo y quedé embarazada. Me sentía mal durante el embarazo y no podía cocinar. Entonces mi suegra viajó desde su ciudad natal para cuidarme.

Según mi suegro, el esposo es el jefe de la familia y la esposa debe escucharlo. Las mujeres son responsables de todos los quehaceres domésticos. Mi suegro se mantenía por encima de todos, mientras que mi suegra trabajaba, hacía todo el trabajo de la casa y cuidaba a los niños, con frecuencia su marido la criticaba. A veces, sentía pena por ella. Pero pensaba que, dado que les había funcionado y parecían no tener problemas, debería dejarlos en paz. Para mi sorpresa, mis suegros esperaban que tuviéramos una relación similar. Como feminista y mujer moderna, me sentí desafiada.

Yo estaba muy agradecida con mi suegra, quien cocinaba para mí todos los días y trabajaba muy duro. Pero la forma en que interfirió con mis tareas domésticas y la forma en que mi suegro nos controlaba a través de llamadas telefónicas realmente me molestó. Por ejemplo, nos decía quién debía lavar las ollas y sartenes, quién debía lavar los platos, quién debía lavar la ropa, etc. Una vez tuve una discusión con mi esposo. Mi suegro llamó por teléfono y le dijo a mi esposo: “Eres el jefe de familia. Tú tomas la decisión. Después me dijo: "¡Debes escuchar a tu marido!". Estaba enfurecida, pensando: “¿Por qué las mujeres debemos escuchar a los hombres? ¡Él debería escucharme a mí!".

Después del 1 de octubre, mi suegro vino a visitarnos durante las vacaciones. Tuvimos muchos conflictos y ninguno de los dos cedió. Una vez, cuando mi suegro no cedió acerca de un tema, me sentí tan frustrada que le dije "terco". Estaba tan disgustado que se fue antes de que terminaran las vacaciones.

Cuando nació mi niña, mi suegro no estaba conforme ya que quería un nieto. Mi esposo indicó que él también quería un hijo. Dos días después, mi suegro volvió a casa. Después de que su padre se fue, mi esposo se puso muy frío conmigo, fue un cambio de 180 grados en comparación a antes de que naciera la bebé. Sentí que mis suegros eran malos conmigo. Lloré durante un mes y estaba deprimida. Durante una de mis acaloradas discusiones con mi suegra, tiré cosas al piso y estaba tan enojada que temblaba. Mi esposo estaba asustado y me abrazó con fuerza. Cuando el bebé tenía un mes, mi suegra volvió a su casa. Tomé a mi bebé y me fui a casa de mi madre.

Dafa me despertó

Estaba muy deprimida y me enojaba cada vez que pensaba en mis suegros. Lloré tanto que no podía ver bien. Sabía que si continuaba de esta manera, me enfermaría. Mi madre practica Falun Dafa. Antes había aprendido que Falun Dafa enseña la bondad y purificaba los corazones y las mentes de las personas. Decidí practicar.

A partir de entonces, leía los libros de Falun Dafa todos los días y escuchaba las lecciones del Maestro. Descubrí que la sustancia deprimente (sentía que era una sustancia) se eliminaba constantemente. Llegué a estar muy tranquila. Al leer las enseñanzas, me di cuenta de que las mujeres deberían ser amables y virtuosas. La sociedad moderna ha convertido a las damas en "mujeres fuertes", y a las esposas virtuosas en "mujeres feroces". Además, entendí que las personas son malas contigo para resolver una deuda kármica del pasado. Como practicante, debo mirar hacia adentro para ver lo que no hice correctamente. Muchos de los principios de Dafa me iluminaron. Cuando examiné los conflictos entre mis suegros y yo desde la perspectiva del Fa, entendí.

Entendí que mi suegra, quien no se queja, es una mujer virtuosa tradicional, mientras que mi concepto de la mujer como la persona que toma las decisiones es el producto de la sociedad moderna. Cuando mi suegro no estuvo de acuerdo conmigo, lo llamé "terco". No era respetuosa con mis mayores. En realidad, yo era la terca y muy dominante. Mi suegra viajaba desde lejos y dejaba su hogar para cuidarme. No fue fácil para ella. En contraste, yo peleaba con ella por cosas triviales. No importa cuán recta pensara que yo era, o cuán maltratada era, midiendo según los criterios de los principios de Dafa, yo era muy egocéntrica y egoísta. No estaba pensando las cosas desde la perspectiva de mis suegros. Gradualmente, dejé de quejarme de ellos y pensaba en ellos como mi propia familia.

Elevarse en medio de los conflictos

Después de seis meses de licencia de maternidad, tuve que volver a la escuela. Me enfrenté al problema del cuidado de los niños. Justo al estar dudando sobre las opciones, mi esposo me dijo que mis suegros llamaron y dijeron que estarían dispuestos a venir a ayudarme si los llamaba y los invitaba. Eso me irritó, pero luego me di cuenta de que soy una practicante de Dafa. Probablemente los lastimé la última vez que estuvieron aquí y tenían reservas sobre vivir con nosotros nuevamente. Entonces los llamé y les pedí sinceramente que vinieran.

Mi suegro también vino. Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, no podría haber vivido con él ni por una semana. ¿Sería capaz de vivir con él en paz? No estaba segura. Y así sucedió, su chovinismo masculino pronto apareció de nuevo.

Vivíamos en el segundo piso. Teníamos que subir el agua desde la planta baja. Mi esposo generalmente sacaba el agua ya que el cubo era pesado. Un día, nos quedamos sin agua. Como mi suegro tenía artritis y mi suegra era pequeña, pensé que yo podría hacerlo, ahora que practicaba Falun Dafa y mi salud había mejorado. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, mi suegro agarró la cubeta y quiso hacerlo él mismo. Me negué a dejar que él lo hiciera por su artritis.

Mientras discutíamos, mi suegro dijo: "Este es el trabajo del hombre. Se supone que las mujeres deben hacer las tareas del hogar. Le digo a tu suegra con frecuencia: "Eres incapaz de hacer grandes cosas y ni siquiera haces las ligeras tareas del hogar, ¿por qué tendría que tenerte cerca? ¿Por qué tendría que apoyarte?”.Me sorprendió. Cargó la cubeta y se fue.

Pocos días después, nos quedamos sin agua otra vez. Mientras él se preparaba para ir a buscarla, recordé lo que Shifu nos enseñó: "...consideras a los demás al hacer cualquier cosa" (Lección Cuarta, Zhuan Falun). Sin resentimientos, le dije: "Papá, sé que eres bueno con nosotros. Pero no debes levantar nada pesado. Por favor, déjame intentarlo". Él se detuvo y estuvo de acuerdo. Con mi buena salud gracias a Dafa, pude subir el agua. Desde entonces, mi suegro nunca tuvo que volver a hacerlo. Pasé esta prueba.

Pocos días después, estábamos charlando. Hablamos de nueras que no eran filiales con sus suegros. De repente dijo: “No me quedaría con ella. Le dije a fulano (mi esposo): debes golpear a tu esposa si no te escucha”. Parecía muy orgulloso de sí mismo. Pensé: "¡Está entrenando a mi esposo para que me golpee!". Antes de enojarme, me di cuenta de que era una cultivadora y que él me estaba ayudando a elevarme. Entonces sonreí y dije: "No se preocupe. Le voy a obedecer". Le tomó por sorpresa y sonrió.

Un día, salí con mis suegros a caminar y vimos un antiguo poema que decía algo acerca de que no era bueno para las mujeres administrar el hogar. Cuando mi suegro lo vio, me pidió que explicara lo que significaba. Me apené: Hubiera estado muy disgustada si esto hubiera sucedido antes; me hubiera negado a decir algo o a mencionar algo desagradable. Pero me di cuenta de que era practicante y que no debía actuar así. Entonces le expliqué amablemente: "Lo que significa es que las mujeres no deben administrar el hogar, ya que las mujeres a menudo son miopes". Agregué mi interpretación. No dijo nada más.

Cuando situaciones parecidas ocurren con frecuencia, todavía me molestan. Antes siempre estaba ansiosa por sobresalir ante otros y no hubiera soportado esto. Tan pronto como surgía mi resentimiento, empezaba a leer Zhuan Falun y este desaparecía. Me ponía bien de nuevo.

Traté de ser una "esposa virtuosa" y una "nuera filial". En el pasado, cuando veía a mi suegra lavar los calcetines y la ropa interior de mi suegro y de mi esposo, pensé que era ridículo. Ahora, he comenzado a hacer lo mismo. Todas las mañanas, antes de que mis suegros se levanten, ya preparé el desayuno para la familia. El azúcar en la sangre de mi suegro es alto, por lo que come pocos carbohidratos, así que le preparo platillos por separado. Después del almuerzo, yo cuido de mi hija y dejo descansar a mis suegros.

Mis suegros me han ido aceptando cada vez más. Una vez, mi suegro llegó un poco temprano y descubrió que mi esposo aún dormía mientras yo cocinaba con mi bebé atado a mi espalda. Inmediatamente cargó al bebé. Supongo que mi suegro chovinista también ha cambiado un poco, lo que es un testimonio de que cambiar uno mismo es la mejor manera de influir positivamente en los demás.

Conclusión

En el pasado, yo estaba muy centrada en mí y era autoexigente. Ahora me doy cuenta que tan solo estaba siendo egoísta. A medida que sigo las enseñanzas de Dafa y que he trabajado para ser desinteresada y altruista, mi verdadero yo que es sincero, bondadoso y tolerante poco a poco ha emergido. La yo feminista está desapareciendo y mi suegro, antes chovinista, se ha convertido en alguien más comprensivo. Nos estamos acercando como familia.

Gracias, Maestro, por darme una familia armoniosa.