(Minghui.org) Soy un discípulo de Dafa de diez años de edad. Empecé a leer Zhuan Falun y Hong Yin con mi abuela cuando tenía tres años. Me tomó un año terminar Zhuan Falun. Empecé a leer Zhuan Falun yo solo cuando tenía cuatro años. Ahora he leído Zhuan Falun 65 veces. Quería compartir algunos milagros que he experimentado.

Las palabras "Falun Dafa es bueno" están grabadas en mi corazón

Muchos milagros ocurrieron durante mis tres años de escuela primaria. Una vez, cuando un compañero de clase me hizo caer, no lo culpé, en cambio, sonreí y dije: "Está bien, sigamos jugando". Otra vez un compañero de clase me pellizcó la cara y me dejó una marca. Se asustó, pero le dije: "Está bien, no te asustes, estaré bien después". Recité: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. El Falun lo reparará". En otra ocasión, mientras jugaba, sentí que algo me golpeó en la frente. Empezó a sangrar y me di cuenta de que era un trozo de metal de un volante (el objeto que se golpea en el bádminton) lo que me golpeó. Me cubrí la frente con las manos y recité en silencio: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Cuando me quité las manos, mi frente estaba completamente bien.

El Maestro me regala una herramienta mágica

Empecé a aprender caligrafía cuando estaba en primer grado. En la escuela, todos estábamos aprendiendo chino simplificado y pensé que no tenía conexiones culturales, así que decidí aprender los caracteres chinos tradicionales. Mi pincel de tinta se convirtió en mi buen amigo. Una vez soñé con un gran demonio; tenía unos dos metros de altura y seis ojos y cuatro orejas. Cuando se abalanzó sobre mí, rápidamente saqué mi pincel de tinta y un haz de luz dorada apareció desde los cielos. Partió al demonio por la mitad y lo disolvió. El Maestro me había dado una herramienta mágica, un pincel de tinta mágico.

Mantenerse al día con el estudio de las enseñanzas

El maestro dijo:

“Una persona es como un contenedor. Él es lo que contiene” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Singapur).

“Por eso, debes tener un entendimiento claro sobre el asunto de estudiar el Fa. Leer y estudiar más los libros es la clave para tu mejoramiento real” (Fundiéndose en el Fa, Escrituras esenciales para mayor avance).

Después de que terminé de leer Zhuan Falun por sexagésima quinta vez este año, tuve un sueño en el que estaba parado en una plataforma muy alta y había dos afroamericanos a mi lado. Uno se encargaba de entregar premios. Había afroamericanos, caucásicos, asiáticos y mucha otra gente en el público. Fui premiado con un librillo cuadrado y en la portada decía: "Premio honorífico al Premio Nobel de Literatura". Todo el mundo en la audiencia comenzó a aplaudir. Cuando me desperté de mi sueño estaba muy feliz: "¡Gracias, Maestro, por animarme!". Le dije a mi abuela y ella dijo que yo también necesitaba practicar bien los ejercicios además de estudiar las enseñanzas del Fa.

A partir de entonces, hice los ejercicios con mi abuela. Aunque no practico los ejercicios todos los días, el Maestro aún me alienta. Una vez, cuando estaba medio despierto, vi una estrella que caía del cielo. La estrella aterrizó delante de mí y subí al cielo en ella. Entonces vi una escalera que estaba conectada al cielo. Subí las escaleras y me monté en un caballo volador. El caballo volador desplegó sus alas y planeó por el cielo. Se detuvo en un acantilado y el caballo dijo: "Hay un acantilado más arriba, no podré llevarte al otro lado". Tienes que cruzarlo tú mismo". Extendí mis brazos como un par de alas y llegué al otro lado. Allí vi muchos palacios y Budas. Las túnicas de los Budas estaban todas relucientes y estaban montados en muchos animales diferentes como vacas, corderos y peces. Yo seguía montando en mi caballo volador hasta que el Maestro apareció y me dirigió a mi palacio. Me desperté de mi sueño y sonreí: Estaba realmente en casa.

Todavía hay muchas historias que tengo que contar. Quería decirles a todos los jóvenes discípulos de Dafa: mientras estudiemos el Fa a menudo, lo estudiemos bien y escuchemos al Maestro, podremos volver a casa.