(Minghui.org) Guardar resentimiento ha sido un gran obstáculo en mi cultivación y me tomó mucho tiempo darme cuenta de su causa y dejarla ir. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias de cultivación en este sentido.

He estado estudiando las enseñanzas del Fa con compañeros practicantes en Internet casi todos los días, y las cosas habían ido bien hasta hace poco, cuando una practicante anciana se sumó al grupo.

Cuando le tocaba leer, tartamudeaba y a menudo cometía errores, por lo que teníamos que seguir corrigiéndola. Además, tosía después de cada frase y se podía oír la flema en su garganta. Era bastante desagradable de escuchar.

En dos ocasiones en las que no pude soportarlo más, me metí y empecé a leer desde donde ella había titubeado. Pensé que estaba haciendo lo correcto en ese momento, ya que creía que el ambiente de estudio del Fa debía ser agradable y tranquilo, y que demasiado ruido de fondo interferiría con nuestra concentración.

La siguiente vez que escuché a la anciana practicante leyendo de la misma manera, me desconecté después de un párrafo, sintiéndome muy molesta. Pensé: "¿Cómo puede un practicante estropear las cosas así durante el estudio del Fa?".

En ese momento, las palabras del Maestro llegaron a mi mente: "Miren más el aspecto positivo en otros y menos las cosas negativas" (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003).

Pero todavía estaba luchando con mi yeli de pensamiento, pensando: "Ni siquiera la conozco. ¿Cómo puedo ver lo positivo en ella?".

Sin embargo, mi lado que sabe también era fuerte, y trató de rectificar mis nociones incorrectas. Volví a conectarme para volver a unirme al estudio. Mi yeli de pensamiento interfirió conmigo otra vez mientras seguía pensando al escucharla leer: "¿Quién es ella? ¿Cómo puedo ver sus méritos si ni siquiera la conozco?".

Aún así, traté de ver lo positivo en ella como el Maestro nos dijo que hiciéramos. Cuando empecé a ver las cosas de esta manera, el nudo de mi corazón se desató inmediatamente y mi actitud cambió por completo: "Esta practicante es bastante sorprendente, y está tratando tan duro de estudiar el Fa a pesar de su vejez y condición física".

Normalmente, cada uno de nosotros leía uno o dos párrafos, luego el siguiente continuaba, pero ella siempre leía una o dos páginas y realmente disfrutaba leyendo aunque cometiera errores. Cada vez que la corregíamos, ella rectificaba el error y seguía leyendo.

Esa noche, me empecé a sentir feliz por ella con cada pequeña mejora. Cuando le tocó leer, en vez de sentirme molesta y resentida, empecé a enviarle pensamientos rectos para apoyarla.

Cuando terminamos, ni siquiera podía decir si había tosido. Me sentí muy tranquila, y mi resentimiento anterior por ella se había ido por completo.

Mirando hacia adentro mientras trabajo en los medios de comunicación

Estoy involucrada en el trabajo con los medios de comunicación. Una compañera practicante me dijo una vez, después de corregir un artículo: "Este ideograma es un poco extraño".

No me lo tomé bien y pensé: "¿Cómo puede ser raro? Así es como estaba escrito en el texto original, y así es como era la antigua etiqueta". Una inexplicable molestia comenzó a agitarse dentro de mí.

Entonces recordé el tema del resentimiento que nuestro equipo en el proyecto había intercambiado no hace mucho tiempo y me di cuenta de que todavía me aferraba a ese apego. "No debo permitir que interfiera conmigo", pensé.

Comprobé el significado del ideograma en el reconocido Diccionario de Kangxi. La explicación era muy completa, con notas detalladas sobre el mismo desde la Dinastía Zhou hasta la Dinastía Qing.

"Un ideograma común que damos por sentado hoy en día, cuando se lo examina de cerca, revela connotaciones tan profundas que abarcan miles de años", pensé. "Esa compañera practicante no hizo nada malo al plantear una pregunta; por el contrario, demostró su compromiso y su fuerte sentido de la responsabilidad. Podría haber sido su promesa de hace mucho tiempo de manejar cuidadosamente cada artículo que encontrara".

Cuando lo pensé de esta manera, entendí por qué ella había cuestionado el uso del ideograma, solo estaba siendo responsable y no fomentando sus propios intereses.

Toda mi molestia desapareció, y me sentí muy feliz de haber tenido la oportunidad de trabajar con ella. Cuando abandoné mi propia noción de resentimiento, el sentimiento de compasión llenó mi corazón. Desde entonces, hemos tenido una relación laboral muy saludable y ambas apreciamos la preciosa oportunidad que tenemos de trabajar y cultivarnos juntas en el Fa.

Una pista en un sueño

Tuve una pesadilla el 13 de Mayo, Día Mundial de Falun Dafa. Alguien me golpeaba y me preguntaba si me rendiría. Me negué. Me abofeteó y siguió preguntando si me rendiría. Dije "no", y me abofeteó de nuevo. Y así sucesivamente, hasta que de repente recordé lo que dijo el Maestro sobre alguien que te pone en una situación horrible:

"No solo no puedes enfadarte con él, todavía debes agradecerle en tu corazón, realmente tienes que agradecerle" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Le dije a la persona de mi sueño: "Mi Maestro me dijo que debería agradecerte". Luego dejó de golpearme.

Cuando me desperté por la mañana, me toqué la cara. No me dolía en la superficie, pero el hueso subyacente me dolía. "Así que me golpearon de verdad", pensé. Pero no tenía claro qué me negaba a hacer en el sueño.

Empecé a mirar hacia adentro. Lo único que sobresalía era mi apego al resentimiento, que estaba tan profundamente arraigado en mí que lo daba por sentado en mi vida.

Ese día, me costó mucho concentrarme cuando hice la versión de una hora del segundo ejercicio. Mi mente era una mezcla de todo tipo de cosas. Mis manos se sentían pesadas y también mi mente, que estaba cargada de un resentimiento inexplicable.

"¿Sobre qué estás parloteando?", le dije al resentimiento dentro de mí: "Nadie te está molestando. ¡¿Cuál es tu problema?!", le pregunté. En realidad estaba tratando el resentimiento con resentimiento.

Entonces recordé dos historias de la antigüedad. Una de ellas era sobre la emperatriz del emperador Wu de Liang. Ella guardaba mucha envidia y resentimiento cuando estaba viva y se convirtió en una gran pitón después de su muerte. La otra era sobre un amigo cercano de un eminente monje en el período Han Oriental (25-220 d. C.). Aunque este amigo también hizo muchas cosas buenas, tenía mal temperamento y tendía a estar resentido cuando no se le trataba "justamente". Él también se convirtió en una gran pitón después de su muerte.

Entonces recordé que en el nuevo libro "Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo", dice que el comunismo es un espectro maligno forjado por el odio, la degeneración y otros elementos de las fuerzas del universo. En otra dimensión, no visible para nosotros, tomó la forma de una serpiente, luego la de un dragón rojo, que explota a los seres de bajo nivel y a los demonios para causar estragos en la humanidad. El objetivo del espectro es arruinar a la humanidad.

De repente, mi mente se aclaró y me di cuenta de que mi obstinado resentimiento estaba arraigado en otra dimensión y que provenía del malvado espectro. Debía eliminar ese resentimiento por lo que es. No es tan simple como un sentimiento negativo.

Cuando me decidí a hacer esto, aparecieron en mi mente algunos versos de poemas del Maestro: "Quemando al demonio rojo, templando el diamante" y "Cientos de Jingang se refinan, la pureza se revela" en "Conmovido" (Hong Yin (IV)).

Cuando mi corazón se calmó, mi mente se vació y terminé la versión larga del segundo ejercicio fácilmente.

Un día, cuando estaba recitando:

"Si dentro del corazón no puede dejarlo, se siente irritado; es probable que esto se aferre en su mente, causando que todo el tiempo quiera darse vuelta para ver las caras de esas dos personas" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Pensé que debía romper con todas las interferencias de las viejas fuerzas y permanecer imperturbable.

Mi esposo estaba pasando por una tribulación en ese momento. El cerillo que usó para limpiar la cera de su oído se rompió dentro del mismo, causando una infección. Su oído le dolía mucho y su cara se hinchó. Ni siquiera podía hablar correctamente.

Estaba muy preocupada por él. Normalmente siempre venía conmigo cuando salía a distribuir periódicos de aclaración de la verdad. Ahora no quería venir debido al dolor y a su cara hinchada. También surgieron conflictos entre mis suegros y yo, que no practican. Cada día era una lucha para mí en ese momento.

Al recitar ese párrafo de la enseñanza del Fa, un pensamiento vino a mi mente: "Si un lado permanece firme e inmóvil, habrá un avance".

Ese día, noté la siguiente frase durante el estudio del Fa.

El Maestro dijo: "Tu cuerpo es purificado para abrir el camino para que tú practiques la cultivación" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa).

Esa frase me dejó una profunda impresión. Comprendí que, lo que sea que experimentemos en la vida, sea el yeli de enfermedad o un conflicto, son arreglos de nuestro compasivo Maestro para ayudarnos a avanzar en nuestro camino de cultivación. Siempre debo mantener mi xinxing.

Lo que pasó después fue bastante sorprendente. A menudo pensaba: "Tu cuerpo es purificado para abrir el camino para que tú practiques la cultivación". Mi preocupación por el estado de mi marido desapareció, y hablé y bromeé con él como de costumbre y seguí haciendo lo que debía hacer. Nunca presté mucha atención a su cara hinchada y a la tribulación por la que estaba pasando. Él también pareció olvidarse de ello.

Tenemos muchos intercambios entre los practicantes en los medios de comunicación. Una vez los practicantes plantearon más de 20 preguntas sobre uno de mis artículos. Me tomó más de tres horas responderlas. Fue bastante intenso.

Recordé la enseñanza del Maestro: "Tu cuerpo es purificado para abrir el camino para que tú practiques la cultivación" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa).

Permanecí en calma y edité el artículo teniendo en cuenta sus sugerencias, sin sentir el resentimiento que solía albergar en el pasado.

Unos días después, salí a dar un paseo con mi marido. Miré su cara y vi que ya había vuelto a la normalidad.

He llegado a la conclusión de que solo dejando de lado los apegos humanos se pueden superar las tribulaciones y obtener lo que otorga lo divino.